Acoso callejero ensayo
Enviado por Jerry • 21 de Diciembre de 2018 • 1.948 Palabras (8 Páginas) • 671 Visitas
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La investigación se llevará a cabo desde la premisa del acoso sexual callejero cómo una consecuencia de la violencia patriarcal machista que se ha vivido y se vive de manera constante en Chile. Revisando temas contingentes al caso tales como; violencia de género, acoso sexual, piropo, galantería y/o coquetería.
El acoso callejero es y ha sido una construcción social, se construye a partir de las representaciones sociales que éstos tienen sobre el mundo, podemos afirmar entonces que toda representación y todo conocimiento es histórico. Sin embargo, estas construcciones sociales, objetivadas e internalizadas por los individuos durante sus procesos de socialización, suelen percibirse como elementos fijos e incuestionables debido a ciertos mecanismos que transforman a la historia en naturaleza, y a lo culturalmente arbitrario en natural. Esta “eternización de la historia” se relaciona a un concepto clave en la obra del sociólogo Pierre Bourdieu: la idea de habitus, entendida como un sistema de disposiciones y esquemas interiorizados que configuran las prácticas, pensamientos, percepciones y conductas regulares y esperables de los agentes sociales, generadas por una “intencionalidad sin intención” y una regularidad sin sumisión consciente a la regla. Es decir es algo que esta naturalizado, las personas que realizan algún tipo de acoso callejero no se ponen en el lugar de la otra persona.
Otra autora importante dentro de las categorías del género, es Marta Lamas, quien da responsabilidad al núcleo familiar para otorgar el cambio a las prioridades ciudadanas. “La perspectiva de género requiere de un proceso comunicativo que la sostenga, y la haga llegar al corazón de la discriminación: la familia” (Lamas, 1995). Se trata de una nueva forma de conceptualizar las responsabilidades familiares entre mujeres y hombres, con respecto a la distribución de tareas y el apoyo de servicios colectivos, especialmente los cuidados infantil. Desde ahí es donde se va a producir o desarrollar una acción antidiscriminatoria, la cual se debe apoyar en la educación y en la comunicación social. “La formulación de políticas masivas en ambos campos es un instrumento eficaz para cambiar costumbres e ideas estereotipadas de género.” (Lamas, 1995).
A causa de todo este malestar demostrado por la sociedad este último tiempo, específicamente por mujeres víctimas de este tipo de acoso, y como consecuencia de un estudio realizado por el Observatorio de Acoso Sexual Callejero, en donde se estimó que estas prácticas de violencia han repercutido en la vida de un 76 por ciento de mujeres que ha declarado haber sido víctima de acoso sexual en las calles por parte del sexo masculino ( INJUB Y OCAC, 2015), es que hace un tiempo atrás un grupo de diputados del senado, entre ellos Camila Vallejo, Gabriel Boric y Giorgio Jackson, por nombrar algunos, con el respaldo de la unión europea, ONU mujeres y del ministerio de la mujer, presentaron al congreso el proyecto de “Ley Respeto callejero”, que tiene como fin sancionar aquellas conductas consideradas como abuso sexual en el sector público, permitiendo que chilenos y chilenas se puedan sentir seguros y libres de poder transitar en el espacio público, sin ninguna preocupación ni la amenaza de ser violentados, a través de actos verbales o no verbales. Este proyecto de ley, establece multas para aquellas conductas con connotación sexual, sin necesariamente existir contacto físico, ya que en caso de haberlo las penas son mucho más altas, no entrando en sanciones los piropos simples.
El acoso sexual callejero, como consecuencia de la violencia patriarcal machista, debe ser sancionado por ser un problema grave que afecta a la sociedad, especialmente a niñas y mujeres, y para erradicarlo se debe realizar una legislación que proteja a las víctimas y se logre respetar el derecho a ser personas libres y por una vida mucho más segura.
A modo de reflexión, el acoso sexual callejero, es una práctica no deseada por las mujeres que causan miedo, angustia, desagrado, lo que causa conductas evasivas, como por ejemplo toman transporte aunque los tramos sean cortos; tratan de salir acompañadas; se cubren más de lo que quisieran; evitan salir solas de noche y un sin fin de prácticas que dan constancia del impacto que este tipo de abuso tiene sobre las mujeres, psicológicamente, aparte de estar generando un impacto importante en la ciudadanía y en los derechos de las personas por el solo hecho de pertenecer a una sociedad determinada. Cuando las mujeres se retraen del espacio público, lo experimentan con miedo, reforzando la dependencia de estar acompañadas por temor a que les suceda algo.
Por lo tanto, la normalización y aceptación de esta conducta abusiva, da alusión a una cultura machista que valora la agresividad masculina y culpabiliza a las mujeres por ser provocadoras o buscar ellas el riesgo, se les acusa de ser provocadoras y es por esta razón que son violentadas sexualmente.
Hay que tener en cuenta, que los medios de comunicación también son influyentes, ya que celebran estas prácticas sexuales considerándolas divertidas o halagadoras. Es por todo esto, que el impacto en la vida del género femenino y la banalización del tema en los medios, la invisibilización de este tipo de conducta injustificado ha llevado a las mujeres a levantar la voz, a no querer seguir siendo víctima el acoso, a que sean tratadas de forma igualitaria, en todos los contextos, para poder sentirse libres, independientes, dejar de andar preocupadas por la forma en que se deben vestir, para que se pueda de una vez por todas caminar tranquilas, sin miedo, ni la inseguridad de que te van a violentar o acosar sexualmente. Hombres y mujeres tienen derecho a transitar con libertad, reconociéndose como iguales, sin imponer los deseos de uno por sobre los del otro.
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