Educación holista: aprendiendo a ser feliz

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no es traicionar, no es llorar por alguien o algo, no es el logro de una meta… procede de la paz, amor, tranquilidad, luz, sabiduría; de la bondad esencial que desea que cada persona encuentre sentido a su existencia. Es un amor disponible, sin ostentación ni cálculo. La sencillez inmutable de un corazón bueno; en si es una manera de ser y las maneras se aprenden.

La felicidad ha existido como un concepto social que se vende, buscando encontrarla en cosas superficiales que llenan al sujeto de momentos de felicidad, mas solo son espejismos momentáneos que no tienen permanencia o temporalidad.

Por esencia, el Ser humano busca la felicidad fuera de sí, pues así está programado por el medio ambiente en el que crece y desarrolla, sobre todo en occidente, pues es más fácil creer lo malo que lo bueno.

En éste país, dentro de los ámbitos escolares, los programas buscan satisfacer un plan nacional de desarrollo educativo, generalizando los espacios, diferencias, culturas e ideologías a nivel universal; dejando de lado las particularidades propias de comunidades, pueblos, ciudades y estados; además de grupos indígenas, colonias y tribus.

Todo ello conlleva a una falta de permanencia, vacío interno y compromiso con los semejantes. Lejos de sentirse bien en su interior, el ser humano busca competir, salir adelante con sus propios méritos y recursos; dejándose llevar por los avances científicos y tecnológicos en los espacios donde se cuenta con ellos.

El gobierno federal busca atender a la diversidad educativa, dotando con computadoras, Tablet, pizarrones activos, entre otros; se enfoca solo en la atención física y avances tecnológicos; se considera que en el aspecto espiritual, emocional y personal, los padres tienen el compromiso cubierto.

Cómo puede ser si a los progenitores no se les conduce por éste camino, no se les muestra el cómo y de qué forma educar a sus hijos, solo se repiten patrones en los cuales, quienes viven dentro de la espiritualidad (que son pocos), son flanco de burlas, malos tratos o ignorados; existe una ausencia de respeto en algunos espacios educativos (escuelas públicas y algunas privadas), para quienes no cumplen dentro de las escuelas con ciertos requisitos (actos cívicos y culturales), a quienes no se integran o aceptan cierto currículo oculto que manejan algunas instituciones educativas.

Por otro lado el rol que juegan los padres dentro de una sociedad o el trabajo de ambos; es así que, la atención a los hijos pasa a segundo plano, pues hay que pagar servicios (agua, luz, teléfono), cubrir necesidades básicas (alimento, vestido, medicinas) y en ocasiones un poco de diversiones (parques recreativos, cine). Pocos son los progenitores, que aún después de un día de trabajo, inclemencias y traslados, llegan a casa, saludan y mantienen comunicación con sus hijos, parejas, familiares y amigos.

El aislamiento sin fundamento solo genera tristeza, inseguridad, soledad, pensamientos malsanos, pero sobre todo infelicidad.

El saber y conocer cómo manejar las emociones, permite crecer el interior de cada persona, aprender más, estar abiertos a cambios; pero sobre todo estar en armonía consigo mismo y con quienes se está rodeado. Permite mantener la comunicación con los hijos, pareja, hermanos, familia, amigos, compañeros; es vivir en paz, con emociones que permiten sentir la felicidad tan buscada, tan anhelada por todo ser humano, una felicidad estable, duradera, sustentada en el interior, en la comprensión, pero sobre todo sentirse alegre, tranquilo y feliz.

La felicidad no dura un momento, al cultivar la lucidez se logra una transformación duradera del temperamento mediante un proceso esencial que permite eliminar progresivamente la ceguera mental y las emociones turbulentas que perturban la paz interior y evitan vivir la armonía, paz y amor con los semejantes.

De ésta forma se evita el sufrimiento que es asociado con dolores físicos y morales, provocados por condiciones externas; a la mente le corresponde controlar su percepción, el cultivar la lucidez permite el debilitamiento gradual de las emociones negativas y el cese de los caprichos del ego, anteponiendo emociones sanas como la bondad, empatía, compasión, amor altruista y la transformación duradera del temperamento entre otras para el logro de una verdadera felicidad, auténtica y duradera.

CONCLUSION

El sufrimiento se padece pero la desdicha se crea…

Se debe reconsiderar de qué lado se quiere vivir, si es en un martirio constante, viviendo atormentados por el medio ambiente, noticieros, emociones negativas, situaciones personales y banales; viviendo una felicidad a medias y momentánea a través de las cosas materiales; o bien tener la lucidez de decidir lo que se desea a través de una transformación duradera del temperamento, para beneficio personal, el medio ambiente familiar y la sociedad en la que se vive.

El deber como profesionistas formadores de personas es, prepararse de forma continua y constante, no solo en los avances científicos, tecnológicos, pedagógicos, didácticos en si educativos; sino en la parte esencial del Ser mismo, en lo emocional, práctica de valores, práctica de ejercicios, meditación para despertar nuestra atención, vivir en plenitud y poder sentir una felicidad duradera.

De igual forma ser un ejemplo de vida y ayudar a la humanidad.

El sentir alegría, vivir en plenitud, armonía, paz interior, ser feliz… permite desarrollar los sentidos, realizar tareas de forma fácil y rápida, además de hacer frente a las adversidades.

BIBLIOGRAFÍA

 En Defensa de la Felicidad- Matthieu Ricard

 La Ciencia de la Felicidad- Sonja Lyubomirsky

 El Aprendizaje de la Felicidad- Chirstine Carter

 La Felicidad como Realidad Educativa- Ramón Gallegos

 El Néctar de la Felicidad- Ramón