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Principales crisis economicas mundiales

Enviado por   •  11 de Agosto de 2018  •  7.050 Palabras (29 Páginas)  •  340 Visitas

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La elección de Franklin Delano Roosevelt como presidente y el establecimiento del New Deal en 1932, marcó el inicio del final de la Gran Depresión en Estados Unidos. Sin embargo, en Alemania, la desaparición de la financiación exterior a principios de la década de 1930 y el aumento de las dificultades económicas, propiciaron la aparición del nacional-socialismo y la llegada de Adolf Hitler al poder.

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LA DESACELERACIÓN DE LA ECONOMÍA DE CHINA

La crisis financiera iniciada en 2008 está derivada a una crisis estructural de la economía global que alterará todas las variables del comercio y la industria. En este proceso, la desaceleración China tendrá un alto impacto en todo el mundo, no sólo por el tamaño de su economía, sino también por su rápido crecimiento en el período pre y post crash financiero 2008/2009. Una economía que pasó de representar el 3 por ciento del PIB mundial el año 2000, al 14 por ciento en 2015 no puede tener poca importancia. Dentro de la sorprendente desaceleración del crecimiento económico de China, destacan tres posibles grandes causas; en primer lugar, la decisión estratégica de las autoridades de generar un crecimiento más sostenible y, por tanto, más estable, en pleno proceso de reorientación de la economía desde una pauta basada en la inversión y las exportaciones a otro modelo sustentado en el consumo interno.

Las razones para esa reorientación son poderosas: una economía global menos carente y un incremento de los costos laborales por el aumento del ingreso por habitante, la mayor urbanización, el envejecimiento demográfico (la fuerza de trabajo, en términos absolutos, ya está cayendo), así como una inversión interna poco productiva y generadora de deuda excesiva, capacidad ociosa, sobreconsumo de recursos y deterioro del medio ambiente.

En segundo término, las propias dificultades de transición de un modelo a otro, que hacen inevitable un crecimiento más lento y seguramente más volátil, en relación con una casi constante tasa del 10% exhibida por China desde los años 80 del siglo pasado. Una tercera causa, la llamada “trampa de la renta media” (middle-income trap), en virtud de la cual China habría alcanzado un nivel de ingreso por habitante que le impediría seguir creciendo a tasas elevadas, puede ser descartada por dos razones; En primer lugar, es más fácil pasar de ser un país de ingreso bajo a ser un país de ingreso medio que pasar de esa última situación a ser un país de ingreso alto.

El motivo principal es que la primera transición permite un crecimiento extensivo (por acumulación de factores) y la segunda exige un crecimiento intensivo (por incremento de la productividad). China, se dice, no estaría preparada para dar ese salto. Sin embargo, en los últimos años el país ha conseguido aumentar de forma notable sus gastos en I+D (del 1,4% del PIB en 2008 al 2% en 2012), lo que seguramente le está permitiendo ya aumentar, de manera significativa, su productividad. En segundo término, el aumento de salarios conllevaría una importante pérdida de competitividad, que sólo se podría frenar con una inversión muy importante en tecnología y formación. Este no parece ser el caso, todavía, de China, que tiene una muy abundante y barata mano de obra en las provincias del interior, a las que se están incluso desplazando, desde las regiones costeras, segmentos enteros de la industria intensiva en mano de obra.

El menor crecimiento del PIB chino se manifestará en una menor demanda de materias primas energéticas y no energéticas y, especialmente, de metales industriales, así como de productos manufacturados intermedios. Algunos países que hoy exportan mucho a China se resentirán: entre ellos, Angola, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Rusia, Sudáfrica y Venezuela, por no hablar de Japón y otros países asiáticos del entorno de China, si bien éstos podrían compensar la pérdida con un incremento de las exportaciones de bienes de consumo final.

La desaceleración registrada desde 2010 demuestra no sólo la importancia que tuvo el programa de lucha contra la crisis (2009-2010) sino también la voluntad del gobierno de alcanzar un crecimiento más sostenible, menos consumidor de recursos y menos contaminante. Si en años anteriores el gobierno preveía ritualmente un crecimiento anual del 8%, para que luego fuese del 10%, ahora se prevé un 7,5%, cifra que se acaba finalmente registrando, con apenas unas pocas décimas de diferencia.

Esto es, existe una decisión deliberada del gobierno de sacrificar algunos puntos de crecimiento en aras de las reformas estructurales, una intensidad más baja en recursos y unos menores efectos de deterioro del medio ambiente.

China se convirtió en el mayor consumidor de los principales productos básicos y el año 2013 representó casi la mitad del consumo mundial de cobre, aluminio, níquel, zinc y carbón. La demanda china llevó a un fuerte aumento de los precios mundiales de productos básicos en la última década, y por eso este período fue apodado como el "súper ciclo" de los productos básicos. Un ciclo que se desvanece a medida que la desaceleración se acrecienta como dan cuenta la caída de las exportaciones e importaciones chinas. En 2015 las exportaciones chinas representarán la cuarta parte del período previo a la crisis mientras que las importaciones serán apenas un tercio a las realizadas antes que colapsara el sistema financiero. Nótese el empuje que tuvo china en el momento de la crisis 2008/2009 y cómo ese impulso ayudó a evitar la propagación de la crisis de Europa y Estados Unidos a los países emergentes. Al crecer menos las exportaciones, el incremento de las reservas en divisas se hará más lento y, consiguientemente, las colocaciones en títulos del Tesoro de EEUU aumentarán menos. Tal cosa, si es importante, podría provocar un aumento de los tipos de interés en unos EEUU necesitados de capital extranjero para financiar su déficit presupuestario y su déficit exterior. Una consecuencia importante es que se podrían ver beneficiados los competidores de China en la industria intensiva en mano de obra siempre que las exportaciones crezcan menos y que el coste laboral siga aumentando de manera significativa.

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Pero la desaceleración que está sufriendo el gigante asiático indica que hay pocas posibilidades de que China vuelva a embarcarse en ese portentoso nivel de inversión que mostró en los últimos años. Los datos muestran que China ha recortado todas sus importaciones de productos básicos y esto indica que la perspectiva de los precios de las principales materias primas seguirá

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