Eficacia de la Pena de Prisión
Enviado por Antonio • 17 de Diciembre de 2018 • 1.524 Palabras (7 Páginas) • 373 Visitas
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Las mujeres en la prisión también representan retos al sistema. Es lógico que no puede darse el mismo tratamiento que a los hombres, por lo que deberían hacerse muchas adecuaciones para evitar muchos de los problemas que existen con los varones. Aun así, existen situaciones intrínsecas respecto a las mujeres reclusas. Desde la necesidad de separar las prisiones por género, el personal que habrá de cuidarlas, así como las instalaciones. Es bastante conocido el hecho de que las mujeres son abusadas en las prisiones. Desde el acoso por las mismas reclusas, hasta tocamientos indebidos por el personal de seguridad, las mujeres enfrentan circunstancias difíciles cuando cumplen condenas. Lamentablemente, estas anomalías pasan desapercibidas, pues las mujeres reclusas son un tema que rara vez hace eco dentro del mundo penal, y menos aún que sea escuchado en la sociedad general. Y cuando esto se conoce, la sociedad misma margina aún más a las mujeres reclusas que a los varones, imponiéndoles un estigma mayor.
¿Tiene alguna utilidad un reo que ha compurgado una pena, pero que realmente no experimentó la “readaptación social”? ¿Debe permitirse que retorne a la sociedad, cuando claramente puede volver a cometer actos contrarios al orden? ¿Lo tenemos encerrado hasta que se “componga”? Estas preguntas se responden con la misma respuesta, no. Pero esa misma respuesta crea contrariedad en las soluciones a todos los problemas. Teóricamente, no deberían existir estas contradicciones, pero, tal cual me ha sido restregado una y otra vez en el estudio y la vida de la práctica jurídica, la teoría sale sobrando.
Aunque también me parece importante mencionar que es siempre el individuo quien decide el rumbo que habrá de tomar en su vida, a pesar de las circunstancias en que se encuentre. Hago referencia al caso de Malcolm Little, más conocido como Malcolm X, quien tras un periodo en prisión el cual fue determinante en su vida debido al crecimiento cultural y personal que experimentó ahí mismo, de ser un delincuente y ladrón, pasó a ser uno de los más reconocidos activistas por la igualdad racial en los Estados Unidos.
Concluyo citando un breve pasaje, que aun sonando muy utópico e idealista, me atreveré a decir que es la solución perfecta. Ya lo dijo John Lenon, Imagina.
“Olvidemos la reforma, es tiempo de hablar sobre abolir las cárceles y prisiones en la sociedad americana. Aún así, ¿aboler? ¿Dónde pones a los prisioneros, los criminales? ¿Cuál es la alternativa? Primeramente, no tener ninguna alternativa crearía menor crimen que el que los centros penitenciarios actuales crean. Segundo, la única alternativa total es construir el tipo de sociedad que no necesita prisiones: una decente redistribución de poder e ingresos que puedan apagar el fuego oculto de la envidia que hace arder los crímenes de propiedad, tanto el robo por parte de los pobres, como la malversación de fondos por parte de los ricos. Y un decente sentido de comunidad que pueda apoyar, reintegrar y verdaderamente rehabilitar a aquellos que repentinamente se llenan de rabia y desesperación, enfrentándolos no como objetos –‘criminales’-, sino como personas que han cometido actos ilegales, como lo hemos hecho la mayoría de todos nosotros.”
- Arthur Waskow.
Bibliografía
Angela Y. Davis, Are prisons obsolete? Seven Stories Press, New York, 2003.
Michel Foucault, Vigilar y castigar, nacimiento de la prisión. Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.
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