Un mundo Feliz. Todos los pueblos tienen sus cosmogonías

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Yo nací en una familia católica, con padres y abuelos católicos, siempre crei que la única concepción acerca del origen de la vida y la formación de la sociedad era la religiosa, fue así como me criaron mis padres, en los últimos años inevitablemente me he venido cuestionando toda esto indudablemente creo en algo superior pero no creo en la religión como tal, creo que esta es la mayor fuente de represión y por ende causa de infelicidad entre los feligreses, un mundo en donde la religión no existe como tal indudablemente ha de facilitar un desarrollo humano positivo y sano.

Por otra parte esta la familia, el lugar donde el ser humano empieza a desarrollarse socialmente, Virginia Satir la describe como el lugar en donde puedes encontrar amor, comprensión y apoyo, aún cuando falle todo lo demás, el lugar donde podemos refrescarnos y recuperar energías para enfrentarnos con mayor eficacia al mundo exterior, pero en la sociedad descrita por Huxley familia es solo un termino prohibido, una palabra que no se menciona, algo que no existe, la maternidad ha pasado de ser un milagro a ser un horror, la familia no es necesaria es obsoleta, para que queremos familias en una sociedad donde ya no se da a luz sino que tanto le espermatozoides como los ovulos han sido extraidos de los cuerpos humanos y han sido expuestos a la más alta tecnología para que de ahí nazcan cuántos niños sea posible, para que se necesita un útero materno cuando hay incubadoras en donde se desarrollan perfectamente los fetos pertenecientes a las diferentes castas, tampoco se necesita el amor de madre, o la educación de la familia, esta ya no tiene cabida porque ya no tiene ninguna funsión que cumplir, la formación humana si así se le puede llamar se ha reducido a un método de condicionamiento pavloviano en donde los niños no reciben más que descargas eléctricas y la enseñanza esta limitada a una sarta de mensajes subliminales que están obligados a escuchar durante las horas de sueño, transmitiéndoles así una serie de claves y aprendizajes que aseguren que determinada casta solo se dedicara a cierta actividad, es como introducirles un chip que tiene escrito ya su destino, condicionados para despreciar a quienes pertenecen a otras castas.

Imposible es la formación de familias con la aceptación de la vida polígama y promiscua, la desaparición de la maternidad y la introducción de una sociedad que vive ciertamente en un individualismo en donde el control absoluto pertenece al gobierno.

Un mundo feliz, no tan feliz, porque para permanecer inmerso en ese estado de felicidad hay que consumir la droga de la felicidad, el soma, recuerdo una actividad que realizamos en el grupo el semestre pasado, en donde se nos pidió crear algo que quisiéramos aportar al mundo y entonces una compañera creo la píldora de la felicidad, en ese momento sonó muy oportuno, quien no quisiera tener un frasco en el botiquín de medicamentos o simplemente ir a la farmacia y comprar felicidad encapsulada, sin embargo mi postura a cerca de esa píldora mágica ha cambiado con la lectura de esta obra de Aldous Huxley, y si bien sabido que todos quisiéramos cumplir todos nuestros deseos y placeres sin la necesidad de esperar, olvidarnos de la represión y lo que esta conlleva personalmente no querria arriesgarme a no saber lo que es nacer de un vientre materno y sentir la calidez de un seno familiar, saborear la dulzura de amar a otro ser humano en escencia, disfrutar de un buen libro o de ver crecer una flor, porque querria perderme de todas estas linduras de la vida, como podría preferir vivir esto a vivir libremente y disfrutar de estas cosas.

Carl Rogers dijo "Me doy cuenta que si fuera estable, prudente y estático, viviría en la muerte. Por consiguiente, acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante".

El día 27 de noviembre en el marco de las segundas jornadas de investigación que tuvieron lugar en las instalaciones de la universidad de Zamora Pablo Fernández en su conferencia titulada Sentimientos Pensantes mencionaba algo que me parece muy cierto, Para poder experimertar el sentimiento de protección hay que sentir primero el miedo de la seguridad desmoronándose.

Y es que para experimentar cuanquier sentimiento hay que haber vividoi antes lo opuesto, y solo así sabremos que es en realidad lo que sentimos, no podemos esperar a que se cree una droga que nos mantenga felices las 24 horas del dia los 365 dias del año por que la felicidad no viene cuando conseguimos lo que queremos conseguir sino con el viaje hasta esos objetivos que dseamos alcanzar.