El punto de partida para este texto, ha sido cierta inquietud por fundamentar psicoanalíticamente el concepto de adolescencia, darle especificidad psicoanalítica; no como término meramente descriptivo venido de otra parte.
Enviado por Eric • 26 de Septiembre de 2018 • 1.612 Palabras (7 Páginas) • 441 Visitas
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Una palabra sobre la función del amigo. Sugiero que la función del mismo me parece que se puede entender si uno la opone a la del extraño. Así como el extraño irrumpía causando angustia en lo familiar, la función del amigo creo que se debe pensar como una transformación muy importante del objeto transicional. En tanto el amigo mitiga los rigores de la posición familiar/extrafamiliar, la suaviza, funcionando como un articulador.
- Un segundo punto es el pasaje o la transformación del yo ideal o, que el acento se desplace del yo ideal al Ideal del YO.
Este punto, tiene que ver con todo lo hablado de duelos, de matar al niño ideal, de duelos de la infancia; está ligado a una predominancia del ideal en tanto horizonte abierto de lo que va ser (o de lo que será sin serlo nunca del todo), contrapuesto a la dimensión del Yo Ideal, como la de lo que ya está ahí consolidado como una cierta estatuaria. Metapsicológicamente, creo que se puede pensar en término de una predominancia de la identidad de pensamiento sobre la identidad de percepción.
- El tercer punto es el pasaje de lo fálico a lo genital; lo sitúo como tercer punto pero es en realidad la primera gran tarea que le asigna Freud a la pubertad, y por lo tanto involucra todo el desarrollo de la adolescencia.
Estimo que hemos sufrido una cierta deprivación conceptual en los últimos años, que ha consistido en que se tapone o se disuelva la oposición fálico/genital que es decisiva.
- El cuarto punto consiste en la repetición transformadora de los tiempos del narcisismo, como nuevo trabajo. En mi concepto, en la adolescencia se repite toda la problemática de esa reestructuración narcisista, pero en transformación, en el sentido que se invierten los tiempos. La adolescencia no se puede inaugurar sin una aparición del extraño allí, sin verse como extraño, en su primer tiempo; sin ese desacomodo, que tiene que ver con lo que Cristian Hornstein llamaba muy bien “desamparo puberal”, es dejar de estar protegido por la imagen especular; eso inaugura verdaderamente la adolescencia. Ahora se ve un desconocido allí. Y lo ve también en el sentido metafórico. Toda la identidad construida en la niñez junto a los padres sufre un profundo desacomodo en relación con ella.
Luego, será el verse como Otro, para lo cual el adolescente se dirige ahora hacia fuera de su familia, hacia todo e lcampo social. Pensemos por ejemplo en los nuevos idealies: la banda, elgrupo, etc. y para terminar, en lo que Peter Blos llamaba consolidación, en verse nuevamente en el Otro, sólo que otro un poco mas abstractos, con referencia a ciertos ideales.
- Este punto (caracterizado como decisivo) de trabajo es el pasaje del jugar a trabajar, que me parece fundamental. Mi hipótesis es que si algo de las raíces deseantes del jugar, no pasan inconscientemente al trabajo; si no hay una articulación inconsciente donde el trabajar herede lo lúdico, retransformándolo (retransformándolo porque hay otro lugar ahí de lo preconsciente y del proceso secundario), el trabajar y el jugar se disyuntan, el jugar queda confinado en la categoría de ensueño diurno improductivo, y todo el campo del trabajo en el futuro se expone a ser pura adaptación, a quedar preso meramente de una demanda social, alienante, algo donde no se juegue la realización deseante de una subjetividad.
- El último punto que destaco como trabajo en esta serie abierta es, lo califico, como del desplazamiento a la sustitución, particularmente en términos de elección de objeto, si se examina esta crucial esfera, o en términos edípicos. Una cosa es en el plano de desplazamiento, que ya se alcanza durante la niñez, ligado a la represión.
En la sustitución hay algo distinto que no es la represión y el desplazamiento sino que invoca el concepto de Untergang (Freud), es decir, hundimiento, sepultamiento, desintegración, desaparición. Porque lo prohibido del incesto no sólo concierne a la madre como objeto, eso es una versión muy estrecha, en realidad concierne a no perseverar, a no insistir en una cierta matriz madre-niño como verdadero núcleo de lo incestuoso.
Dos observaciones:
- Como psicoanalistas, la adolescencia es la última ocasión que tenemos de intervenir antes de lo ya terminado de estructurar.
- La adolescencia es el gran tiempo donde, en el trabajo del a posteriori, se da una cierta construcción de algo como la neurosis infantil; no como la neurosis concreta que se padeció en la infancia, sino bajo la forma de la categoría de neurosis infantil que se lleva a la edad adulta. Y en ese sentido yo pensaría a la adolescencia también y sobre todo como una tentativa de curación de la niñez, pero que, claro está, no debe termina en la destrucción masiva de todos los elementos que conformaron la niñez.
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