BASES BIOLÓGICAS DEL TRATAMIENTO ORTODÓNCICO.
Enviado por Eric • 26 de Noviembre de 2017 • 1.948 Palabras (8 Páginas) • 477 Visitas
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aplicar la presión, y parece claro que la prostaglandina E es un importante mediador de la respuesta celular. Es probable que los cambios en la forma de las células influyan de alguna manera. Es probable que la movilización de los fosfolípidos de la membrana, que da lugar a la formación de fosfatos de inositol, represente otra vía para la respuesta celular final. También participan en el proceso otros mensajeros químicos, la familia de las citocinas, el óxido nítrico (NO) y otros reguladores de la actividad celular.
Cuando se evitan las zonas de necrosis en el LPO, no sólo mejora el movimiento dental, sino que también disminuye el dolor. Incluso con fuerzas leves pueden aparecer pequeñas zonas avasculares en el LPO y retratarse el movimiento dental hasta que sean eliminadas mediante reabsorción basal.
Tanto los experimentos con animales como la experiencia clínica con seres humanos sugieres que las fuerzas de inclinación no deben superar los 50 gramos, aproximadamente.
Si se aplican dos fuerzas simultáneamente sobre la corona de un diente , éste se puede mover en masa, (trasladarse) (es decir, el ápice radicular y la corona se desplazan la misma distancia en la misma dirección). Está claro que para producir la misma presión sobre el LPO y, por consiguiente, se necesitará el doble de fuerza para el desplazamiento en masa que para la inclinación.
Las fuerzas adecuadas para la rotación son parecidas a las que se precisan para la inclinación. En teoría, los movimientos de extrusión no producirían zonas de compresión en el LPO, sólo tensiones. Al igual que en la rotación. Aunque se pudiesen evitar esas zonas de compresión, las intensas fuerzas de tensión pura serían indeseables. Para la intrusión se requieren fuerzas de poca intensidad, ya que éstas se concentran en una zona muy pequeña del ápice dental. Sólo será posible lograr la intrusión si se aplican fuerzas muy leves.
La clave para conseguir el movimiento ortodóncico radica en aplicar una fuerza mantenida que debe estar presente durante una parte considerable del tiempo (varias horas al día), durante unas 4 horas empiezan a aumentar los niveles de nucleótidos cíclicos en el LPO.
Desde ese punto de vista, la duración de las fuerzas ortodóncicas se clasifica por el índice de decadencia en: * Continua: fuerza que se mantiene en un porcentaje apreciable de la original entre una visita del paciente y la siguiente.
* Interrumpida: el nivel de la fuerza disminuye a cero entre las activaciones. Tanto las fuerzas continuas e intensas pueden resultar bastante destructivas. Para cada acción deseada existe una reacción igual y opuesta, el anclaje es la resistencia a las fuerzas de reacción que se obtiene de otros dientes, del paladar, la cabeza o el cuello y mediante anclajes atornillados a los maxilares.
En adultos que han “perdido” los primeros molares permanentes en la adolescencia, el segundo molar se inclina a mesial, pero la reabsorción del hueso alveolar en el sitio de la extracción estrecha el reborde. También es difícil y lento el cierre de estos espacios ortodóncicamente ya que se requiere la remodelación de la cortical ósea.
Con el desarrollo de las técnicas de implantes óseos, se presentó el potencial para lo que podía describirse como anclaje absoluto, sin más movimiento dental que el deseado. Los que permitían hacer cosas que antes eran imposibles; por ejemplo, la intrusión de los dientes postero- superiores en el tratamiento de la mordida abierta anterior. Se ha visto que osteointegración para el éxito a largo plazo de los implantes cuando se utilizan como attaches temporales al hueso para proporcionar anclaje ortodóncico (tornillos de titanio).
Radiográficamante, el espacio del LPO se ensancha durante la movilización ortodóncica de los dientes. La combinación de un espacio ligamentoso más amplio y un ligamento algo desorganizado implica que los pacientes presentarán una mayor movilidad.
Si se aplica una presión intensa sobre un diente, se produce dolor de forma casi inmediata al quedar el LPO literalmente aplastado. El dolor dura por lo general de 2 a 4 días y después desaparece hasta que se vuelve a reactivar el aparato ortodóncico. El dolor asociado al tratamiento ortodóncico guarda relación con la aparición de zonas isquémicas en el LPO, que sufrirá necrosis aséptica (hialinización).
Si se utilizan fuerzas de poca intensidad, el dolor que experimentan los pacientes se pude reducir haciéndoles mascar (una goma, una oblea de plástico colocada entre los dientes) durante las 8 hrs. Posteriores a la activación del aparato ortodóncico. Esto desplaza temporalmente los dientes lo bastante como para permitir algún flujo sanguíneo por las zonas comprimidas, evitando así la acumulación de metabolitos que estimulen los receptores del dolor. Se ha sugerido que el paracetamol debería ser un analgésico más o, el naproxeno y similares inhibidores de las prostaglandinas. Las dosis más bajas no producen efecto en el movimiento inicial de los dientes en los primeros 3-4 días de tratamiento, para controlar el dolor de la artritis. Estas dosis sí pueden inhibir el movimiento dental.
Las reacciones de la pulpa al tratamiento ortodóncico son mínimas, pude producirse una respuesta inflamatoria leve y transitoria, al menos al inicio de tratamiento. Esto podría contribuir a las molestias que suelen experimentar los pacientes durante algunos días al activar los aparatos, leve pulpitis no tiene consecuencias a largo plazo. Ocasionalmente, se publican casos de pérdida de la vitalidad dental durante el tratamiento ortodóncico. Suele haber una historia de traumatismo dental previo, puede deberse a un mal control de las fuerzas ortodóncicas. Un movimiento brusco lo bastante importante de ápice radicular puede interrumpir los vasos sanguíneos a nivel de su entrada.
El factor fundamental en el movimiento ortodóncico de los dientes es la respuesta del LPO, no de la pulpa, es perfectamente factible mover los dientes sometidos a tratamientos endodóncico.
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