La subversión ideológica del imperialismo como amenaza a la seguridad nacional. Papel de la juventud universitaria en su enfrentamiento
Enviado por Sandra75 • 25 de Diciembre de 2018 • 7.516 Palabras (31 Páginas) • 448 Visitas
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En el desarrollo de la subversión se han destacado ideólogos con teorías para describir y orientar públicamente cómo subvertir el orden establecido en los países adversarios del imperialismo y sus aliados tanto en Europa como en otras partes del mundo.
Allen W. Dulles, quien fue director de la Agencia Central de Inteligencia entre 1953 y 1961, en su libro “El arte de la Inteligencia” escribió refiriéndose a la Unión Soviética:
“Sembrando el caos sustituiremos sus valores, sin que sea percibido, por otros falsos, y les obligaremos a creer en ellos. Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios dentro del propio país. Episodio tras episodio, se va a representar por sus proporciones una grandiosa tragedia, la de la muerte del más irreductible pueblo de la tierra, la tragedia de la definitiva e irreversible extinción de la autoconciencia. De la literatura y el arte haremos desaparecer su carga social. Deshabituaremos a los artistas, les quitaremos las ganas de dedicarse al arte, a la investigación de los procesos que se desarrollan en el interior de la sociedad. Literatura, cine y teatro, deberán reflejar y enaltecer los más bajos sentimientos humanos. Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad. En la dirección del Estado crearemos el caos y la confusión. De una manera imperceptible, pero activa y constante, propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios. La honradez y la honestidad serán ridiculizadas como innecesarias y convertidas en vestigio del pasado. El descaro, la insolencia, el engaño y la mentira, el alcoholismo y la drogadicción, el miedo irracional entre semejantes, la traición, el nacionalismo y, ante todo, el odio al pueblo ruso. Todo esto es lo que vamos a cultivar hábilmente hasta que reviente como el capullo de una flor. Solo unos pocos acertarán a sospechar e incluso a comprender lo que realmente sucede, pero a esa gente, la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarlos, desacreditarlos y señalarlos como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos. Nuestra principal apuesta será la juventud; la corromperemos, desmoralizaremos y pervertiremos”.
En la actualidad, la actividad subversiva no solo se limita a reversión de los procesos de construcción del socialismo, sino que también se dirige hacia los países cuyos gobiernos sean considerados adversarios por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Para desarrollar las acciones de subversión Estados Unidos cuenta con un gran número de agencias e instituciones: algunas públicas, otras semipúblicas y muchas de carácter privado pero siempre articuladas con las prioridades de Washington. La Agencia Central de Inteligencia es la más conocida, pero está lejos de ser la única. El Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, o NED) es uno de sus principales arietes en esta campaña mundial. Cuenta para su funcionamiento con abultados fondos públicos, aprobados por el Congreso y entre los miembros pasados y presentes de su Directorio sobresalen los nombres de algunas de las figuras más conservadoras de los Estados Unidos, como Henry Kissinger, el Senador John McKein, Madelein Albright; Zbigniew Brzezinski. (Ver Anexo B)
Otra de esas “vitrinas” de la subversión ideológica es el Albert Einstein Institute dirigido por el filósofo Gene Sharp, quien elaboró una teoría sobre la no violencia como arma política. En su libro “De la dictadura a la democracia” se promueve el uso de la resistencia civil no violenta para impulsar cambios radicales en la política de un país. En este material hace un análisis de las diversas situaciones que se han presentado en el mundo a partir de 1980, donde de acuerdo con su criterio, “las dictaduras han caído ante un desafío predominantemente no violento”. Elaboró un manual en el que articula 198 acciones y estrategias de desestabilización social, política y económica incluyendo huelgas, manifestaciones de calle, el uso de internet para construir movimientos opositores (o para hacer creer que este tiene fuerza y apoyo), subvertir la soberanía del país y permitir la intervención internacional.
Estas agencias e instituciones contactan y proveen de dinero a los llamados opositores con la finalidad de que estos generen un efecto multiplicador. Luego se inician acciones tales como:
- Activar nuevos actores ajenos a la política convencional, especialmente jóvenes y estudiantes sin afinidad ideológica, identificados con los patrones y valores de la sociedad de consumo (música, modas, estilo de vida).
- Empleo de símbolos y consignas que ayuden a masificar el movimiento más que por convicción política, como una ola de moda (ropas de determinado color, banderas, signos, etc.)
- Construir una vanguardia del movimiento que se gane la simpatía y solidaridad de la población.
- Discurso de no violencia y de desobediencia pacífica, acompañado de repetidas movilizaciones de calle hasta conseguir un hecho detonante que origine un clima de ingobernabilidad.
- Utilización de los medios de difusión digitales para generar concentraciones rápidas y presencia al momento de los medios de prensa internacionales.
- Uso de medios propagandísticos no convencionales para banalizar, ridiculizar, mofarse de la investidura presidencial y de las altas autoridades.
- Presión internacional mediante la exhortación al respeto de los derechos humanos de los manifestantes.
- Generación de espirales inflacionarias, escasez de alimentos e inseguridad económica para asfixiar al gobierno y arrastrar a otros sectores a las acciones de calle.
- Negar la naturaleza democrática del gobierno denunciando internacionalmente que es una dictadura.
Capítulo II: Contextualización del momento histórico actual
E
l diferendo entre la gran potencia imperialista y la isla de Cuba se inicia en 1767 cuando Benjamín Franklin escribió acerca de la necesidad de colonizar el valle del Mississippi para ser usado contra Cuba y México, una década antes de que las Trece Colonias Inglesas declararan su independencia.
Si se revisa con detenimiento la historia de este extenso diferendo se puede observar cómo, para lograr sus propósitos, los gobernantes
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