¿Y QUÉ PASA CON LA PAZ?

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El proceso de paz en Colombia ha tenido avances y percances en su desarrollo, pero se hizo lo posible por lograr el tratado y se espera por ahora, su posterior cumplimiento con el proceso mencionado al público en general y en los tiempos establecidos. Y es que en torno a esta cuestión giran diversas opiniones entre las que se destaca la del sector del uribismo, que habla sobre la dudosa factibilidad de un proceso de paz con las FARC, cuando esta por ahora sigue realizando actos delictivos. Al otro lado de la opinión, esta la del sector del liberalismo, que está de acuerdo con que se llegue a una paz no obteniendo un vencedor, si no con un acuerdo mutuo entre las partes, dialogando y deliberando, como se presume que se hizo.

El proceso de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC aun avanza lentamente, sin la constancia necesaria y con dudosos resultados a la vista. Como marco de este proceso se tiene al pueblo del país, cansado de llevar por tantos años un conflicto que todavía nos sigue costando innumerables vidas humanas, con el ahogo de la ya desangrada economía y la enorme desigualdad social que podemos percibir en cualquier lugar del territorio que, como es conocido, cuenta con el conflicto insurgente armado más largo del continente americano, abarcando así mismo los procesos de paz más largos de la región. Por otro lado se encuentran los intereses de las partes que firmaron el supuesto acuerdo de paz que buscaron repartirse el poder durante todo este tiempo, para de esa manera, dar una imagen al mundo que justifique a un país democrático civilizado, que durante su formación y desarrollo como estado ha tenido problemas pero que elige como bastón a las instituciones y a los derechos como métodos racionales y legítimos para resolver sus conflictos.

Se puede decir sin temor a equivocarse que para lograr la paz en este país, aún falta bastante camino por recorrer, cosas que pensar y modificaciones en el manejo general del gobierno, pero si se logra va a potencializar a Colombia de muchas formas, con un buen manejo de los mandatarios y el enorme ahorro de dinero que se tendría si se dejara de invertir tanto presupuesto en la guerra, se podría duplicar los recursos que se le reparten a sectores importantes como la educación o las obras de infraestructura necesarias para mejorar la imagen. Se podría encaminar a Colombia también, como un país que busca el desarrollo, impartiendo educación a zonas aisladas por el conflicto ofreciendo más garantías, elevando el turismo con exploraciones a nuevas zonas del país liberadas con el fin de la guerra y en materia gastronómica, agregando nuevos ingredientes de zonas ricas como la Guajira y posicionando a los chefs del país como competencia a los grandes cocineros del mundo, además los índices de desempleo presentarían una baja también, considerando que con la nueva capacitación se podrían crear más empresas que integraran personas de diferentes regiones y con diferente conocimiento, por lo cual, mejoraría la economía del país de una manera notoria. Solo hay que tener presente que la paz se lograría con tres cosas: No hacerle daño a nadie ni celebrar este tipo de cosas, darle a cada quien lo que le corresponde para vivir de manera tranquila y dejar de lado el yo para pensar también en los demás.