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La importancia del trabajo de campo como rito de paso de la antropología

Enviado por   •  3 de Abril de 2018  •  3.315 Palabras (14 Páginas)  •  425 Visitas

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En principio es complejo clasificar a Boas, dado que se menciona que no formuló una teoría general de la cultura, a pesar del gran acervo de textos producto de sus experiencias en campo. Boas representa el tránsito de una antropología inclinada a la búsqueda de leyes de evolución de la cultura, a una antropología interesada por el análisis intensivo de grupos culturales específicos a partir de una larga estancia en el terreno (Martínez-Hernáez, Á., 2010: 862).El propósito de Boas fue el diseño de un proyecto metodológico, donde la dimensión histórica y el préstamo intercultural tienen un lugar central.

En primer lugar estaría la distinción entre lo nomotético y lo ideográfico como dos modos distintos de hacer antropología. Una ciencia nomotética, sería aquella que explora lo general y lo regular en los sucesos; de otra parte, una ciencia ideográfica, investiga lo particular y lo concreto en formas históricamente determinadas. Como nomotéticas, se incluyen las teorías evolucionistas y el método denominado comparativo. En esta corriente se considera que las sociedades humanas tienen un lugar enmarcado dentro de una escala evolutiva. Las comunidades no occidentales eran consideradas como premodernas dentro de un período de evolución cuya cima era la sociedad occidental. Este punto de vista favorecía la permanencia de elementos racistas y positivistas, que sería desmantelado con el tiempo, en especial con la denuncia al colonialismo después de la Segunda Guerra Mundial.

La oposición al método comparativo, vendría de Boas y la escuela del particularismo histórico, la cual entiende que los fenómenos de una cultura deben interpretarse dentro del universo de sentido de la comunidad, más allá de la existencia de elementos análogos en las formas culturales de otras sociedades. Para el relativismo cultural, todas las culturas son iguales y comparables. De este modo, no es posible ordenar a las culturas en un esquema evolutivo.

La crítica de Boas al determinismo geográfico y al evolucionismo cultural se debe en buena parte al descubrimiento de la especificidad de la cultura. A diferencia de ocuparse de una supuesta evolución de la cultura, la propuesta de Boas reside en estudiar “el arte y estilo característico de un pueblo a partir del estudio de su producción como un todo” El relativismo de Boas, está orientado hacia la búsqueda de una posición objetiva ajena a los prejuicios de la cultura occidental y la posibilidad de construir un proyecto racional y científico sobre la vida de los grupos humanos. El artículo que lleva por nombre “The limitations of the comparative method of anthropology” (1896) es importante en este sentido (Martínez-Hernáez, Á., 2010: 868).

El método boasiano se interesa por la indagación de los procesos culturales particulares de cada sociedad. Para esto define tres aspectos metodológicos diferenciados: primero, la investigación detallada sobre la historia y la forma de vida de una tribu específica a partir del conocimiento de la lengua nativa, la descripción detallada de todos los aspectos del grupo, el estudio de las relaciones con su medio ambiente y el uso de todas las técnicas disponibles. En la práctica etnográfica entre los Kwakiutl, Boas aplicó un relativismo intracultural, y se esmeró por la búsqueda de objetividad, a partir de la eliminación de los juicios previos en los temas a estudiar. Segundo, el análisis histórico de los grupos vecinos dentro de un área definida, con el interés de ofrecer un contexto de fondo para la explicación del origen y distribución de los rasgos culturales y costumbres. En tercer lugar, estaría la búsqueda de leyes de desarrollo cultural, aspecto que Boas eliminó con el tiempo.

El concepto de cultura de Boas incluye principios de relatividad, pluralidad, integración de elementos y determinismo conceptual, en un marco en el que se preocupa por la interdependencia de fenómenos culturales y la relación entre cultura e individuo (Martínez-Hernáez, Á., 2010: 872). La noción de integración cultural pretende juntar los elementos de una cultura en una totalidad única. Esta integración no carece de dificultades y contradicciones internas, pero una alteración de una de las partes tiene efecto sobre los demás. Esto también supone evitar jerarquías internas o privilegiadas de algún aspecto de la cultura.

Como figura central para la antropología, antecedió a Malinowski en el énfasis en la perspectiva nativa. Más aún, más allá de sus carencias, posibilitó una ruptura epistemológica con las teorías antropológicas que le precedieron, lo que a la larga permitió un nuevo horizonte intelectual para la disciplina.

- Bronislaw Malinowski: la magia del etnógrafo y la etnografía moderna desde el funcionalismo británico

La principal crítica a Boas es la incapacidad de formular una teoría antropológica sistémica que fuera más allá de la recolección de datos etnográficos, mientras que Malinowski intenta construir una teoría cultural desde la antropología. De ahí que esta sea una diferencia fundamental entre estos dos autores. El aporte de Malinowski a la disciplina consistió en la capacidad de juntar una teoría general de la cultura con un método riguroso, definiendo un modelo a seguir que sería continuado por las generaciones siguientes de antropólogos sociales. Para el funcionalismo, la identidad de una cultura está en la conexión orgánica entre sus partes, en torno a la función que cumple un aspecto al interior del sistema.

Bronislaw Malinowski nació en Cracovia (Polonia) en 1884. Durante su juventud estudia física, pero enferma y la lectura de La Rama Dorada, lo acerca paulatinamente a la antropología. En Leipzig estudia bajo la tutela del economista Karl Bücher y el psicológo Wilhem Wundt. En 1910, estudia en la London School of Economics bajo la proyección de C.G. Seligman y Edvard Westermack En 1914 viaja a Nueva Guinea, donde debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, decide quedarse en las islas de Trobiand en Melanesia, estudiando las costumbres de sus habitantes, en particular la institución de intercambio conocida como Kula. A su regreso publicaría Los Argonautas del Pacífico (1922), definiendo los parámetros para la elaboración de etnografías. Entre sus estudiantes y discípulos se encuentran Evans-Pritchard, Raymond Firth y Edmund Leach. Después de la Segunda Guerra Mundial fue profesor visitante en varias universidades de Norteamérica. Otras de sus obras más conocidas son Crimen y costumbre en la sociedad salvaje, El cultivo de la tierra y los ritos agrícolas en las Islas Trobriand y La vida sexual de los salvajes. Después de su muerte, se publican sus diarios de campo en

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