MEMORIA TEMA 3 DE HISTORIA DE LA UNIÓN EUROPEA
Enviado por Ledesma • 2 de Agosto de 2018 • 2.855 Palabras (12 Páginas) • 365 Visitas
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Esta diatriba también se percibe desde un punto de vista teórico. Antonio Moreno Juste divide los planteamientos metodológicos en dos grandes etapas. La primera, hasta la segunda mitad de los 80, está dominada por las interpretaciones tradicionales sobre la idea de Europa, esto es, por la concepción federalista, mientras que en la segunda se asiste a un resurgir de las teorías del Realismo de las Relaciones Internacionales que, grosso modo, conciben la sociedad internacional como la relación entre Estados soberanos e independientes a través de criterios tales como el interés nacional, el concepto de potencia o el equilibrio de poder.
Independientemente de la elección de una política federalista o una de cooperación y retomando el trabajo de Jean Monnet, esencial por cierto para la construcción de la actual Unión Europea, nos volvemos a remontar a la primavera crucial de 1950, crucial, valga la redundancia, porque por primera vez, después de muchos intentos, eso sí desde el plano de la oratoria, el Viejo Continente se puso al servicio de la paz.
Una vez finalizado su encargo, Monnet se lo entregó a Schuman quien además de leerlo ante su Gobierno, entregó una copia al entonces canciller alemán Adenauer. Ambos gobiernos llegaron a un acuerdo el 9 de mayo de 1950, día en el que Robert Schuman hizo pública su declaración:“ (…) Francia tiende la mano a Alemania y le propone participar, en igualdad de condiciones, en una nueva entidad encargada en primer lugar de administrar en común el carbón y el acero de los dos países, y también, en un sentido más amplio, de colocar la primera piedra de la federación europea”. Se iniciaba así la colaboración franco-alemana y hoy, en la actual coyuntura económica, una percepción propia es el excesivo centrismo de esa cooperación en todo lo concerniente a la política europea. Son a mi juicio, los ‘líderes’ de una Europa que navega, a veces sin rumbo, en busca de su propia identidad.
Al margen de este breve paréntesis, la Declaración Schuman constaba de una serie de principios. En primer lugar, que Europa no se hace de golpe, todavía hoy es palpable, y que son necesarias las ‘solidaridades de hecho’ al mismo tiempo que reconocía la importancia de acabar con las disputas entre Francia y Alemania. En tercer lugar, proponía una fusión de los intereses comerciales lo que aumentaría el nivel de vida de los ciudadanos. Y en último lugar, que las decisiones de la Alta Autoridad, el poder ejecutivo supranacional administrativo durante la CECA, hoy la Comisión Europea, serían vinculantes para todos los países que se adhiriesen. Finalmente, y fruto de la “búsqueda de la ventaja común” según pronunció Monnet, el 14 de abril de 1951 Francia, Alemania, Italia y el Benelux firmaron el Tratado de la CECA.
La CECA fue el primer ‘eslabón’ de la cadena europea y se sustentaba en la defensa de la paz y la confianza entre sus miembros. El objetivo económico del tratado era establecer un mercado común del carbón y del acero, es decir, suprimir aranceles, subvenciones nacionales o medidas discriminatorias y, asegurar así la libre competencia en este sector, obtener precios más baratos y un abastecimiento sin interrupción.
Además, la CECA impulsó la creación de las principales instituciones europeas actuales: la Alta Autoridad que, como hemos mencionado con anterioridad, fue el primer organismo supranacional siendo su promotor, Jean Monnet, el primer Presidente, y es la precursora de la Comisión Europea; la Asamblea compuesta por miembros designados por los parlamentos nacionales, predecesora del Parlamento Europeo y, el Consejo de Ministros que sentaría las bases del Consejo de la Unión Europea.
El Plan Schuman, pilar de la primera comunidad europea, reconocía entre su principios, la superioridad y colaboración entre las instituciones, la independencia de los órganos puesto que el nombramiento de los miembros se efectuaría de común acuerdo entre los Gobiernos así como la igualdad entre Estados.
Tras el fracaso en 1952 del proyecto de Comunidad Europea de Defensa por la oposición de Francia, el 25 de marzo de 1957 se sienta un nuevo precedente en la construcción de la Unión Europea tras la firma del Tratado de Roma o lo que es lo mismo, del Tratado de Constitución de la Comunidad Económica Europea (CEE) y el Tratado de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM). El 1 de enero de 1958 entrará en vigor el Tratado de Roma una vez que fue ratificado por los seis Estados miembros.
El objetivo de la CEE era la construcción de un mercado común que permitiese la libre circulación de mercancías. Se cimentaba en cinco bloques: Principios de la CEE; Criterios Económicos; Política de la Comunidad, Condiciones de los países que quieran entrar en la CEE e Instituciones (Asamblea, Consejo, Tribunal de Justicia y Comisión y Consejo Económico y Social). Sin embargo y, a diferencia de la CECA, la CEE no tenía carácter supranacional.
Por su parte, el EURATOM, cuyo funcionamiento es similar al de la CEE, partía de la idea de que todos los países estaban dispuestos a desarrollar la energía atómica, una energía, valga la redundancia, cuyo uso no estaba regulado desde un punto de vista militar lo que supuso el enfrentamiento entre EEUU y Francia. Entre sus logros más evidentes destacan el desarrollo de investigaciones comunes gracias a la creación de grupos de trabajo, concesión de préstamos por parte de EEUU y la CEE, puesta en marcha de acuerdos para regular el aprovechamiento de los recursos naturales teniendo como base el principio de igualdad o el establecimiento de una política común atómica encaminada a garantizar tanto la protección civil como la de los trabajadores.
La CECA, la CEE y el EURATOM conforman la columna vertebral de la actual Unión Europea. Con el paso de los años, aquella primera comunidad que surgió a mitad del siglo XX, a la que siguieron dos más, se ha ido integrando en una sola. Esas instituciones, siguiendo el planteamiento inicial de Jean Monnet, se han ido sintetizando y formando un todo y esto ha sido posible gracias a la firma del Tratado de Maastricht en 1992 o el Tratado de DOLDAN (TUE) o Tratado de la Unión, concebido como la culminación política de un conjunto normativo formado por los tratados preexistentes al que el TUE venía a añadir otros dos pilares político-jurídicos que él mismo regulaba: la política exterior y de seguridad común (PESC) que garantiza la defensa del interés común y el respeto de la ley así como la negación de la discriminación y la superioridad; y los asuntos de justicia e interior (JAI).
Han pasado seis décadas desde que Robert Schuman hizo pública su declaración y Europa hoy
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