“Seguridad-Inseguridad: percepciones y delitos concretos”

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En el rol de los medios de comunicación hay, si bien, una relación entre la degradación de la sociedad (pobreza, marginalidad, etc.) y el delito, este apunta solo a un tipo de delito, y los medios de comunicación en su mayoría estigmatizan esta tipificación, exagerándola. Sucede en muchos casos que, aunque ocurra el mismo tipo de delito en una zona de clase alta y en una de clase baja, impacta la noticia más en la primera, aunque los medios teóricamente pretendan mostrarlo de la misma manera. La percepción del delito que recibimos a través de los medios son los de mayor grado de violencia, ya que son estos los que impactan más a sus consumidores.

Cuando apuntamos al sentimiento de inseguridad que se percibe volvemos a señalar los dos ejes de mayor preocupación de la sociedad, que son los homicidios y los robos violentos, son los que generan el mayor temor, hasta en acciones comunes como el salir a la calle y hasta dentro del hogar, establece la sensación de desprotección, sumado a veces a la falta de recursos tanto humanos como de equipamientos al que recurrir en caso de ser necesario al accionar de las fuerzas de seguridad.

Con lo abordado en concepto de “seguridad – inseguridad” vemos que se despliega en un contexto socio-económico-cultural. Una posible solución es el desarrollo de una política de educación en su sentido más amplio y seguridad de estado, sustentables en el tiempo, más allá de las administraciones, evitando encarar políticas individuales de cada gobierno.

Sin lugar a dudas, la opción de transformar el sistema de seguridad pública, es una labor altamente compleja que sólo puede ser abordada con capacidad técnica, decisión política, acuerdo de los distintos partidos políticos y participación de las instituciones (Policía, Servicio Penitenciario y Justicia), pero mientras tanto hay que tomar medidas inmediatas que permitan a los ciudadanos vivir y desarrollarse en un contexto de paz y seguridad y esa es la pelea que deben dar los tres niveles de gobierno (nacional, provincial y municipal) en forma conjunta.

Para finalizar, la seguridad es un sistema y, por ende, requiere estrategias de abordaje sistémicas y no mágicas. La seguridad debe ser construida localmente, respetando las particularidades de cada comunidad, debe asentarse sobre diagnósticos serios, debe ser preventiva (orientada a reducir las causas que generan la inseguridad, de las que hicimos mención), participativa y consensuada con los actores sociales. Y por sobre todas las cosas, la seguridad debe ser democrática, respetando las libertades, derechos y garantías que tanto nos costó alcanzar.