Escrito de mi vida. ¿MATICES?
Enviado por Andrea De Gré • 19 de Junio de 2020 • Apuntes • 391 Palabras (2 Páginas) • 444 Visitas
¿MATICES?
Pasé muchos años malgastando energía tratando de convencerme de que en esta vida a cada quién se le asigna un rol a interpretar. He pasado mi vida imponiéndome que a mí me tocó ser la fuerte. A mí no me toca sentirme mal, ya hay intérpretes para ese rol. Convirtiéndome así en mi propia sombra, cerrando mi existencia a un “soy la fuerte. Soy soporte”. Llenándome de envidia hacia todos aquellos que les asignaron personajes con matices; todo aquellos a quienes se les permitió encontrarse entre blancos y negros para formar un precioso gris unitario lleno de sub-tonalidades divinas.
En ocasiones la vida nos golpea con tanta fuerza que nos empuja de un blanco perfecto a un negro absorbente a la velocidad de un pestañeo. Qué gran sorpresa me llevé cuando me encontré fuera de esta zona de fortalezas en la que me encerré tan herméticamente. En ese momento tuve la oportunidad de salir de este mantra impuesto, para encontrarme en la encrucijada de “escoge qué/quién quieres ser. Eres una o eres otra”. Como es de esperarse, bloqueé todo lo negro para elegir apegarme al blanco y regresando a mi común “soy la fuerte”.
Pero qué pasa cuando me siento a observar y reflexionar que las personas no son tonalidades. Es entonces cuando descubro que la vida se construye de momentos efímeros que nos llenan el alma de estos matices que tanto envidié y que, inconscientemente, busqué, los matices no están en los intérpretes, si no en sus momentos efímeros.
Yo misma soy matices, soy fuerte siempre que me permita ser frágil. Soy blanco y soy negro. Soy gris, soy matices; hay vida y soy vida. Noto esto y entonces dejo de esperar a alguien que me abrace y empiezo a abrazarme por mi cuenta. Abrazo con fuerza mis blancos, y aún con más fuerza abrazo mis negros, me entrego a ellos.
Me abrazo. Abrazo mi proceso y me acompaño en el camino para finalmente encontrarme envuelta en mis matices. Me abrazo en extremos y encuentro aún más paz cuando me abrazo en grises.
Le doy un tierno beso de despedida y me desprendo del agobiante y asfixiante “soy la fuerte”, lo suelto con amor, agradecida y sin rencores.
“Soy gris, soy matices. Hay vida y soy vida”.
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