ENSAYO DEL PROYECTO INTEGRADOR
Enviado por John0099 • 14 de Marzo de 2018 • 2.172 Palabras (9 Páginas) • 526 Visitas
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Como si fuera poco, no existe un programa educativo ni laboral para los internos, pues la mayoría de ellos cumplen sus penas encerrados en cuatro paredes comiendo y durmiendo sin generar ningún tipo de beneficio a la economía del país, como bien no lo dice el senador Edgar Espíndola Niño en la entrevista concedida a nuestro “Proyecto Integrador”.
Los menores infractores deben contar con un sistema penitenciario donde puedan ser reorientados y reeducados, como también donde tengan la oportunidad de estudiar una carrera técnica para que cuando terminen de redimir su pena pueda salir a reintegrarse a la sociedad y convertirse en parte productiva de la misma.
En el análisis que hace Cesare Beccaria en su libro “los delitos y las penas” describe la precaria condición de los centros carcelarios que contribuyen más a la destrucción del individuo que a su recuperación como un ciudadano de bien.
La ejecución de la pena, debe tener como finalidad la recuperación del interno y para ello el sistema penitenciario en Colombia debe pasar por una revisión estructural total donde el delincuente sienta el castigo de la pena, pero donde también se sienta incentivado a convertirse en una persona de bien para la sociedad.
En el régimen penitenciario actual tenemos miles de personas encerradas que generan un gasto desorbitante al estado, además del daño que ya le han causado a la sociedad, y dichos gastos no reciben ningún tipo de retribución por parte de estas personas privadas de la libertad al estado, por ello, se debe buscar la manera de generar industria al interior de estos centros penitenciarios para que estas personas dejen de ser consumidoras potenciarías y se conviertan en parte productiva del estado.
Si la parte neurálgica de los precarios centros penitenciarios de nuestro país es la falta de presupuesto, la solución es colocar a producir toda esa mano de obra que tenemos en estos centros y crear empresas estatales penitenciarias que dignifiquen a los internos y que los haga sentir personas útiles para la sociedad y que no se sientan la escoria de un estado que solo se preocupa en levantar cada vez más gruesas y seguras paredes de concreto con el fin de aumentar el número de individuos que a cada día resulta mayor y cuyos costos económicos les resulta demasiado alto a un país cuyo régimen penitenciario ayuda en la formación de peligrosos criminales.
El castigo
Para algunos de los juristas citados o entrevistados por nuestro “Proyecto Integrador” en este trabajo investigador, el castigo a los delitos cometidos por delincuentes juveniles, no es la solución a este fenómeno social, para algunos de ellos, la personalidad del menor infractor está en proceso de formación y por tal motivo, no pueden asumir una responsabilidad frente a sus actos, sin embargo, los crímenes que cometen estos menores, son llevados a cabo con el mayor estado de consciencia y conocimiento del actual código de la infancia y la adolescencia por parte de estos jóvenes y adolescentes, que como ya lo hemos dicho en nuestro trabajo, fue hecho con el fin de “proteger” al delincuente juvenil, que proteger a las víctimas de este tipo de crímenes.
Cuando no se aplica castigo a la conducta delictiva de un menor de edad, lo estamos lanzando al mundo de la criminalidad sin que éste tenga la oportunidad de reflexionar frente a sus hechos, con el castigo que se le haya impuesto por su conducta.
Cuando los padres de familia no asumen su papel como tal y evaden su responsabilidad para corregir a sus hijos en casa por su mal comportamiento, el menor comienza adquiriendo un grado de consciencia de impunibilidad en casa que luego va transportando a la escuela y más tarde a las calles donde se convierte en un delincuente juvenil amparado por la misma irresponsabilidad de un estado que no corrige a tiempo las conductas de unos niños mal formados por padres sin carácter que nunca supieron el valor que tiene corregir a tiempo la conducta desviada de un menor.
Cuando los padres de familia no saben disciplinar a sus hijos a tiempo, entonces cabe al estado asumir esa función e aplicar leyes que corrijan lo que los padres de familia no supieron prevenir en casa, de tal manera, que el castigo es parte de la solución a este fenómeno social de delincuencia juvenil.
El señor Héctor Elí rojas añadió algo sensato a la defensa que él hace de la actual ley de la infancia y la adolescencia de la cual es coautor y quien se opone a la creación de leyes severas para castigar estos delitos, y propone como parte de la solución incentivar el “temor a Dios” al interior de los hogares colombianos, sin embargo, para cultivar este principio se necesita comenzar a sembrar valores en las familias, las escuelas y las universidades cuyos pilares para una sociedad cristiana como la nuestra se encuentran fundamentados en la Biblia, que a propósito, en uno de sus apartes hallados en el libro de los proverbios se refiere a los beneficios del castigo, de la siguiente manera:
“Los azotes que hieren son medicina para el malo y el castigo purifica el corazón”
Dejar los delitos cometidos por menores de edad sin un castigo ejemplarizante por parte del estado colombiano es una irresponsabilidad semejante a la cometida por padres irresponsables que piensan que corregir al menor en casa es causar daños psicológicos al adolescente y al libre desarrollo de la personalidad.
La corrección y el castigo temprano a la indisciplina en la vida familiar, argumenta el escritor Salomón autor de la anterior cita bíblica, “purifica el corazón”; entonces, podemos ver según la visión de este escritor, que el castigo es parte también de la formación y la corrección de la personalidad de cualquier individuo, de tal manera, que dejar impunes los delitos cometidos por estos “niños” delincuentes, es contribuir al desmoronamiento de nuestra sociedad bogotana que ya camina en vía de su propia extinción.
BIBLIOGRAFIA
Código de la infancia y la adolescencia art.21-142 edicion 2006
El Tiempo en su edición publicada el día (domingo 28 de enero del 2010)
El diario el espectador (01 de Julio del 2010)
Lopez A(12 de marzo de 2011). [Capitan Rocio, miembro del grupo de protección para la infancia y la adolescencia en la ciudad de Bogotá ] Gravacion de video
Lopez G. (13 de abril de 2011). [Orlando Velandia Sepúlveda, miembro del partido liberal colombiano y quien hace parte de la comisión
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