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La nueva era del consumo musical

Enviado por   •  21 de Diciembre de 2018  •  4.196 Palabras (17 Páginas)  •  247 Visitas

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Delimitación.

A través de la revisión de las plataformas digitales así como algunos sitios web, podremos conocer la conducta que tiene el consumidor al elegir el servicio y como se genera una interacción con él. La investigación durará las dos primeras semanas del mes de Octubre.

MARCO TEÓRICO

Si analizamos la cadena de valor de la industria de la música en el entorno digital vemos que se están incorporando nuevos elementos con respecto a la cadena de valor tradicional (físico), puesto que además de la creación y la producción musical, es necesario implementar nuevas infraestructuras tecnológicas de digitalización de la música, almacenamiento y distribución, conjuntamente a nuevos sistemas de comercialización, cobro y gestión de los derechos sobre los productos musicales.

En el entorno digital ahora se incorporan a la cadena de valor las plataformas de distribución comercial de música (Spotify, iTunes, Yotube Music, Apple music, etc)

Las principales estrategias que se están dando en esta industria son:

Streaming multiplataforma: La música esta dejando paulatinamente de almacenarse en forma de archivo digital o de manera física. Los usuarios accederán desde distintos dispositivos a sus listas de reproducción y temas favoritas, ubicados en la nube o apps.

El CD como souvenir: A medida que el streaming se convierte en la principal vía de consumo musical, el disco físico tiende a convertirse en un obsequio promocional o en una pieza para coleccionistas.

Descubrimiento y Búsqueda: Cada vez es más importante etiquetar los clips de música con información inteligente y dinámica que facilite encontrar artistas relacionados, sonidos afines y propuestas complementarias.

Big data musical: Ganan protagonismo los programas de recomendación que ofrecen propuestas personalizadas basadas en el perfil del oyente, su historial de reproducciones, el día y la hora, la ubicación geográfica, etc.

Reconocimiento: El no saber el autor o nombre de una canción es algo que va desapareciendo poco a poco ya que el sistema reconoce canciones e incluso un tarareo.

Como se originan los nuevos consumos de manera digital:

Aunque el CD es el primer soporte propiamente digital, es la llegada de Internet la que cambia el paradigma de consumo juvenil de música, que permite la transición de los consumos analógicos a los digitales, Internet es la marca distintiva para esta generación y el parte aguas del mercado juvenil de música. Uno de los grandes efectos de la tecnología digital en la música, fue el de convertir un

producto de consumo vinculado al objeto y a los sistemas de distribución convencional, en uno basado en la información. La música digitalizada se convirtió rápidamente en un

contenido, información que se puede copiar para compartirse o almacenarse en forma más rápida y práctica.

En el 2009 Internet permitió el consumo musical a través de plataformas audiovisuales que se convirtieron rápidamente en el recurso principal para la consulta y descarga de música: de manera sencilla y a través de un solo clic, YouTube por ejemplo permite satisfacer todos los apetitos musicales.

Es ahí donde se incluyo el tema de cómo consiguen los jóvenes la música. Ellos utilizan la descarga como la base de sus consumos. La descarga permite la variedad de géneros, la abundancia de música y el acceso rápido y gratuito; si y sólo si al joven le gusta mucho un material, lo compra, reduciendo esta forma de consumo a un suceso

eventual o extraordinario, pues la mayor parte de su música viene de las descargas La descarga es la práctica principal de los jóvenes a la hora de conseguir la música; Internet cuenta con una diversidad de páginas Web, plataformas y software para ello habituales.[1]

Si analizamos la cadena de valor de la industria de la música en el en- torno digital vemos que se están incorporando nuevos elementos con respecto a la cadena de valor tradicional, puesto que además de la creación y la producción musical, es necesario implementar nuevas infraestructuras tecnológicas de digitalización de la música, almacenamiento y distribución, conjuntamente a nuevos sistemas de comercialización, cobro y gestión de los derechos sobre los productos musicales.

Así, la cadena de agentes que intervienen en el mercado digital de la música se alarga, dado que algunos sectores que tradicionalmente no intervenían directamente en este sector ahora entran a formar parte de su cadena de valor, como por ejemplo los nuevos intermediarios como las empresas de hardware y software que suministran las plataformas de distribución y comercialización de música, los sistemas de cobro y de gestión de derechos (DRM o Digital Right Management), los operadores de redes digitales (telecomunicaciones, proveedores de acceso a Internet, cadenas de radio y televisión digital), más los agentes tradicionales, como el sector de la electrónica, que adquieren cada vez más un peso mayor dentro de la industria de la música

La industria discográfica parece estar asimilando al fin el darwinismo esencial (adaptarse o morir) que mueve el negocio y, tras años de pérdidas constantes y de caídas estrepitosas en las ventas de los soportes físicos tradicionales, empieza a ver en las plataformas online de streaming un auténtico salvavidas, si no para el presente inmediato, sí al menos para un futuro en el que ya no hay vuelta atrás.

Que Internet y la digitalización han revolucionado el mundo de la música no es, obviamente, ninguna novedad, no solo en lo que respecta al negocio, sino también en la forma en que se consume e incluso en que se crea. Ya apenas escuchamos álbumes completos, consumimos a la carta, y nos interesa más poder acceder fácilmente, en cualquier dispositivo y en cualquier momento, a una canción que poseerla o almacenarla.

Es el mundo de las playlists (listas de reproducción) para cada estado de ánimo, el mundo de las canciones al azar, un mundo en el que la música ha ido ocupando cada vez menos espacio físico en nuestras vidas: las grandes colecciones de vinilos y los cajones llenos de cassettes dieron paso a las columnas de cd’s, y éstas a carpetas repletas de mp3 en los ordenadores que ahora apenas abrimos, si es que las conservamos, ante la oferta prácticamente infinita y a tan solo un click que supone tener una simple conexión a Internet.

Algunas investigaciones sugieren

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