Alcoholismo. CONTAGIO FAMILIAR

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El hijo mayor, super-responsable, ordenado, siempre hace todo lo que le piden,

pero no abraza ni permite que lo abracen.

La hija mayor está embarazada.

El adolescente no quiere estudiar, ni hacer nada.

La adolescente quiere todo y no le pidas nada porque ella no te pidió nacer.

Y el niño chiquito… se orina en la cama.

Pero aquí…no pasa nada.

No están bien, pero niegan que están bien, eso es fingir.

Todo esto es por NEGACIÓN.

Kellerman dice:

La negación es un factor que debe romperse.

El Alcohólico está prisionero dentro de su alcoholismo y su negación y no tiene la llave de la prisión, pero las familias tienen la llave para hacerlo, cómo?

Rompiendo la negación.

No permitiendo lo que ha permitido.

Destapando la negación.

Hablando del problema.

Enfrentando la realidad.

Haciéndose cargo cada uno de sí mismo.

Si se entra en conflicto y se queda callada, no se está rompiendo la negación.

Sin miedo, hay que romper la negación colectiva.

Es mejor la verdad (en toda nuestra vida)

Es mejor dejar de negar (todo lo que me pasa).

Es mejor romper la negación.

Es mejor enfrentar la realidad aunque cueste, aunque duela.

Aunque cueste el resto de la vida la Recuperación Personal.

“Algunas personas no saben cuán necesitadas están de una nueva manera de vivir… hasta que el desastre las atrapa…”

Sin apoyo espiritual, vivir con un alcohólico es un peso superior a las fuerzas de cualquiera. Bajo él, nos volvemos nerviosos, irascibles e insensatos: la mente se nos ofusca y perdemos la capacidad para enfrentarnos en forma normal con la realidad.

ALCOHOLISMO

Para reconocer el alcoholismo activo en un familiar o amigo es la calidad de vida del enfermo, no la cantidad de alcohol consumida; en consecuencia, es más importante saber cómo es el alcohólico que cuantos litros tomó.

Los alcohólicos tienen una personalidad inadecuada, o sea una personalidad emocional deformada. Esto comprende el sector del temperamento y el carácter que va a dar origen a las emociones, los impulsos amorosos o agresivos, los sentimientos, la seguridad, la autovaloración, la sexualidad y sus necesidades más primitivas, como el beber y el comer. No la parte intelectual.

Al cruzarse la bebida en su camino, considera que le hace falta el efecto sedante para “sentirse bien”.

El alcohólico puede darse cuenta de que el alcohol combate su timidez, lo estimula y le da otra personalidad.

En un estado de ansiedad o depresión el alcohol es, como una anestesia y un relajante, y proporciona una tranquilidad y alegría ficticias; o bien, de un estado de inseguridad, le da confianza o le hace olvidar: si su sentimiento es de soledad, éste adormece momentáneamente sus frustraciones.

El alcohólico ignora que tiene oculto un desorden de la personalidad.

Los sujetos con personalidad alcohólica presentan una marcada infelicidad y conflictos en su historia familiar.

Y es perfectamente comprensible que el alcohólico sea incapaz de establecer una relación afectiva y significativa con sus hijos y con los que le rodean.

Basándose en la observación clínica, se pueden presenciar ciertos rasgos que caracterizan la Personalidad Alcohólica:

- Inmadurez emocional.

- Tendencia a crear dependencias emocionales.

- Egocentrismo.

- Incapacidad de amar.

- Homosexualidad latente.

- Labilidad o endeblez emocional.

- Conducta impulsiva.

- Angustia patológica o existencial.

- Soledad existencial.

- Mitomanía y mundo fantástico.

- Tendencia a la manipulación.

- Incapacidad para integrarse a los grupos humanos.

- Incapacidad para asimilar experiencias.

- Incapacidad para tolerar la frustración.

- Incapacidad para tolerar el sufrimiento

- Vivir sufriendo y sufrir viviendo.

- Tendencia a la evasión.

Estos son los 17 síntomas que presenta la personalidad alcohólica y, como consecuencia el enfermo desarrolla un rasgo más:

- BEBER.

Este será el único camino y a la vez la única meta que tendrá el enfermo. Al llegar aquí, se inicia la carrera alcohólica o “actividad” en la que el enfermo beberá a su capacidad mientras el alcohol y sus efectos le sirvan para “fugarse” de su realidad interior.

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BIBLIOGRAFÍA:

- Eso nunca me pasará a mí.

Claudia Black.

Ed. Patria

- Lo que el vino se llevó.

Dr. Armando Barriguete C.

Ed. Diana.

- Alcoholismo contagio familiar.

Folleto Grupos de Familia Al-Anon