Pedagogia Capítulo 1. Planteamiento del problema
Enviado por tolero • 6 de Noviembre de 2018 • 1.721 Palabras (7 Páginas) • 382 Visitas
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El síndrome de Burnout (del inglés burn-out consumirse o agotarse) se caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental, una falta de motivación absoluta por las tareas realizadas, y en especial, por importantes cambios de comportamiento en quienes lo padecen. Éste cambio de actitud, relacionado generalmente con "malos modales" hacia los demás o con un trato desagradable, es una de las características clave para identificar un caso de Burnout.
2.2 Tipos de estrés
Estrés físico: Aquel que no permite que la persona se desempeñe correctamente por cambios en el ambiente o en la rutina diaria. Esto puede llegar a entorpecer el funcionamiento de los sentidos, la circulación y respiración. Si el estrés físico se prolonga, puede dañar gravemente la salud o empeorar cualquier antecedente.
Estrés psíquico: Aquél causado por las exigencias que se hace la persona para cumplir en un lapso determinado de tiempo alguna tarea. Por ejemplo; el cumplir un horario, tareas y oficios donde la exigencia es mayor que las capacidades de la persona, lo que trae como consecuencia la disminución del rendimiento y eliminación del sentido de auto superación.
2.3 Cómo se produce el estrés
El estrés se clasifica de acuerdo a los factores que lo producen:
- Cantidad de estrés
Hipoestrés: poco estrés.
Hiperestrés: mucho estrés.
- Consecuencia de estrés
Distrés: se trata de estrés negativo, en el cual las demandas son muy grandes para nuestro organismo. Eustrés: es estrés positivo que estimula la mejora y la superación.
- Grado de estrés:
Estrés agudo: estrés de poca duración o pasajero, pero muy fuerte, como una especie de sacudida emocional.
Estrés crónico: estrés fuerte o débil que se prolonga demasiado o que nunca se deja de tener.
El organismo responde al estrés a través del mecanismo de adaptación que Selye describió como el síndrome de adaptación general en tres estados:
- Alarma de reacción, cuando el cuerpo detecta el estímulo externo.
- Adaptación, cuando el cuerpo toma medidas defensivas hacia el estímulo percibido como agresor.
- Agotamiento, el cuerpo comienza a perder sus propias defensas.
El estrés incluye distrés, el resultado de acontecimientos negativos, y eustrés, el resultado de acontecimientos positivos. Aunque se produzca una situación de distrés al mismo tiempo que otra de eustrés, ninguna de las dos se anula mutuamente. Ambas son adictivas y estresantes por sí mismas.
El estrés puede directa o indirectamente contribuir a desórdenes generales o específicos del cuerpo y la mente.
El estrés laboral se puede definir como un conjunto de reacciones nocivas, tanto físicas como emocionales, que ocurren cuando las exigencias del trabajo superan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador. Puede producir desde una enfermedad psíquica, hasta una enfermedad física.
En principio, se trata de una respuesta normal del organismo ante las situaciones de peligro. El organismo se prepara para combatir o huir mediante la secreción de sustancias como la adrenalina, producida por glándulas llamadas suprarrenales o adrenales llamadas así por estar ubicadas adyacentes al extremo superior de los riñones. La adrenalina se disemina por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares del organismo, que responden ante un estímulo:
- El corazón late más fuerte y rápido
- Las pequeñas arterias que irrigan la piel y órganos de menor importancia riñones, intestinos, se contraen para disminuir la pérdida de sangre en caso de heridas y para dar prioridad al cerebro y a los órganos críticos corazón, pulmones, músculos.
- La mente aumenta el estado de alerta
- Los sentidos se agudizan
El estrés produce cambios químicos en el cuerpo. El cerebro envía señales que activan la secreción de hormonas catecolaminas y entre ellas, la adrenalina en la glándula suprarrenal, para que éste se ponga en guardia. La reacción del cerebro es preparar el cuerpo para la acción defensiva. Las hormonas inician una reacción en cadena en el organismo: el corazón late más rápido y la presión arterial sube; la sangre es desviada de los intestinos a los músculos para huir del peligro; y el nivel de insulina aumenta para permitir que el cuerpo metabolice más energía, el sistema nervioso se despierta y las hormonas se liberan para activar los sentidos, acelerar el pulso, profundizar la respiración y tensar los músculos. Estas reacciones permiten evitar el peligro.
A corto plazo, no son dañinas. Pero si la situación persiste, la fatiga resultante será nociva para la salud general del individuo. El estrés puede estimular exceso de ácido gástrico, lo cual dará origen a una úlcera, o a la contracción de arterias ya dañadas, aumentando la presión y precipitando una angina o un paro cardiaco.
Los episodios cortos o poco frecuentes de estrés representan poco riesgo; pero cuando las situaciones estresantes suceden sin resolución, el cuerpo permanece en estado constante de alerta, lo que aumenta la tasa de desgaste fisiológico que conlleva a la fatiga o al daño físico, por lo que la capacidad del cuerpo para recuperarse y defenderse se puede ver seriamente comprometida. Aumentando el riesgo de lesión o enfermedad.
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