EDUCACIÓN CUIDADANA
Enviado por Ninoka • 4 de Enero de 2019 • 1.926 Palabras (8 Páginas) • 354 Visitas
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Por otro lado, se han desarrollado procesos políticos, sociales y culturales que reclaman la presencia de ciudadanos activos pero también son espacios en disputa donde se desenvuelven complejos procesos de construcción de la ciudadanía. La globalización, el multiculturalismo, la migración, la desigualdad, la pobreza, entre otros, han provocado efectos relevantes en la construcción y la práctica de la ciudadanía. En torno a ellos, la ciudadanía constituye algo más que las tradicionales definiciones legales o jurídicas sobre los derechos y las responsabilidades que tienen los individuos para intervenir en la vida pública, ya sea por haber nacido en una comunidad política o por residir en un contexto nacional determinado.
Fundamentalmente, para aquellos que desarrollan políticas y programas en los sistemas educativos nacionales, como lo señala una publicación reciente (Eurydice, 2006), tres aspectos continuarán estando presentes en esta discusión acerca de la educación ciudadana: la capacitación docente, el currículo y la evaluación.
Los sistemas educativos enfrentan el desafío de diseñar programas de formación y actualización docente que respondan a las necesidades e intereses de los niños y jóvenes contemporáneos. Desde esta perspectiva, los docentes importan no sólo por la formación y actualización que requieren sino también porque ellos no pueden enseñar la educación ciudadana si sus conocimientos, habilidades y comportamientos cotidianos la contradicen (Dejaeghere y Tudball, 2007).
Respecto del currículum, los desafíos no se enmarcan exclusivamente en cuestiones pedagógicas o didácticas, aun cuando éstas no son insignificantes. Esta situación pondrá a prueba la capacidad que tienen, y que habrán de perfeccionar, los múltiples actores involucrados en el diseño e implementación de los diversos programas de educación ciudadana. De no tener esa capacidad, el despliegue de acciones cuyos contenidos no reflejen con exactitud la complejidad de las sociedades contemporáneas será sólo retórico, un discurso que, anticipadamente, ha renunciado a la posibilidad de impulsar cambios profundos.
La evaluación de los aprendizajes, los valores y las competencias adquiridas constituye, por sí misma, un desafío permanente en los sistemas educativos contemporáneos. Pero éste es mayor cuando se piensa en conocimientos y valores que se manifiestan en comportamientos que los individuos y grupos despliegan a lo largo de la vida en tanto miembros de una comunidad local, nacional y global. Para otros, la evaluación no puede dejar fuera a los sistemas educativos y las políticas y programas que de ellos emanan. Algunos, inclusive, van más allá proponiendo que sean las propias comunidades escolares y las sociedades las que se evalúen, dado que la educación ciudadana apunta a una transformación radical que rebasa los procesos tradicionales de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, el factor tiempo incide de manera importante en los resultados de la educación ciudadana que supone cambios que no son inmediatos, ni mecánicos, tampoco directos.
En general, los sistemas educativos tienen una tarea monumental enfrente. Si bien se trata de afianzar las tareas educativas esenciales orientadas a los procesos de enseñanza y aprendizaje, no hay duda de que la educación que hoy reclaman las sociedades no se limita a un conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas que deberán tener los niños y jóvenes. También se exige que ellos tengan un desempeño satisfactorio en la vida productiva y en la vida política (Cox, Jaramillo y Reimers, 2005; Bolívar, 2006).
Conclusión:
Resulta interesante que en el presente, independientemente del tipo de sociedad, de su cultura, del grado de desarrollo económico o político, e, incluso, de la consolidación democrática, buena parte de los países están diseñando e implementando políticas y programas de educación ciudadana.
Hoy por hoy, las instituciones educativas (públicas o privadas), de diferente nivel o modalidad, son insuficientes para dar respuesta a las exigencias de las sociedades contemporáneas. Sin embargo, tampoco puede olvidarse que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar que se respeten ciertos principios en la educación ciudadana, como el carácter público y laico, la justicia social, el respeto a los derechos humanos, el acceso a grupos en desventaja, entre otros.
Pero el reto es mayor ya que la preocupación en la educación para promover las prácticas y valores democráticos rebasa el espacio de la escuela formal y los sistemas educativos. Si bien diferentes propuestas se encuentran en ellos, también hay otras cuya mirada está puesta en otros espacios como la familia, la comunidad, el trabajo, los medios de comunicación. De hecho, algunos han logrado construir propuestas más integrales. En buena parte de los países que comparten esta preocupación, se han incorporado, fundamentalmente, dentro de los programas de estudio correspondientes a la educación básica, asignaturas y/o contenidos relativos a la educación para la ciudadanía, como formación cívica y ética y, por otro lado, cultura de la legalidad. Con todo, se avizora la continuidad del debate sobre la función democrática de la educación así como la función educativa de la democracia. En él, se puede esperar la participación de múltiples actores locales, nacionales, regionales y globales, estatales y no estatales, públicos y privados, educativos y no educativos pero, sin duda, todos ellos interesados en la construcción y la consolidación de las sociedades democráticas.
Referencias:
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2. Participación Ciudadana y Educación. Una Mirada Amplia y 20 Experiencias en América Latina. Por Rosa María Torres.
3. http://www.revistafolios.mx/dossier/educacion-y-construccion-de-ciudadania
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