“La Doble Moral del Feminismo”
Enviado por Sandra75 • 27 de Marzo de 2018 • 4.303 Palabras (18 Páginas) • 464 Visitas
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El feminazismo, un concepto creado también por el machismo que no se basa en una realidad, sino que forma parte del intento de deslegitimar al movimiento feminista, así como del desconocimiento acerca de lo que es el feminismo. Son términos creados por grupos o personas que se resisten a perder sus privilegios de género.
Estando platicando con una persona me comento lo siguiente: “¿Igualdad? No pasa nada si una mujer agrede a un hombre, pero si es al revés no falta quien salga ya no a defenderla, sino incluso a agredir a ese detestable hombre.”
En esta sociedad en la que vivimos, ya la mayoría de las personas no cree en la igualdad, los hombres dicen que el problema es que las mujeres se victimizan, ya que ellas tienen más derechos, más privilegios, más asociaciones, no solo en México.
Sin embargo, las mujeres dicen que ellas son más propensas a ser violadas, violentadas, discriminadas, por los hombres de esta sociedad.
Cuando platique con una señora en una ocasión que estábamos en una reunión, ella menciono esto: “El problema es el machismo. La misandria no existe y es un invento machista. No existe criminalización social hacia el hombre, la mujer es la única víctima posible de la desigualdad, así que es necesario defenderla cueste lo que cueste. La discriminación positiva no es discriminación, es positiva y necesaria.
Al ver estas respuestas de los distintos géneros está más que claro que ninguno está cómodo en esta sociedad dividida en 2 bandos y un tercer bando más que son las personas que no conocen de este, y son los niños, aquellos individuos que no saben nada de discriminación, ni falta de respeto, ni nada que pueda ser grosero.
Deseo desarrollar un poco el último párrafo mencionado, y digo deseo porque no solo quiero decirlo y ya, deseo que quede impreso ya que es otro problema que tiene la sociedad, pero es una causa de este problema llamado feminismo, y es LA MALA EDUCACION.
La mala educación es el generador de todos los problemas en esta sociedad, si los niños no observaran el mal comportamiento de los grandes, esto no ocurriría, pero este problema viene de muchas generaciones atrás, y lo peor de todo viene de padres a hijos, quizá indirectamente (un ejemplo podría ser que el padre no quiera poner el ejemplo de su mal comportamiento, pero quizá en algún momento el niño vio alguna acción que el padre hizo y como lo hizo, el niño piensa que está bien) o también puede ser directamente (como por ejemplo que el niño observa todo lo que hace el padre pero el padre es una persona inconsciente del daño que hace a la sociedad y el niño lo observa y se le hace normal).
Las historiadoras no se han puesto de acuerdo sobre el momento de despegue del feminismo en México, existen indicios de demandas desde la segunda mitad del siglo XIX que pueden ser considerados como antecedentes o como la primera ola del feminismo.
Historia del Feminismo en México
En la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló un incipiente movimiento feminista en la península de Yucatán. La mayoría de las participantes eran maestras de primaria, quienes crearon una asociación, revista y escuela feminista llamada Siempre viva, iniciada por la maestra y poetisa Rita Cetina Gutiérrez, fundadora y directora de la escuela La Siempreviva, además fue directora del "Instituto Literario para Niñas", que fue la escuela para mujeres más importante de su época en Yucatán.
Primera ola del movimiento feminista
Entre 1915 y 1919 comienza a gestarse un proyecto feminista en Mérida, Yucatán; mujeres que hacían propaganda al constitucionalismo crearon clubes feministas en distintas partes de la República Mexicana. Entre ellas se encontraban Hermila Galindo, Elena Torres, Elvia Carrillo Puerto, Rosa Torre y Atala Apodaca.
Los congresos feministas de 1916
En 1916 se llevaron a cabo dos congresos feministas, ambos en Mérida, Yucatán y por la iniciativa del gobernador Salvador Alvarado. El primero tuvo lugar del 13 al 16 de enero de 1916, en el teatro Peón Contreras, su organización estuvo a cargo de la profesora Consuelo Zavala. La mayoría de las asistentes fueron profesoras yucatecas, 700 en el primer congreso y 250 en el segundo. Los temas que se abordaron en el Congreso –principales preocupaciones expresadas por el gobernador Salvador Alvarado– fueron: la secularización de la educación y la ciudadanía política de las mujeres. Durante los congresos hubo participantes con posturas de avanzada, moderadas y conservadoras. Entre las ponentes, cabe mencionar a Elvia Carrillo Puerto y Rosa Torre que abordaron el tema del sufragio femenino.
Un tema polémico que causó indignación por parte de las participantes conservadoras –muchas maestras católicas– fue el de la sexualidad femenina, presentado por Hermila Galindo en su ponencia: “La mujer en el porvenir” quien mencionó que el instinto sexual forma parte del amor maternal y que en las escuelas secundarias debería haber cursos de anatomía y fisiología.
Como menciona Martha Eva Rocha Islas "Al proponer que las ciencias naturales han demostrado la existencia del deseo y placer femenino, que las mujeres deberían se educadas en el conocimiento de su cuerpo, y que debían regir una sola moral para ambos sexos, Hermila contravenía el discurso dominante que naturalizaba la desigualdad". Respecto al voto de las mujeres, un grupo minoritario de 31 congresistas de avanzada lo demandaron a nivel municipal como primer paso, pero la propuesta fue rechazada y se impusieron las posturas moderada y conservadora.
Segunda ola
El movimiento feminista mexicano llamado “nueva ola” o “segunda ola” comenzó en los años setenta, en un contexto social marcado por el movimiento estudiantil de 1968 y una fuerte represión por parte del Estado, el ingreso masivo de las mujeres a las universidades y al mercado laboral, y el desarrollo de métodos anticonceptivos baratos y accesibles.
El feminismo de la segunda ola estaba constituido por mujeres urbanas de clase media, universitarias, en su mayoría de la Ciudad de México, que cuestionaron las relaciones hombre-mujer, como señala la historiadora mexicana Ana Lau Jaiven: “se proponían mostrar y difundir los campos donde esta dominación es más patente: el hogar (la doble jornada de trabajo); el trabajo (remuneración menor); los medios de comunicación masiva (mujer objeto, consumista); la calle (la violencia sexual); la discriminación legal”.7 En este periodo
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