Aquel verano En Aquella tarde nublada, recuerdo ese 26 de abril
Enviado por Sara • 2 de Abril de 2018 • 3.074 Palabras (13 Páginas) • 437 Visitas
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El día siguiente, por la mañana alguien llego a mi casa y empezaron a gritar mi nombre, estaba yo en mi alcoba, me puse ropa, y me asome por la ventana era Elizabeth, baje y cuando Salí de la casa con una gran sonrisa le dije -¡ya decidiste quedarte con migo!-, Elizabeth me dijo -no Jonathan yo solo quiero hablar contigo -¿y Alejandro, tus padres, donde están sabes que estas aquí?-, Elizabeth me respondió no, Alejandro no está aquí está de viaje y mis padres no saben que yo estoy en tu casa . Elizabeth le dijo a Jonathan -¡tu casa está muy bonita!, así como yo la quería-, -sí yo la hice para ti le dije porque tenía la esperanza algún día vivir contigo-, le dije que entráramos a la casa y tomar un café, entramos a la casa y por la parte derecha estaba la cocina y en todo el centro un pequeño comedor, le dije que se sentara mientras servía el café, nos sentamos en el comedor y mientas tomábamos el café duramos horas hablando sobre nuestras vidas, y en una de esas Elizabeth me grita -¿por qué las cosas sucedieron así jhonatan? ¿por qué nos tuvimos que alejar?, -ya las cosas entre los dos no pueden suceder y yo me voy a casar-, yo le respondí -no es así todavía puedes arrepentirte porque a quien realmente amas es a mí, recuerdas aquel verano que te escapabas sin el permiso de tus padres y llegabas tarde de mi casa, vivimos un amor tan puro y verdadero, peleábamos, me golpeabas, pero luego te lanzabas a mí y me pedias disculpas, me juraste amor eterno, nos amábamos enormemente y cuando te marchaste no logre saber nada de ti, entonces si no quieres estar conmigo me doy cuenta que todo lo que me dijiste fue puro engaño y dejando lo de aquel verano por el aire, por el contario quisiste un amor por capricho y por seguir a tus padres-
En ese instante Elizabeth se puso sentimental y llorando se arrojó a mis brazos y me dijo -que sí me quería y que siempre me amado-, desde ahí comprendí que lo nuestro era fuerte. Ya era de tarde, y elizabet se tenía que ir, ese día había llovido y la carretera estaba mala, entonces la acompañe a la puerta, pero le dije –que se quedara, la carreta estaba mala y además no podía salir en su coche, después de un largo silencio me dijo: -que sí, pero que ya mañana buscaba la forma de como volver a mi casa, ¡de acuerdo!-, cerramos la puerta y en una puesta de sol que se reflejaba por la ventana de al lado de la sala nos besamos y eso solo fue el comienzo para que nuestros cuerpos hablaron por si solos, se entregaron sin ninguna condición, no importo ni el lugar en que se dio, resulto siendo específicamente en el piso de la sala, aquella pasión de esa noche quedo marcada en nuestras vidas. Amaneció, y despertamos abrazados, decidí prepararle algo a Elizabeth de desayunar, Elizabeth se despertó con aquella ilusión de haber terminado esas dudas y de tomar el camino con su gran amor; desayunamos juntos, pasamos el rato divirtiéndonos, al llegar la tarde Elizabeth decidió marcharse y yo le dijo que -si ¿por qué?, que reaccionara y se diera cuenta de lo que estaba haciendo, de nuevo se iba alejar y yo no quería perderla nuevamente-, pero Elizabeth me contesto que -sí me amaba, pero ya yo estoy comprometida y no debo cancelar la boda eso era algo que mis padres no podían aceptar, enfurecido le dije -¡pero deja de pensar en lo que quieren tus padres, te has puesto a pensar ¿qué quieres tú?- , ¡contéstame! que realmente quieres tú-, Elizabeth confundida llorando me dijo -que no sabía y me dijo pero ¿para que quieres que estemos junto si pasamos peleando?, yo le dije -eso no importa así somos en realidad, por eso nos amamos, yo ¡solo te quiero a ti una y mil veces para siempre, toda la vida, aquí conmigo!; con lágrimas en sus ojos se fue Elizabeth, Jonathan a la vez melancólico y enfurecido se metió a su casa viendo marchar a Elizabeth, pudiendo ser esa la última vez que están juntos.
Mientas tanto en la casa de Elizabeth, los padres ansiosos pendiente de la boda que entre pocos días se iba a realizar, ya estaban esperando que llegara ese día para ver a su hija feliz casada con un hombre de sociedad; en ese momento estaba más ansioso los padres que Elizabeth, lo único que pasaba por su mente era como hacer con lo que le estaba pasando, sí dejar al hombre que le demostró un gran amor puro o quedarse con el adinerado de Alejandro así como sus padres querían. La madre de Elizabeth la noto rara y decidió llamarla aparte y peguntarle que le pasaba, Elizabeth quiso contarle todo a su madre total ya ella sabía lo que pasó aquel verano y por eso fue que buscaron la manera de alejarla de Jonathan y mandarla a estudiar a parís. Elizabeth comenzó a decirle a su madre que no sabía que hacer al respecto, después de tanto tiempo ¡vuelvo a ver a Jonathan! fue como si nuestro amor hubiese revivido de tanta sombras y distancias y a la vez estar a punto de casarme con Alejandro, de igual manera yo lo amo también y ese es el partido que ustedes prefieren para mí, Elizabeth le dijo a su madre: él me invito mientas tomábamos un café a hablar y yo acepte, yo le dije que si ¿por qué no me había escrito para saber que si él todavía estaba decidió a esperarme?, él me dijo que sí me había escrito durante algunos meses pero en vista que yo no respondía, mando al última carta de despedida. La madre de Elizabeth se puso rara, y Elizabeth le pregunto que si sabía algo sobre esas cartas, la madre respondió “sí se de esas cartas y yo las oculte”, pensé que eso era lo mejor para ti, no valdría la pena que leyeras esa cartas; llorando Elizabeth le respondió que sí ¿por qué había hecho eso?, esas cartas significaban un amor que todavía estaba vivo, significaba entrega por parte de Jonathan, llorando Elizabeth le dijo a su madre -quisieron forjarme un destino el cual yo no quería-. La madre en vista de verla así, le dijo que la perdonara por no haber pensado en ella, y aprovecho ese momento para comentarle que a ella le había pasado lo mismo. En su época ella estaba enamorada de un hombre que no pertenecía a su misma clase social, pero se amaban locamente, de igual manera mis padres no querían que yo anduviera con esa clase de hombre, hicieron todo lo posible para que me alejara de él y lo lograron, desde ese entonces un amor como el tuyo de verano no le he vuelto a ver jamás, pero conocí a tu padre, el cual mis padres sí aceptaron para que me casara con él, igual a tu padre lo amo, pero deje perder un amor que posiblemente podía llegar a funcionar, no importando la vida económica, le dijo la madre a Elizabeth.
Elizabeth entre lágrimas, abrazó a su madre y le dijo -ahora si me entiendes-, viviste lo mismo que yo estoy viviendo, y estoy a punto de recuperar al amor de mi vida al que realmente amo, ¡ayúdame madre! La madre de Elizabeth le responde: es ahora cuando me
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