ANTROPOLOGÍA FORENSE
Enviado por Rimma • 1 de Noviembre de 2017 • 6.259 Palabras (26 Páginas) • 544 Visitas
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Diagnostico de especie: no representa un problema en su determinación ya que la anatomía humana es bastante diferente de la de los animales que puedan existir en el entorno.
Si existe duda porque aparezca solo un fragmento óseo o restos parciales de algún animal que por su anatomía pueda recordar la humana (manos y pies de oso, restos de primates) pueden enviarse al laboratorio donde se identificarán por medio de técnicas biológicas.
Aunque existen en la literatura otros métodos como el cálculo del índice medular en los huesos largos o el estudio del tamaño y número de canales de Havers por mm2. Estos métodos son de dudosa validación por lo que es preferible obviarlos.
Determinación del número de individuos: cuando aparecen restos de más de una persona mezclados o dispersos o bien deteriorados o fragmentados debe intentarse la individualización y estudio de cada uno de los individuos.
Para ello son de gran utilidad los datos que se han extraído en izó levantamiento de los restos.
Son también de interés los detalles siguientes:
- Variaciones de color y aspecto de los distintos huesos.
- Grado de deterioro o conservación en que se encuentren.
- Diferencias de tamaño entre huesos homólogos.
- Semejanzas anatómicas entre fragmentos óseos que pueden corresponder a un mismo individuo.
- Articulación de los huesos entre sí (coincidentes o no).
- Relación de oclusión entre maxilares y mandíbulas.
- Características métricas y morfológicas en cada uno de ellos que puedan dar información sobre sexo, edad, desarrollo, etc.
Data de la muerte: aunque hay algunos signos, como la coloración del hueso que suele tornarse del mismo color que el medio donde se encuentra a los 70 u 80 años, no existe un método realmente fiable para la determinación de la data. Puede ser de ayuda el esquema de Müller que se basa en la evolución de las partes blandas del cadáver y que se resume en los siguientes pasos:
1. Formación de una capa de moho en los cadáveres sepultados en tierra (se presenta de 2 a 4 años después de la muerte).
2. Desaparición de las partes blandas en enterramientos en fosas (indica que han trascurrido 2 o 4 años después de la muerte).
3. Desaparición de cartílagos y ligamentos en sepultados en tierra (tiene lugar a los 5 o más años).
4. Desaparición de la grasa en los huesos (tiene lugar a los 5 a 15 años después de la muerte).
5. Destrucción del hueso, puede presentarse entre 10 a 15 años, dependiendo del terreno. Hay huesos que resisten miles de años.
6. Estado quebradizo, frágil y poroso de los huesos (quiere decir que por lo menos ha transcurrido 50 años. Una vez más esto hay que cotejarlo con el estado y composición químicos del terreno).
7. El hueso no tiene medula ósea (más de 6 años).
8. No hay nada de materia orgánica en el canal medular (más de 10 años).
Determinación de la raza: esta estimación es necesitaría en aquellos países donde existen mezclas raciales.
Es de difícil discernimiento ya que no existe razas puras, por lo que más bien se ha de hablar de una determinada tipología.
Determinación de la edad: para el establecimiento de la edad de fallecimiento se establecen tres etapas:
- Desde el nacimiento hasta los 12-13 años, en el que si disponemos de los maxilares.
- En el adolecente (desde los 14 años hasta la maduración 20-23 años). Se puede establecer la edad mediante el estudio de la calificación de cartílago metafisiario.
- En el adulto. Existe una gran cantidad de métodos para tratar de establecer la edad en el adulto. Desde el estudio del cierre de las suturas craneales hasta métodos radiográficos e histológicos. Estos métodos van a estar influenciados por múltiples factores personales tales como caracteres hereditarios, alimentación, diferencias sociales, enfermedades, tipo de trabajo, y en general factores ambientales.
Determinación del sexo: esta determinación no suele presentar problemas en el adulto.
En el niño la única posibilidad es la determinación a través de los marcadores de ADN para el cromosoma X y el cromosoma Y.[1]
Al hablar de dimorfismo sexual nos estamos refiriendo a las diferencias existentes en tamaño, estructura y apariencia entre machos y hembras de una determinada especie o subespecie de la misma edad.
Diversos factores influyen en la fiabilidad del diagnostico del sexo en el esqueleto. Entre ellos destacan: la naturaleza frecuentemente fragmentaria o aislada de los restos, la edad, la variabilidad intrínseca y la ausencia de cualquier estándar real.
Este nos plantea la disyuntiva entre subjetividad y objetividad, entre la descripción frente a la medición y entre la experiencia frente a la estandarización estadística.
Conforme aumenta la experiencia, se gana confianza en la habilidad para juzgar a simple vista el sexo de un esqueleto, de forma que el ojo entrenado puede sintetizar más rápidamente una amplia variedad de caracteres morfológicos que cualquier dispositivo métrico. No obstante, siempre se debe validar el argumento apoyándose en procedimientos métricos objetivos.
Dado que el carácter sexual secundario más destacado del esqueleto de una mujer adulta es la modificación del anillo pélvico para el parto, las diferencias existentes entre la pelvis de adultos de ambos sexos han sido citadas en todos los textos forenses como el mejor indicador sexual en el esqueleto.
Es más simple de estos indicadores es un detalle observable en un hueso, como puede ser en el pubis la forma trapezoidal o la presencia del arco ventral.
El siguiente tipo de indicador es la determinación de la dimensión simple de un hueso, como el diámetro de la cabeza del húmero. A fin de que dicha dimensión sea de utilidad para su aplicación forense, ha de haberse medido en un número adecuado de esqueletos de sexo
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