BAYARD, un antiguo buque de guerra, transportes de presos en la penitenciaría de Cayena
Enviado por poland6525 • 5 de Enero de 2018 • 7.496 Palabras (30 Páginas) • 459 Visitas
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- ¡ ¡Tanto peor! hizo cheri-bibi., había soñado de darle a alguien a comer! - ¿ el marqués? ¿ Que te hizo este hombre? - ¡ me arrancó el corazón! ¿ Es un monstruo I Mais en qué piensas, la Condesa? ¿ Por qué tus ojos son tan sombríos? ¡ Tienes una idea! Quiero conocerla - jamás me atreveré a decírtelo. ¡ Es demasiado terrible! - ¿ más terrible que comer la carne de un hombre? - ¡ es peor que esto! Escuchacheri-bibi, el Canaco te dirá la cosa horrible - Entonces, va a buscarle cinco minutos más tarde, el Canaco llega, sólo. - La Condesa me habló, cheri-bibi, - ¿ Puede hacer algo para mí, la Condesa y ti? - algo formidable, chéri-Bibi, pero es a ti quien no querrás. - te escucho. El Canaco toma cheri-bibi por el épaulo mira a la derecha y a la izquierda si todos puerta; sorn hien cerradas y, lentamente, muy lentamente, le cuenta a la oreja su secreto terrible. cheri-bibi es revuelto. Sus manos tiemblan y las gotas gruesas de sudor ruedan sobre su frente. Arriba, la fiesta continúa. Sra de Artigues, de Valrieu y de Fontainebleau se da cuenta que son prisionnières y tiritan de miedo. Están contentas de ver aparecer Robert Bourrelier y Sr. d' Artigues. Pero su alegría no dura mucho tiempo porque ambos hombres son asustados así como ellas. - el comandante desapareció, el marqués también y los hombres son totalmente ebrios. Hay que irse de aquí, señoras. Vimos y oímos las cosas horribles. En este momento, los marineros de la Belle-Dieppoise aparecen. Se enteraron de la verdad: ¡ Bayard es mandado por los forzados y el comandante es ni más ni menos que cheri-bibi! Sra d' Aartigues se desvanece. Carmen y Nadège dan gritos angustiados. Á este momento, una muchedumbre aulladora rodea a las tres mujeres. ¡ La hora de la tómbola vino! ¡ Afortunadamente para ellas, cheri-bibi aparece y los salva! - reflexioné, les dice cheri-bibi a sus hombres. Ya que estas damas no pueden pertenecer a todo el mundo, no pertenecerán a nadie. Acabo de conceder mi palabra ' que dejaré a todos los náufragos sanos y salvos de una vez y un lugar que escogeré más tarde. El marqués de Touchais quiere comprar la liberación de sus amigos por un premio de cinco millones. Es desde luego que liberaremos al marqués sólo contra los cinco millones. ¡ Será cinco millones o la muerte! - ¿ pues bien, la Cuerda fina, que dices sobre todo esto? Pregunta a Petit-Bon-Dieu. - conozco a cheri-bibi, responde la Cuerda fina sonriendo. ¡ Será cinco millones y la muerte! LOS DÍAS QUE SIGUEN son muy diferentes. Desde que se saben ricos, los forzados aceptan la orden y la disciplina. La vida a bordo es bastante monótona. Para los cinco millones, el marqués de Touchais y cheri-bibi previeron todo la Cuerda fina se irá con los papeles necesarios. Verá a la marquesa en París y volverá con dinero. Desde la fiesta, nadie vió de nuevo al marqués. Sólo el Canaco. La Condesa y cheri-bibi saben donde se encuentra y sólo ellos tienen el derecho a verlo. La explicación oficial de este aislamiento ' es que el marqués tiene una enfermedad contagiosa. cheri-bibi no se muestra mucho. Una tarde, la Cuerda fina lo ve entrar en casa del marqués con la Condesa y la Canaca, pero no lo ve volver a salir. Hacia las ocho de la mañana, la Condesa aparece de nuevo, siendo seguido por el Canaco. Tienen una cara muy extraña y explican a ella que cheri-bibi está enfermo y que lo cuidan. Durante varios días, la Cuerda fina se queda la cabina donde están ambos hombres. Jamás oye ningún murmullo entra a, ninguna palabra, hasta cuando la Condesa y la Canaca son con ellos: y se da cuenta que no se les refiere casi más a comer. Afortunadamente, una palabra llega, siendo firmado por cheri-bibi :
" Orden de obedecer en total al Canaco. "
Bajo estas palabras, algunas líneas de la mano del Canaco explican que cheri-bibi cogió, en el sanitario, las fiebres del marqués, pero que su vida no peligra.
Los hombres continúan estando inquietos. ¡ Todo es tan misterioso! Una noche, un vigilante despierta la Cuerda fina. Oyó la voz de cheri-bibi , la voz muy cansada ' que empujaba suspiros horrorosos. La Cuerda fina se acerca a la cabina, pega su oreja contra la puerta y oye que cheri-bibi dice: - ¡ Déjelo tranquilo! ¡ Déjele sus manos! ¡ Es horrible! ¡ No las manos! La Cuerda fina se pregunta lo que se puede hacer bien en las manos del marqués y por qué las manos del marqués hacen sufrir tanto a cheri-bibi. por la tarde, la Cuerda fina va a registrar en la cabina de la Canaca y de la Condesa. Luego se esconde bajo una litera y espera. Por fin la Condesa y la Canaca vuelven. estan cubiertos de sangre. En vidente, la Cuerda fina da grandes gritos. - ¡ ustedes son unos asesinos, comedores de carne humana! ¿ Que hicieron cheri-bibi Ustedes lo comieron, él también? El canaco, furioso, retoño fuera de la cabina. Gueule-de-Bois y el Pelirrojo lo encuentran justo en aquel momento y les cuenta lo que vió. El misterio que rodea la ausencia de cheri-bibi comienza a inquietar a los hombres. No creen más en la enfermedad contagiosa. ¡ No justo cuidando fiebres la Canaca y la Condesa se cubrieron sangre! Piensan. El día siguiente, el Canaco y la Condesa son encerrados desde una media hora con cheri-bibi y el marqués cuando, de repente, los hombres oyen un aullido extraño. Reconocen la voz del marqués. Y luego, nada más. Por la noche, todavía oyen algunos gemidos, y todavía es el marqués. Jamás oímos cheri-bibi. Algunas horas más tarde, el vigía grita " Tierra a babor " el Canaco viene para encontrar la Cuerda fina. - dentro de algunas horas estaremos a Capa Town, la Cuerda fina. Haz tu paquete porque vamos a desembarcarte. - me niego a irme sin haber visto de nuevo a cheri-bibi. - ¡ muy bien! Ven conmigo. Cuerda fina sigue el Canaco en la cabina donde se encuentra cheri-bibi. Percibe primero la silueta de la Condesa luego, a su derecha y a su izquierda, extendidos dos cuerpos sobre las literas. - ¿ Quisiste verme antes de irse, la Cuerda fina? Siéntate allí, mi chico. Mi pobre cheri-bibi, estuviste muy enfermo... ¡ Dame un abrazo! ¡ No! Dice el Canaco. No hay que tocarlo - no vemos nada - la luz es prohibida por el momento, todavía dice el Canaco. No hay que cansar sus ojos. - te lo diré más tarde, la Cuerda fina. Ahora hay que hablar de cosas serias. A propósito del Canaco, hay que decirles a Gueule-de-Bois y a otros, que deben obedecerle. Ahora, escúchame bien. ¡ El Canaco me cuidó bien y me salvó la vida! Esto vale bien algo. Habrá un millón para él. - otros jamás querrán, responde la Cuerda fina. - no lo sabrán. El marqués, que es generoso, y al que el Canaco cuidó bien también, es de mi opinión. Esto vale un millón. Entonces, en París, te daremos seis millones. Cuando volverás, espero
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