¿Cómo disminuir la contaminación de los buses del Transantiago?

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Para financiar el proyecto, se debe contar con subsidio del estado, así como del MTT (Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones), Ministerio del Medio Ambiente y de las empresas involucradas en el Transantiago (AFT). El Administrador Financiero del Transantiago (AFT) es un conjunto de empresas encargadas de recibir y administrar el dinero recaudado por el sistema y obtiene una suma por eso. “(…) la Superintendencia de Valores y Seguros, confirma al asegurar que el “Administrador Financiero del Transantiago o AFT” es una de las empresas más rentables del país: el año pasado (2011) obtuvo utilidades superiores a los $9 millones de dólares.” (http://www.loshijosdemafalda.cl/products/como-funciona-el-transantiago-/).

También se necesita apoyo económico por parte de empresas privadas eléctricas, las cuales se verán beneficiadas con el uso de su energía para el funcionamiento de los buses y, por último, de las concesionarias de trolebuses beneficiadas con el cambio. El financiamiento debe ser negociado por Transantiago con las empresas respectivas a cambio de la utilización de sus servicios una vez implementado el cambio.

El primer paso a seguir para realizar el reemplazo de la flota de buses es realizar una investigación del impacto de los recorridos al medio, para así revelar en que líneas implementar el cambio en primera instancia. La investigación debe ser financiada por el Ministerio del Medio Ambiente, puesto que es el órgano del Estado encargado de colaborar con en el diseño y aplicación de políticas, planes y programas en materia ambiental, promoviendo el desarrollo sustentable, la integridad de la política ambiental y su regulación normativa. (http://portal.mma.gob.cl/vision-y-mision/)

El segundo paso es presentar un proyecto de construcción de catenaria en las líneas más contaminantes. Para esto el Ministerio de Transporte debe consultar con un equipo de ingenieros y arquitectos para definir el tipo de alimentación y el diseño de las líneas de energía que serán construidas en este recorrido, para optimizar el consumo y disminuir los costos de este.

Una vez aceptado el proyecto, el Ministerio de Transporte debe encargarse de la construcción de la catenaria, contratando a una constructora. Esto debe ser financiado por la AFT y la empresa eléctrica beneficiada. Al mismo tiempo, se deben comprar trolebuses para que comiencen a funcionar una vez que la línea en construcción este operativa. La transacción puede ser financiada por cualquier combinación de los organismos nombrados anteriormente con la ayuda de las concesionarias de trolebuses que se vean beneficiadas.

Ya construida la catenaria se tiene que comenzar un período de prueba, en el cual se debe hacer un uso mixto entre buses a combustión diésel y trolebuses, para evaluar el funcionamiento del nuevo sistema y resolver posibles problemas. Una vez corregidos y adaptadas las complicaciones, se reemplaza todo el recorrido con buses eléctricos.

Este proceso de construcción de líneas y reemplazo de buses debe reiterarse hasta haber reemplazado la flota de buses diésel completamente. El orden de la elección para los recorridos a cambiar se define según la investigación conducida en el primer paso. Para agilizar este proceso, el MTT junto al Ministerio de Energía pueden proponer una política que fomente la utilización y reemplazo por trolebuses y así disminuir el tiempo en que se complete esta reforma.

A fin de disminuir la contaminación en la metrópoli, se deben reemplazar los buses del Transantiago por buses eléctricos. A pesar de ser un proceso lento y costoso, resulta beneficial a corto y largo plazo, teniendo en cuenta que al comenzar a reemplazar los buses se obtiene una disminución inmediata de la producción de material particulado y en el futuro causaría una baja en la contaminación en más de un 23% (https://www.iit.comillas.edu/pfc/resumenes/4fc73be78d028.pdf), y consigo una mejora en la calidad de vida de los habitantes de Santiago, reduciendo los riesgos de daños a la salud. También, disminuyen los costos una vez instalado el sistema, pudiendo así reducir el precio del pasaje. En conclusión, reemplazar la flota de buses a combustión diésel por trolebuses eléctricos genera una serie de beneficios a cambio de un costo inicial, debido a que es más barato de mantener que el sistema utilizado actualmente y disminuye considerablemente la contaminación ambiental de la ciudad. ()

Bibliografía

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