Didáctica y Metacognición.
Enviado por Rimma • 21 de Junio de 2018 • 6.305 Palabras (26 Páginas) • 378 Visitas
...
En educación, el procedimiento es la base de su utilidad, y en la didáctica, el soporte es el conocimiento y la actividad comunicativa. Los conocimientos fluyen del docente investigador al alumno, que lo incentive a crecer como ser humano y a seguir conociendo.
Existe una variable temporal, por la que cabe también responder a la pregunta de «cuándo», para ello se elabora una programación. Esta programación o planificación (como hemos visto antes) será la pauta en cada aula, en cada curso escolar, en cada nivel, en cada colegio, centro o instituto. Desde el punto de vista de la temporalidad podemos hacer mención a que el alumno se encuentra en un momento evolutivo específico. A la pregunta «quién o quiénes» podemos responder diciendo que los contenidos han de ser aprendidos por el alumno y el aprendizaje por la experiencia profesional (del proceso de enseñanza-aprendizaje) evaluada, razonada y mejorada le corresponde al profesor. En este proceso cada uno participa y tiene un rol distinto. Ambos aprenden, ambos crecen en el encuentro, pero lo que aprenden son cuestiones distintas. El verdadero profesor es aquel que facilita el aprendizaje de los contenidos para el alumno y es también aquel que reflexiona sobre su práctica para implementar mejoras constantemente. La manera, el «cómo» la persona aprende está dada por la metodología, las actividades y las situaciones de aprendizaje en las que se utilizan en estrategias didácticas. Estos tres, junto con los recursos, son medios que estimulan y favorecen el aprendizaje, en ningún caso podemos confundirlos con fines. Si esto ocurriese, se perdería el objetivo mismo del proceso. Las actividades pueden ser de enseñanza (como una demostración por parte del profesor), de aprendizaje (como elaborar un resumen a partir de subrayar un texto, por ejemplo) o de evaluación (que son aquellas que nos permiten comprobar si se han alcanzado los objetivos y en qué medida).
Los recursos didácticos serían la respuesta a la pregunta «con qué». Estos recursos pueden ser de dos tipos. Por un lado, los extrínsecos a la persona (materiales impresos, tecnologías de la información y la comunicación –TIC-, elaborados por los propios alumnos, realistas o tridimensionales), y el segundo tipo, los recursos intrínsecos del alumno, que pueden ser los procesos psicológicos, la psicomotricidad, los aprendizajes previos (como las estrategias de aprendizaje que en ciertos niveles son contenidos de aprendizaje pero en los más avanzados ya forman parte de las estrategias propias de cada quién), motivación, entre otros.
Por otro lado, la motivación en el aprendizaje supone que orientamos los esfuerzos del alumno para que este ocurra. Los motivos son aquellas razones por las que hacemos las cosas. Diversos teóricos han desarrollado constructos que permiten comprender algunos de los factores relacionados con poner en marcha la voluntad para hacer algo, en este caso, para aprender. Así, por ejemplo, es posible estar motivado por recompensas que se reciben, por los logros personales, por la búsqueda del equilibrio en la cognición, por las relaciones causa-efecto o por la metodología que se implemente en el aula.
La demostración respecto al alcance o no de los objetivos competenciales («¿ha ocurrido?») se encuentra en los procesos de evaluación. Bien es cierto que responder a una prueba de evaluación escrita como un examen, por ejemplo, sería una actividad, en educación. La evaluación en sentido global abarca muchos más aspectos que los que cubre una prueba puntual.
El aprendizaje es un acto que solo lo podemos hacer nosotros mismos y que solo pueden llevar a cabo las personas. Por tanto, todo lo que hace un profesor, todo lo que le pide al alumno que haga, todo lo que ocurre en un centro educativo, toda la organización, los recursos, medios, etc., tienen como finalidad que el alumno aprenda. Enseñar y aprender son dos actos inseparables, uno le da sentido al otro.
Para que el alumno aprenda se requiere (Hernández Hernández, 1989):
Que pueda aprender.
Que quiera aprender.
Que sepa aprender.
El poder aprender es poseer las habilidades y conocimientos previos necesarios. El querer se relaciona con la voluntad y, por tanto, con la motivación. El saber aprender es el conocer cómo ocurre en cada persona y en el estudiante mismo.
Estas tres cuestiones, poder, querer y saber, también se aplican desde el punto de vista de la enseñanza en tanto que el profesor también las requiere. Pero en su caso estas cuestiones están más implícitas, o matizadas por tratarse de su trabajo, de su labor profesional.
No podemos hablar de una verdadera enseñanza si el aprendizaje en el alumno no se produce; o más bien, no podemos hablar de una educación en el sentido más estricto si los alumnos no han perfeccionado sus potencias propiamente humanas.
3. La metacognición. Enseñar a aprender metacognitivamente
A la hora del aprendizaje, cada ser humano procesa la información de forma distinta a otro ser humano. Cada profesor y cada alumno emplea planes de ejecución, de monitoreo y de evaluación de sus propios logros. Además, no solo es diferente en la información respecto a lo procesado sino en la manera en cómo esa persona hace uso de las habilidades cognitivas de acuerdo con su entorno.
Pensamiento crítico
«El pensamiento crítico es el pensar claro y racional que favorece el pensamiento reflexivo e independiente que permite a toda persona realizar juicios confiables sobre la credibilidad de una afirmación o la conveniencia de una determinada acción» Arenas, (2007: pág. 19).
El pensamiento crítico se utiliza para:
Evaluar, interpretar o inferir argumentos o preposiciones. Preguntar o cuestionar y dar sentido.
Tomar decisiones.
Aprender nuevos conceptos: explicarlos y argumentar.
Enseñar a ser crítico (Pozo, 2006) es una tarea que requiere que el profesor promueva que estudiantes comenten en clase y opinen respecto a los contenidos. Desde la perspectiva constructivista se acepta que todo conocimiento es susceptible de ser modificado, analizado y criticado.
El pensamiento crítico exige:
Capacidad de evaluar datos, evidencias y argumentos.
Emitir
...