Ensayo pelicula Matrix.

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Aquí podemos plantear, ¿Fue la píldora Roja la mejor opción?¿Es realmente bueno conocer la verdad completa? Personalmente si me encontrara en esta posición decisiva, donde debo enfrentarme a lo desconocido, al igual que Neo habría elegido la píldora roja, ¿por qué no aventurarse a lo desconocido? a investigar los secretos más allá de lo visible. Si bien, en la película no se evidenció la presencia de un Dios como tal, podemos intuir que efectivamente hay una presencia superior a todo. En parte tenemos al oráculo, o más bien, la oráculo quien forma parte de la idea del bien, alguien que muestra o conduce hacia la verdadera realidad y de igual forma encontramos a Neo, también llamo “el elegido”, supuestamente un ser que conduciría a la humanidad hacia su libertad (fuera de la caverna si lo representamos con la idea de Platón) fuera de Matrix, pudiendo decidir por su propia cuenta lo que realmente quieren ver.

En fin, Matrix como William Irvin dice: “Es la película más filosófica que se haya hecho nunca: cada paso de su vertiginoso argumento puede ser puesto en conexión con algún problema filosófico. Si el mundo que conocemos no es más que un sueño virtual nuestro, ¿convierte eso al sueño en realidad? Si tuviéramos la posibilidad de salir de ese mundo soñado para regresar a otro más real pero menos agradable –tomar la pastilla roja- ¿sería un fracaso moral no hacerlo? ¿Por qué los seres humanos son más valiosos que [eventuales futuros] mecanismos electrónicos inteligentes? ¿Puede vivir la mente sin el cuerpo o el cuerpo sin la mente?” son algunas de las interrogantes que Matrix provoca en su espectador, esa magia que posee y no hablo de los efectos especiales, sino más bien, del remolino de cuestionamientos filosóficos que nos provoca. El mismo cuestionamiento que Neo tuvo que afrontar para corroborar su presentimiento, arriesgarse en busca de “la verdad” y tomar la píldora roja, salir a la luz de sol (metafóricamente), ver lo que era en realidad su mundo y darse cuenta de que lo que estaba viviendo no era más que un espejismo.