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ECOLOGÍA EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

Enviado por   •  29 de Marzo de 2018  •  3.479 Palabras (14 Páginas)  •  234 Visitas

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Pero el contenido de la ideología nacional no es el mismo que el contenido de la ideología del aparato del Estado. Mientras que la última expresa, organiza y justifica una determinada estructura económica y social, la ideología nacional traduce y sacraliza las exigencias de un pueblo. La nación es pues, un concepto ideológico en tanto que superestructura de un pueblo. Decir que una nación se constituye en Estado es una mala formulación, ya que ninguna nación se agota ni se transfigura en el Estado.

Una vez reflejada la diversidad de los actores internacionales, y recordando su jerarquía, es necesario hacer referencia al proceso de la formación de decisiones. El decisión-making process ha sido estudiado por la doctrina norteamericana, utilizándolo como continuación de la aplicación del behaviorismo a las Relaciones Internacionales

El estudio de las acciones, de las decisiones, de los actores internacionales, lleva al análisis de la interacción entre ellos, donde se pone atención en los aspectos dinámicos de las RRII. Es así, como entran al juego factores internos e internacionales, sometidos a control y no controlables, matrices difíciles de codificar y computar. Gonidec afirma que dicha interacción, puede culminar en dos vertientes: la violencia o la cooperación.

b) Geografía, demografía y medio ambiente

Es una visión más amplia, uno de los factores determinantes en las Relaciones Internacionales, por no decir decisivo, y que en un sentido estricto, formal, configuran el “medio internacional”.

Para Renouvin es una de las principales fuerzas profundas; Merle, por su parte, utiliza un término más amplio y habla del “factor natural”. El dato geográfico, en primer lugar, ha sido tradicionalmente objeto de atención preferente por los estudios de la política. Es, indudablemente, el siglo XIX el período en el que se configura, con pretensiones de autonomía, una ciencia que pondrá en primerísimo plano la función política de la geografía. El impulso fundamental fue dado por la publicación, en 1897, de la obra Politische Geographie del profesor Fríedrich Ratzel, que, desde entonces, ha sido considerado como el padre de la Geopolítica.

Afirmó “hay posiciones geográficas que tienen valor político”. Dos son las ideas centrales: Raum, que formula su concepción política de la geografía el espacio y la posición (Lage), a las que añadiría un tercer elemento: el sentido del espacio (Roumsinn). Este último, sería “algo innato en el hombre, como la vista o el oído”.

No es necesario, por sobradamente conocidos, evocar los excesos a los que daría lugar la deformación del concepto o idea de «sentido del espacio»

Estas doctrinas -capacidad política del lugar geográfico, hegemonía del poder marítimo e ideas de imperio, influencia del clima, no dejaron de ejercer atractivo sobre especialistas de las Relaciones Internacionales que han prestado atención a las derivaciones de los factores geográficos. Sin desconocer, por otro parte, la importancia que los modernos historiadores han dado al dato geográfico, como el caso de A. Toynbee, o la determinación de la estructura geográfica sobre la conformación política como es el caso de las sociedades hidráulicas, estudiadas por Karl A. Wittfogel

La demografía, como ciencia, toma cuerpo a partir de 1662; siguen teniendo tanta vigencia, como el día de su formulación, los dos postulados fundamentales de Malthus: “Primero: el alimento es necesario a la existencia del hombre. Segundo: la pasión entre los sexos es necesaria y se mantendrá prácticamente en su estado actual»”

En este aspecto, el siglo XIX sería el espacio temporal en el que se producirían los más importantes fenómenos de poblaciones que darían impulso a los estudios demográficos. En lugar muy destacado, el expansionismo colonial europeo; y, de una forma casi contemporánea pero que llega hasta nuestros días, las grandes migraciones de carácter laboral. Sin olvidar las dos grandes consideraciones que siempre ha tenido el factor demográfico: la potencia, el número físico de los ejércitos, junto al otro gran ejército de reserva, la fuerza del trabajo.

Pero el crecimiento de la población mundial no ha sido en absoluto armónico; por el contrario, ha dado lugar a nuevas desigualdades al multiplicarse las necesidades en función del incremento demográfico. Los países desarrollados, experimentaron la explosión demográfica junto a la Revolución industrial.

Ecología humana, entendida como la aspiración científica de «aplicar al estudio de comunidades humanas el esquema teórico-básico de las ecologías vegetal y animal». Como señaló Robert E. Park, la ecología humana es «el intento de analizar y, sobre todo, mantener en el medio humano el equilibrio existente en la naturaleza, tal como es concebido por los ecólogos de plantas y animales»

Los estudios ecológicos son, pues, de naturaleza muy reciente; y han comenzado a cobrar importancia decisiva, vital, desde el momento en que se atendieron a los factores o medios que pueden alterar el equilibrio ecológico. Cierto que hay factores favorecedores y protectores del marco biológico, abióticos y bióticos, la cuestión se plantea cuando intervienen factores y agentes contaminadores. Este hecho se presenta ya no sólo dentro de unos límites nacionales, sino a una escala total, universal; situación aún más agravada por el desconocimiento en que la ciencia se mueve con respecto a los posibles efectos de los contaminantes sobre los sistemas biológicos. La magnitud y la consideración del problema han obligado a los internacionalistas a interesarse activamente en el tema

«La rápida deteriorización del medio ambiente en que el hombre vive, a causa de los efectos combinados de la población y la tecnología, hacen que los estudios ambientales en general ocupen hoy un lugar destacado en los estudios contemporáneos de Relaciones Internacionales».

Este interés se ha traducido en una creciente producción doctrinal que, aparte las modas también influyentes en el medio intelectual, denuncian la urgencia de un conocimiento más profundo del tema, así como la imprescindible necesidad de una cooperación internacional, abundando también los ensayos sobre temas específicos y casos particulares

En la práctica internacional hay ya acuerdos bilaterales y multilaterales sobre la protección del nuevo ambiente que son el preanuncio de una práctica que en poco espacio de tiempo será abundantísima; en particular, el convenio firmado en Estocolmo entre los gobiernos de Dinamarca, Finlandia, Noruega

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