Discurso de Malala Yousafzai en la recepción del Premio Nobel de la Paz 2014

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Malala comenta durante el discurso que una de sus amigas de la escuela, soñaba con ser médico. Pero cuando tenía 12 años se le obligó a casarse y tuvo enseguida un niño, a una edad en que ella misma era aún una niña. Estaba segura de que su amiga habría sido un médico excelente. Pero no pudo ser…porque era niña. Su historia es el motivo por el que ella dedica el dinero del Premio Nobel, para lograr que todas las niñas tengan una educación de calidad y los fondos irán a la construcción de escuelas en Pakistán, especialmente en su aldea donde no existe aún escuela de secundaria para chicas. Allí podrán recibir educación y la oportunidad de hacer realidad sus sueños.

Pide a los líderes mundiales que se unan y hagan de la educación su prioridad más importante. Hace 15 años, se logró reducir a la mitad la exclusión de niños en la escuela con los objetivos globales de Desarrollo del Milenio, pero sólo se ha logrado expandir la educación primaria y el progreso no se ha alcanzado por todos. En el 2015 los líderes mundiales se reunirán en Naciones Unidas y podrán aprovechar la oportunidad para garantizar una educación gratuita y de calidad, primaria y secundaria, para todos los niños como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y ella pregunta ¿Por qué razón es más difícil dar un libro que un fusil? ¿Y por qué razón es más fácil fabricar tanques que construir escuelas? En el siglo XXI, nada es imposible y por lo tanto, se debe materializar el sueño de una educación de calidad para que se convierta en realidad. Se debe llevar igualdad, justicia y paz a todos.

Finalmente explica que todos deben contribuir para que sea la última vez que le digan a una niña que la educación es un delito y no un derecho, que un niño inocente pierda la vida en una guerra, que una niña se vea forzada a un matrimonio temprano y que un niño se quede sin escuela. Se debe empezar este final y que termine con ellos y que se construya un futuro mejor aquí y ahora. Como una reflexión final la lucha de Malala que se inició con el ataque perpetrado por el Talibán, contra su vida, le dio fortaleza para levantar su voz y defender los derechos de las niñas a la educación. Mediante ella se ha podido sacar a la luz una realidad devastadora donde la discriminación, la violencia y el matrimonio prematuro han impedido que miles de niñas vayan a la escuela. Por eso decidió luchar por ellas para lograr una sociedad en igualdad de condiciones, especialmente los referidos a la educación de las niñas.