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CUESTIONARIO TEORIAS ECONOMICAS 1

Enviado por   •  3 de Agosto de 2017  •  56.027 Palabras (225 Páginas)  •  869 Visitas

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Diez año más tarde Jerjes, tras derrotar en las Termópilas al heroico general espartano Leónidas, los persas avanzaron sin mayores problemas hacia Atenas, que fue ocupada e incendiada. La población ateniense había sido evacuada hasta una isla próxima antes de la llegada de los persas, y desde allí se reorganizo para batir años más tarde a sus rivales en la batalla naval de Salamina (180 a.C.). Al año siguiente los persas fueron derrotados nuevamente, está vez en la batalla terrestre de Platea, por un ejército ateniense y espartano conjunto.

Pero la victoria sobre los persas enorgulleció a los griegos. A partir de este momento los griegos se dedican a esclarecer quien entre ellos, y más específicamente entre espartanos y atenienses, tenían mejores méritos en cuanto a la victoria conseguida y, por tanto, quien tenía derecho a ejercer su superioridad sobre los demás. Las guerras médicas iban a introducir profundos cambios en el mundo griego. Hace su aparición de nuevo la tendencia a la hegemonía. Los griegos descubren que está también puede ejercitarse entre ellos mismos y van perdiendo poco a poco el auténtico significado de la elutheria te kai autonomía. A partir de ahora toda polis se percata de que su propia seguridad ha dejado de hallarse garantizada por los muros que las circundan y que si desea sobrevivir le es preciso encontrar aliadas. La elaboración de alianzas encaminadas a edificar una estructura supraciudadana más segura y fuerte, obligará a la polis a renunciar a su soberanía, su propia razón de ser.

Unas ciudades se agrupan alrededor de Atenas mientras que otras hacen lo propio alrededor de Esparta. Está necesidad de decantarse hacia una de las dos partes por desnaturalizar el primitivo sentido de la polis hasta desembocar en algo completamente opuesto.

Es el derrumbamiento y la degeneración de los valores de la antigua polis. La justicia, cambia de significado. El débil ya no puede pretender obtener justicia: “Quienes pueden utilizar la fuerza no tienen necesidad alguna de emplear la justicia…” (Tucídides),. El objetivo y los valores supremos de las polis ya no serán nunca más su libertad e independencia, sino la hegemonía, la fuerza y el poderío.

LA DEMOCRACIA GRIEGA

La situación descrita nos señala una profunda división de clases entre aristoi, nobles cuyo ideal era, según nos recuerda Homero, “ser siempre los mejores y superar en todo a los demás” y el demos, el pueblo. Se trata de dos culturas, de dos mentalidades y dos formas de actuar completamente opuestas.

¿Cómo pudieron los atenienses y las demás poleis que se organizaron de acuerdo con un régimen democrático superar este abismo entre demos y aristoi? Ciertamente fue largo el camino que tuvo que recorrer el pueblo desde los tiempos de Homero (siglo IX a.C.) hasta la Atenas de Pericles (siglo V a.C.) en la que el demos, alcanza su madurez, dictaba las leyes en beneficio de la mayoría de los ciudadanos.

¿Pero quién constituía el demos que había sabido dar vida a la más perfecta forma de democracia del mundo antiguo? Era el hombre ateniense, el campesino del África que, de buena mañana, al cantar el gallo, se dirigía al agora, la plaza central en la que se celebraba el mercado y donde se desarrollaba de un modo u otro la vida civil en su conjunto, con sus productos: aceite, vino, olivas y cuanto había cazado, liebres, tordos, mirlos. También formaban parte del demos los pescadores.

Las mujeres no tomaban parte en la vida política y comercial de Atenas, aunque a veces estuvieran al cuidado de algún puesto de venta en la plaza pública. También allí se encontraban los curtidores de pieles, también los artesanos, los alfareros, los forjadores de hierro, los constructores de instrumentos musicales, los zapateros, los vendedores de esponjas y múrex o los vendedores de pájaros y los vendedores de esclavos.

La democracia ateniense era, en efecto una afirmación de la igualdad política de todos los ciudadanos, pero está no afectaba a mujeres y esclavos.

Este era pues el pueblo que participaba activamente en la vida política de la ciudad eligiendo a sus representantes en las asambleas, presenciando los procesos y escuchando a los oradores.

La constitución democrática, en la perfeccionada forma que le diera Solón y Clístenes, fue la que educó a los atenienses en la discusión de los problemas políticos, militares y económicos de la polis, acostumbrándoles a tomar las decisiones más importantes en interés del mayor número posible de ciudadanos. Los principios sobre los que se cimentaban las instituciones democráticas eran la división de poderes y el principio representativo. No existía ateniense que en algún momento de su vida no hubiese tenido algún tipo de responsabilidad política o tomado parte en el gobierno de la ciudad. La consciencia democrática del ateniense medio fue, por consiguiente, el resultado de su participación activa en algún tipo de manifestación política o social de la polis. “…Entre nosotros las personas se cuidan a un mismo tiempo de sus intereses privados y de las cuestiones públicas: los pocos ciudadanos que sólo se dedican a sus asuntos particulares conocen perfectamente los problemas políticos. El ciudadano que no se preocupa de ellos en absoluto no es que sea considerado un hombre pacífico, sino más bien un inútil…”

¿Qué fue, pues, lo que consiguió profunda social entre aristoi y demos? Parece que sin duda alguna fue la nueva conciencia política creada por las instituciones democráticas del arconte Clístenes (509-507 a.C.). La Atenas de Pericles (segunda mitad del siglo V a.C.) representa el máximo grado de desarrollo del ideal democrático.

La flota y el tesoro de la Liga ática, constituida originariamente como fuerza de defensa ante los persas, debía ser la encargada de proporcionar los medios necesarios para el engrandecimiento de Atenas. De origen aristocrático, Pericles se apoyaría fundamentalmente en las clases más humildes, que veían en las miras expansionistas de Atenas una excelente ocasión para mejorar su situación. Fueron las clases atenienses más humildes, pero por otro lado la mayoría de la población, las que iban a convertirse en árbitros de la política durante este período. Pericles perfeccionó la ordenación democrática abriendo también a estas clases la posibilidad de alcanzar el arcontado, una de las máximas magistraturas, al tiempo que establecía un estipendio para todos los magistrados y para todos aquello ciudadanos que participaban en las reuniones de la eclesia, la asamblea de los representantes de todas las tribus, mientras duraban las

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