EL RELIEVE DE LA TIERRA

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2. El relieve terrestre

El planeta tierra está dividido en corteza, manto y núcleo. La parte superior es la corteza, que es una capa sólida y delgada que está sobre el manto, que es espesa, con materiales fundidos. La corteza terrestre la podemos distinguir en:

- Continentes: Corresponden a las tierras emergidas sobre el agua y también tierras sumergidas próximas a ellas. Corresponden al 30% de la superficie terrestre. La mayoría de los continentes están en el Hemisferio Norte. Los continentes son, de mayor a menor: Asia, América, África, Antártida, Europa y Oceanía.

- Mares y océanos: Corresponden a masas de agua salada. Los océanos son grandes masas que separan continentes. Los mares son más pequeños y se encuentran bordeados por los continentes. Corresponden al 70% de la superficie terrestre, los más importantes son (ordenados de mayor a menor) el Pacífico, Atlántico, Indico, Glacial Ártico y el Glacial Antártico.

Los mares y océanos están en constante movimiento, impulsado este movimiento por:

- Corrientes marinas: las aguas de los océanos circulan por corrientes como ríos, estas corrientes pueden ser frías o cálidas según de donde provengan.

- Mareas: son subidas del nivel del mar provocadas por la atracción del Sol y la Luna. Cuando la marea sube se llama pleamar, y cuando baja, bajamar.

- Olas: son ondulaciones de la superficie producidas por el viento.

La corteza tiene un grosor variable. Es más gruesa en los continentes y más delgada en los océanos. La corteza está fracturada y está dividida como un puzle formado por distintas piezas, llamadas placas tectónicas. Las placas no coinciden con los continentes y se desplazan a una velocidad de 2 a 20 cms al año.

2.1. El Relieve continental

2.1.1. Origen del relieve

El relieve hace referencia a las formas que puede presentar la superficie terrestre emergida. El relieve terrestre es fruto de millones de años de formación, que se realiza mediante la realización de dos fuerzas distintas:

- Fuerzas telúricas (del interior de la Tierra): movimientos de placas tectónicas, volcanes. Estas fuerzas hacen elevar la superficie de la Tierra. Provocan terremotos y tsunamis (cuando son en el interior de los océanos).

- Pliegues: se producen cuando las fuerzas deforman la superficie.

- Fallas: cuando las fuerzas rompen la superficie (por su dureza), una parte queda elevada y otras bajas.

- Terremotos: liberan fuerzas interiores acumuladas y alteran el paisaje

- Volcanes: se producen al aparecer grandes fisuras por el choque de dos placas. Por estas fisuras sube el magma del manto de la Tierra.

- Fuerzas externas (provocadas por los agentes atmosféricos y por las fuerzas de los océanos): viento, lluvias, nieves, mareas de los océanos, ríos, etc. Estas fuerzas hacen erosionar y modelar las formas del relieve.

- El agua: disuelve rocas, transporta materiales, abren valles.

- Viento: transporta pequeñas partículas y desgastan rocas

- Raíces de las plantas: pueden romper rocas

- Seres humanos: construimos túneles, allanamos terrenos, etc.

Estas fuerzas no han desaparecido, siguen actuando en el día de hoy, pero al ser un proceso lento, de millones de años, apenas lo percibimos a lo largo de nuestras vidas.

2.1.2. Formas del relieve

Las principales formas de relieve que se observan son:

- Montañas: elevaciones del terreno. Pueden aparecer de forma aislada o agrupadas. Si son pequeños agrupamientos los llamamos sierras, si son grandes, los llamamos cordilleras.

- Llanuras: son extensiones de tierras llanas o un poco onduladas, situadas a poca altura con respecto al mar.

- Mesetas: son extensiones de tierras llanas o un poco onduladas, situadas a una altura a unos 200 metros o más de altura con respecto al mar.

- Valles: son zonas de terreno hundidas y rodeadas de tierras más elevadas. En el fondo del valle suele discurrir algún río.

2.2. Las aguas continentales

En el interior de los continentes observamos la presencia de agua en forma líquida o de hielo, que puede ser dulce o salada. Las aguas continentales suponen el 3% del total del agua de la Tierra.

2.2.1. Ríos

Los ríos son corrientes continuas de agua que fluyen a lo largo de un cauce, que es lo que aparece dibujado en los mapas. El agua que circula por un río se le llama caudal. El caudal puede proceder del agua de lluvia, del deshielo de la nieve de las montañas y de manantiales de agua. El caudal también puede venir de otro río, que, en este caso, se le llama afluente al río que da el agua y río principal el que lo recoge. El río más caudaloso es el Amazonas.

El caudal de los ríos está relacionado con las lluvias, por lo que puede aumentar y disminuir según la estación. También está relacionado con su cuenca hidrográfica. Cuando el caudal varía mucho entre unas estaciones y otras, se le llama de caudal irregular. El estiaje es el caudal más bajo de un río y suele repetirse todos los años en la misma estación.

La cuenca hidrográfica es el territorio del cual recibe agua un río. Los valles forman parte de la cuenca hidrográfica. Cuando el valle es muy ancho, la cuenca hidrográfica es más grande, y por tanto puede recibir más agua de lluvias. Algunos valles pueden definirse como:

- Barrancos: cuando son estrechos y profundos

- Gargantas: cuando tienen las paredes verticales

- Cañones: cuando tiene las paredes verticales y profundas

La vertiente hidrográfica es el conjunto de cuencas hidrográficas que llevan sus aguas (vierten) a un mismo mar u océano.

El curso del río es el recorrido desde su nacimiento hasta su desembocadura. El curso más largo del mundo es el del río Nilo (6.700 kms). Los ríos se dividen en tres tramos o cursos:

- Curso alto o cabecera: Corresponde