Estudio de Escalas Estructura del pentagrama: Formado por líneas, espacios, divisiones y clave. Nos permite ubicar y agrupar las notas
Enviado por klimbo3445 • 17 de Abril de 2018 • 3.875 Palabras (16 Páginas) • 463 Visitas
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Segundo Mandamiento: No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios (Ex 20, 7; Dt 5, 11). El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. El nombre del Señor es santo. Prohíbe todo uso inconveniente del nombre de Dios. “Ante todo, hermanos, no juréis ni por el cielo ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Que vuestro sí sea sí, y el no, no; para no incurrir en juicio” (St 5,12). ¿He jurado con duda de la verdad de lo que juré? ¿He jurado con verdad, pero sin necesidad y por costumbre? ¿He pronunciado e nombre de Dios sin respeto, con enojo, burla o de otra manera poco reverente? ¿Rechacé el auxilio de Dios? ¿Desconfié de Dios? ¿Blasfemé contra Dios? ¿He hecho un acto de arrepentimiento, al menos interno, cuando oigo alguna blasfemia o veo que se ofende a Dios? (Blasfemar consiste en proferir contra Dios –interior o exteriormente- palabras de odio, de reproche, de desafío; en injuriar a Dios, faltarle al respeto en las expresiones, gestos o chistes, en abusar del nombre de Dios) ¿He jurado hacer algún mal, vengarme o desquitarme? ¿He reparado el daño? ¿He pronunciado el nombre de los santos sin respeto? ¿Contra nuestra Señora, la Iglesia y contra los sacramentos? ¿Me he confesado sin arrepentimiento sincero y sin el firme propósito de enmendarme? ¿He comulgado sin estar en gracia? “Examínese, pues, cada cual, y como así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe indignamente, come y bebe su propio castigo” (1Co11,28- 30). ¿He cumplido los votos y promesas hechas a Dios? ¿He usado el signo de la Cruz con irrespeto, para jurar y dar valor a mi palabra?
Tercer Mandamiento: Guardarás el domingo y días santos de precepto (Ex 20, 8-10; cf Dt 5, 12-15; Mc 2, 27-28).
¿Participé de la misa entera los domingos y días santos? ¿Llegué tarde por propia culpa? ¿He sido irreverente en la Iglesia: he omitido la genuflexión bien hecha ante el Santísimo, he cruzado las piernas, he usado vestidos inapropiados: muy cortos, escotados, ajustados al cuerpo, etc.? ¿He trabajado los domingos y días santos sin necesidad? ¿He obligado a otros a trabajar sin justa causa en día santo? ¿He aprovechado estos días para rezar más y pasar más tiempo con la familia? El ayuno es la oración del cuerpo. ¿He cumplido con el ayuno? (El ayuno debilita las pasiones y fortalece la voluntad. En un gesto de solidaridad para con los pobres, atrévete a hacer un ayuno de pan y agua, un día por semana, o atrévete a no mirar la televisión dos días por semana y dedicarle ese tiempo a la familia).
AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO
Cuarto Mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre (Ex 20, 12; Dt 5, 16; Mc 7, 10). De conformidad con el cuarto mandamiento, Dios quiere que, después que a Él, honremos a nuestros padres y a los que Él reviste de autoridad para nuestro bien, por lo que este precepto se extiende a los deberes de los alumnos respecto a los maestros, de los empleados respecto a los patronos, de los subordinados respecto a sus jefes, de los ciudadanos respecto a su patria, a los que la administran o la gobiernan. Este mandamiento implica y sobreentiende los deberes de los padres, tutores, maestros, jefes, magistrados, gobernantes, de todos los que ejercen una autoridad sobre otros o sobre una comunidad de personas. ¿He contribuido en el seno de mi familia al bien y la alegría de los demás con mi paciencia y verdadero amor? ¿He desobedecido a mis padres? ¿Me he burlado de ellos? ¿Les he negado mi ayuda y asistencia, en especial si están viejos y enfermos? ¿Amo a mis padres? ¿Honro a mis padres? ¿Les perdono? ¿Me he avergonzado de ellos públicamente porque son pobres, ignorantes o ancianos? ¿Provoqué el enojo de mis padres, los insulté o entristecí? ¿Rezo por mis padres ya fallecidos? ¿Lancé alguna maldición? ¿Retrasé el bautizar a los niños? ¿Le doy calidad y cantidad de tiempo a mis hijos? ¿Trato con respeto a niños y familiares? ¿Descuido la salud y alimentación de los niños, su instrucción religiosa, los amigos que tienen, los libros que leen y los programas de televisión que ven? ¿Hay abuso o violencia doméstica en mi casa? ¿Castigo injustamente a mis hijos? ¿Hay grosería y crueldad en la corrección a los niños? ¿Ayudo a los miembros de mi familia? ¿Utilizo palabras hirientes en mi casa y en el trabajo? ¿He desobedecido a mis maestros, profesores o superiores? ¿Trato con justicia y caridad a mis subordinados? Como autoridad pública ¿respeto los derechos fundamentales de la persona humana y las condiciones del ejercicio de su libertad? Como ciudadano, ¿coopero con las autoridades civiles en la construcción de la sociedad en un espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad?
Quinto Mandamiento: No matarás (Ex 20, 13; cf Mt 5, 21-22).
Dios tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de hombre (Jb 12, 10). Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada. Se contempla dentro de este mandamiento el escándalo, porque constituye una falta grave cuando por acción u omisión se induce deliberadamente a otro (s) a hacer el mal, ya que podría ocasionar a su prójimo la muerte espiritual. ¿Me expuse a peligro de muerte sin necesidad? ¿Intenté suicidarme? ¿He descuidado mi salud? ¿Qué vicios están deteriorando mi salud? ¿He inducido a otros en vicios y drogas? ¿Me he embriagado o drogado hasta perder la razón? ¿He sido un peatón irresponsable o un conductor imprudente y temerario? ¿Respeto las leyes de tránsito? ¿Tengo enemistad, odio, rabia o rencor contra alguien? ¿Alimenté pensamientos o deseos de venganza? ¿He denunciado a alguien injustamente para sacar algún provecho? ¿Puse en peligro la vida material o espiritual de los otros con palabras, omisiones, actitudes exageradas? ¿He dejado con descuido, sin protección o resguardo venenos, medicamentos y armas? ¿No he sido moderado en el comer o beber? ¿Me he excedido con dietas y ejercicios? ¿Tengo la tendencia de idolatrar la perfección física y el “culto al cuerpo”? ¿Conduje el auto, la motocicleta, el equipo de trabajo, en forma arriesgada? ¿Dejé de ayudar al prójimo en sus necesidades espirituales o materiales? ¿Me peleé con alguien? ¿Alimenté pensamientos o deseos de venganza? ¿He sentido rabia u odio hacia mi prójimo? ¿Le he deseado algún mal? ¿Le he deseado la muerte? ¿He conservado alguna enemistad ¿Invité a alguien a pecar? ¿Dije palabras ofensivas o de desprecio a los demás? ¿Golpeé o herí a alguien? ¿Maté a alguien? ¿Mandé o aconsejé matar? ¿Aconsejé o provoqué el aborto? ¿Me he puesto triste con el bien del prójimo? ¿He dado mal ejemplo y malos consejos? ¿Ha sido mi actitud
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