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MUJERES, IDENTIDAD DE GÉNERO Y TRANSLESBIANDAD

Enviado por   •  1 de Abril de 2018  •  2.340 Palabras (10 Páginas)  •  238 Visitas

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Si la mujer trans realiza entonces su transición y vive de acuerdo con su identidad de género femenina, la pregunta típica que se le suele hacer es: “si a ti te gustan las mujeres ¿para qué hiciste tu cambio a mujer?”, asumiendo con ignorancia y de manera prejuiciada que si una persona quiere vivir con el género opuesto al que socialmente se le asignó de acuerdo con su sexo de nacimiento, en este caso como mujer, deberán gustarle necesariamente las personas del sexo opuesto, esto es, los hombres. Porque, de esa manera, tal relación se considera como una relación de pareja dentro de la norma, es decir, heterosexual.

A las mujeres cissexuales lesbianas maduras, educadas también en concepciones más convencionales en cuanto a lo sexual aunque sean feministas, les resulta difícil relacionarse erótica y/o amorosamente con una mujer transexual preoperada porque no se comparten los mismos genitales, aun cuando puedan aceptar que también somos mujeres y convivir con nosotras en un plano de igualdad. Son las generaciones más jóvenes entre quienes parece darse no solamente una mayor aceptación sino incluso permitirse la atracción, ya sea erótica y/o amorosa, hacia nosotras, mujeres trans.

No es sorpresa, entonces, que mujeres cis lesbianas se sientan amenazadas por lo desconocido que se supone representa una fémina trans, particularmente si ambas son ajenas al activismo LGBTI. Esto sucede debido a la inseguridad, y quizás incluso incomodidad, que experimentan ante una persona que habiendo nacido como macho de la especie humana, y quien incluso puede aún conservar genitales masculinos, se vive y construye como mujer y al mismo tiempo gusta de las mujeres. ¿Qué ideas y preguntas surgen en una mujer cissexual lesbiana ante una mujer trans que gusta erótica y/o amorosamente también de las mujeres? ¿Simpatía de género?, ¿reconocimiento y admiración ante lo que viven estas mujeres trans por ser quienes ellas dicen ser o quieren ser?, ¿gusto, atracción, deseo erótico?, ¿extrañeza ante lo que podría parecer un contrasentido o una empresa poco prometedora de éxito?, ¿inocultable rechazo ante la presencia de genitales masculinos?, ¿una mezcla de varias? ¿Se podría llegar a configurar un caso de transfobia? La suposición errónea de que sólo las mujeres nacidas como hembras humanas pueden ser lesbianas es antigua y extendida.

El translesbianismo es una hebra de la feminidad y las lesbianas trans, seamos no operables, preoperadas o postoperadas, parte de la diversidad que tiene la sociedad en general. El problema es que las translesbianas somos sometidas a un mayor escrutinio de parte de muchas y muchos como resultado del condicionamiento social tanto biológico-esencialista como heteronormativo.

No suelen ser menores nuestros desencuentros eróticos y amorosos con las mujeres cissexuales bisexuales. Y de nueva cuenta, la cuestión generacional parece tener un peso importante en la diferente actitud de las mismas hacia las mujeres translesbianas. Entre las mujeres bisexuales cis maduras que, por su propia orientación, gustan de relacionarse con otras mujeres en roles sexuales activo, pasivo o inter, la presencia en nosotras de genitales masculinos les parece indicar que a ellas toca desempeñar el papel pasivo y a nosotras trans el activo, desconociendo que después de seis meses de feminización hormonal con antiandrógenos, con el cambio de la líbido, vienen también la pérdida de erección espontánea y la ausencia de eyaculación y, sobre todo, que por nuestra identidad de género femenina, en la inmensa mayoría de las mujeres específicamente transexuales, nos resulta absolutamente rechazable adoptar un rol sexual que, lo hayamos desempeñado o no, nos vincula con ese pasado masculino del que queremos alejarnos lo más posible.

La riqueza de la diversidad erótica puede llegar a plantear que una mujer cissexual y una trans preoperada, ya asumida y viviendo como tal, se gusten y atraigan en tanto que las dos comparten el género femenino y manifestaciones de la feminidad mutuamente deseables, lo que desde el punto de vista de la orientación genérica las hace homogenéricas, pero que por lo que hace a la orientación sexual, al tener cada una genitales distintos, resulten entre sí, en términos estrictos, heterosexuales. La diferencia que puede presentarse, entonces, entre la atracción en función del género y la que se siente en relación con los deseos, roles y órganos sexuales puede plantear una incongruencia y un desencuentro.

¿Y qué ocurre cuando son dos mujeres trans las que sostienen encuentros sexuales y/o se llegan a enamorar? A esta relación la llamamos plenamente translésbica o translesbiana. Entre ellas se produce una atracción homogenérica porque gustan del mismo género, que además en su caso se relaciona con una identidad de género no asignada socialmente a su sexo de nacimiento sino que se han autoadjudicado. Sin embargo, por lo que hace a lo sexual, ellas dos poseen genitales similares… pero de macho humano (pene, testículos) en lugar de los de hembra racional (vulva y vagina), lo que hace de su relación translésbica en la cama algo muy particular. La peculiaridad de que ellas dos posean genitales externos no implica de ninguna manera que haya cópula como la que se tiene en una relación hetero entre mujer y hombre cissexuales, sobre todo si se trata de dos mujeres transexuales con castración química testicular , por la que sus genitales de nacimiento dejan de ser funcionales, lo que aunado al cambio de la líbido y a su propio proceso de construcción femenina puede llevarlas a otras formas de exploración y disfrute erótico, más cercanas a las que realizan las mujeres cissexuales lesbianas, incluyendo el gusto por el tribadismo .

En este sentido se presenta, entre otras cuestiones, una definición del rumbo de la construcción de las mujeres trans (¿qué tipo de mujeres nos sentimos, sabemos o queremos ser?), el que tiene que ver específicamente con nuestra atracción por otras mujeres, cissexuales o trans, lo que plantea el tema de los vasos comunicantes entre identidad de género y orientación genérica, en personas fuertemente ginefílicas , lo que no necesariamente quiere decir que en todos los casos se haga un culto a la mujer femme sino que la feminidad se toma y vive en una gama de matices. De manera particular, las mujeres trans vivimos la feminidad de formas que pueden incluir los extremos de la “reconstrucción biomecánica” del arquetipo de belleza femenina occidental de Miss Universo y el opuesto de la mujer de talla grande, complexión robusta y facciones severas, y los muchos matices intermedios.

Las mujeres translesbianas representamos en potencia una transgresión y una “desencialización” más del deseo erótico

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