Despedida IV° Medio
Enviado por Eric • 4 de Abril de 2018 • 2.552 Palabras (11 Páginas) • 878 Visitas
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He podido ver en mi colegio muchos cambios a lo largo del tiempo, cambios que la mayoría del tiempo son personas que te marcan, ya sean las monjitas, un auxiliar, un inspector o un profesor, gente que en este colegio con una muestra bastante pequeña te llega a conocer, más que como un alumno, como una persona, aquella gente que deja una huella importante en tu vida, ya sea por escuchar una rabieta tuya (gracias profe Víctor), un reclamo, una historia, un amor desventurado o uno exitoso, aquellas personas con las cuales es tal el nivel de buena onda, que si se llegan a olvidar de tu nombre lo inventan (Inspector Felipe Ayala), aquellas personas que hacen de este colegio más que un centro educativo, gente que te inspira, a ver lo bueno de la vida, aquellos que te motivan, ejemplo que te pueden hacer tanto, reír como llorar, que forman parte de tu vida, de todos me llevo los mejores y más gratos recuerdos, incluso de los más cascarrabias, con cariño por supuesto. Todas estas personas forman parte de nuestras vidas, nos llenan y completan, nos conforman como hombres y mujeres íntegros, lamentablemente, mal enseñados en cierta forma, porque a lo que saldremos, será muy distinto.
Aparte de toda esta gente preciosa, también están aquellos que te inspiran, que te motivan a crear y a creer en ti mismo, que te forjan la perseverancia y te hacen creer que en realidad, todo es posible y que juntos podemos tener el mundo. Gente como Nicolás Cruz, que a pesar de ser muy apartado, siempre nos forjó a creer en nosotros y en nuestras capacidades, un hombre que creía fuertemente que el creer en ti mismo era casi una obligación, una necesidad para triunfar en la vida, lamento que muchos no hayan podido conocer ese lado de Nicolás, pero los que lo conocemos un poco más pueden entenderme. La profesora Paola, nuestra casi 2da madre por más de 5 años, aquella mujer incondicional que siempre optó por subirnos el ánimo y hacer las matemáticas mucho más entretenidas (a pesar de que nos siguiera yendo mal), al profesor Orlando por incitarnos a usar el módulo como regla de vida, que nos enseñaba paciencia sentándose bajo la pizarra, sin hacer ningún gesto, hasta que nos calmáramos, al nuevo profesor de música Héctor Gutiérrez, alias ‘‘Guti’’, una persona con la capacidad de hacerte ver la música de manera distinta, ver nuevos tipos de música, explorarla, para que así desate los lugares más recónditos de tu imaginación, una lástima que no hayamos podido aprender más de usted, pero estoy seguro de que hizo todo lo que pudo con nuestra generación, y esto lo sé porque todavía cantamos las melodías que aprendimos el primer año y yo sigo pintando los monos bailando el cascanueces, una melodía que no podré olvidar cada vez que visite este colegio, o cada vez que pase cerca de él. Francisco Fernández, un hombre que siempre nos motivó a la cultura más allá de lo que podíamos aprender en la colegio o a través de la tv, que siempre nos remarcó que la mejor manera de vivir, era el conocimiento, a través de la mente la cual no tiene límites. Profesor Víctor, tuve la suerte de poder conocerlo desde antes de que supiera que sería mi profesor jefe, lo mejor es que lo pude conocer como persona más allá del colegio, alguien comprensivo, molestoso, pero que siempre sabrá orientarte y te ayudará a descubrir más de ti de lo que aún conoces, siempre se muestra tranquilo, pero dentro de su cabeza sé que rondan muchísimas ideas, pero siempre con un ideal claro, enseñar y mostrarnos que hay más de nosotros de lo que incluso nosotros mismos podemos ver. Gracias a la profe Jacqueline por darnos esta oportunidad de escribir y darnos cuenta de todo lo que tenemos y hemos tenido a lo largo de nuestra vida escolar. A estos y a todos los demás, gracias por aguantar mis pataletas, mis reclamos para que me suban la nota y mis locuras, me quedo con lo mejor de todos ustedes y espero que así sea también de mí, tal vez en 20 años más me acordaré de menos de la mitad de ustedes, pero aun así, les agradezco por haber sido parte de mi vida, y por su labor que cada día ejercen con amor y cariño, a todos ustedes gracias.
A lo largo de mi vida aprendí a ver más allá de mi realidad, motivado por mi padre y mi madre, gente que ha sido fundamental a lo largo de mi vida y a los cuales le debo la misma, aprendí a poner los pies en la tierra, y a ver que todo es posible en la medida de que tú lo creas posible, que todo sueño solo se quedará en ese estado en la medida que tú lo permitas, que nunca faltará gente que necesite un consejo o una broma estúpida para reírse, a ellos gracias y nos podían quedar fuera.
Agradezco que pude conocer a mi curso a tiempo y darme cuenta de la gente que ahí hay, sé que no a todos por completo, pero sí sé lo que podemos hacer en conjunto y de lo que somos capaces, de qué a pesar de que no hablamos todos, ninguno queda fuera de nuestras grandes actividades, solo los que se relegan por opción propia.
Hoy vamos cerrando un ciclo, y puedo darme cuenta de que nunca más pueda entrar a este colegio, pasar las puertas, saludar al inspector Sergio, subir las escaleras, saludar a mis compañeros, subir más escaleras, saludar a la inspectora Gabriela, caminar por el pasillo, saludar mis amigos, caminar hasta ¾ del pasillo y llegar a mi sala, la cual puede estar abierta o tal vez cerrada depende de cómo lo quiera la verdadera dueña del colegio, la Tere, entrar a mi sala, ver a la Camila en su celular, a la Naty atrás durmiendo, a la Shiqui con su saxofón, caminar unos metros para dejar mis cargas y poder sentarme, ver a Beltrán ideando alguna teoría de cómo llegar a la luna con tres palitos de helado, ver como ahí llegan todos los llanquihuanos, rompiendo la paz que nos causa la oscuridad de la sala con su alegría carácterística, Jusari con su Staff de vendedores Fruna, Pato siempre callado, pero cada vez que habla un comentario acertado, igual que su prima la Naty, o como le dicen por ahí la Selly, la Denisse que llega con un millón de bolsas que de las cuales nadie sabe su contenido, así, lentamente que vayan llegando cada uno, hasta que se comienza a llenar la sala de conversaciones de realities, teleseries, pruebas Toca el timbre y la oración, siempre las pastorales más comunistas, se interrumpe por un momento, los atrasados, los mismos de siempre, Javier, Boris, la Vale, la Fran, entre los flojos. Escenas que no se volverán a repetir, y las cuales siempre recordaré cada vez que pase por la IC, Colegio que nos formó más allá de lo académico y no tiene nada que envidiar de otros colegios, un colegio que te enseña íntegramente como vivir una vida plena más allá de la satisfacción de una sociedad llena de estereotipos y denigraciones, un colegio que te lleva a sonreír, que está hecho por
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