La mujer sin cabeza.

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En el intercambio con la tradición melodramática, este film de Martel tiene una crítica feminista a la mirada masculina, donde la mujer no cumple con los valores tradicionales , es decir “los valores de una ética burguesa que apela a los sentimientos más genéricos y universales: el amor maternal, el amor a la esposa, a los hijos, etc.”. Verónica es una mujer adúltera, y ese plano no parece sentir coercionada su libertad. Rompe con el esquema del melodrama clásico en el que “la fidelidad (aparece) como el valor ético primordial” ; sin embargo no quiebra con las convenciones que regulan la vida social, ya que el affair permanece oculto. Sin embargo, el esquema patriarcal , propio de la tradición melodramática aparece en esta obra, y como un círculo perpetúa las estructura de poder. La mirada de lo que debe ser una mujer en la sociedad de clase media alta salteña no sorprende, sin embargo resulta interesante ver como los modelos se van pasando de una generación a otra. Cuando , viendo el video del casamiento, la madre de Verónica le dice “ Que flaca eras”, revitaliza las normas patriarcales trayendo al escenario una generación más vieja, muy inquieta por la disposición del cuerpo femenino para complacer la atracción de los hombres.

Al analizar los encuadres, es notoria la presencia de líneas verticales. Estas líneas son rejas, escaleras, persianas o sombras proyectadas que la directora incluye en los planos en los que Vero está en su hogar. Es como si el personaje estuviera resguardado, el espacio familiar entonces podemos pensarlo como un lugar de encierro y al mismo tiempo de contención. Este pone un límite a la libertad de Verónica como mujer, pero simultáneamente la protege. Su marido y amigos toman decisiones, la manipulan. Verónica aparece en el film representada como una mujer desconectada de sus decisiones y de lo afectivo, se la muestra sola en su casa, a partir de encuadres con planos generales en los que no tiene vinculación con los otros personajes de su familia. La cuestión ambivalente de la representación del espacio de Verónica, está vinculado a esta situación, en la que ella fluctúa entre ser parte de un círculo que toma decisiones por ella y la confusión de lo que realmente ocurrió. Ella elije el lugar cómodo en el que no se hace cargo de lo que hizo, donde intenta borrar las pruebas y no cuestiona la desaparición de los registros del hotel , ni las radiografias del hospital. El encierro del hogar la ayuda con miedo a la libertad, no tiene la necesidad de valerse como mujer ni como profesional, si no puede atender pacientes los atiende el hermano, si no tiene el auto le piden un taxi, si no hay alguien que le baje las macetas, no las lleva. El espacio en el que se la representa habla de ella, de su incapacidad de tomar sus propias decisiones y al mismo tiempo hacerse cargo de sus propios deseos.