El mito de Alejandro Magno

...

Para los occidentales medievales, Jerusalén es el lugar sagrado. Además, en aquel tiempo pertenece a los territorios conquistados por Alejandro. Por eso, se dejan en herencia muchas leyendas describiendo el primer encuentro entre Alejandro y la ciudad donde en aquel tiempo ocupan los judíos, quienes comparten el mismo Dios con los cristianos.

El Sumo Sacerdote del templo de Jerusalén, temiendo que Alejandro fuera a destruir la ciudad, salió a su encuentro antes de que llegara a la ciudad. Cuando Alejandro vio al Sumo Sacerdote, descendió de su caballo, y ante la sorpresa de todos sus generales se postró ante él. Sus soldados y generales, deseosos de saquear la ciudad y quedarse con un gran botín, estaban atónitos porque nunca habían visto a su rey prosternándose así ante otro hombre. Alejandro explicó que no hacía una reverencia ante él, sino ante el Dios que lo ha honrado con el Sumo Sacerdocio. Y así fue como Alejandro Magno, para sorpresa del mundo entero, entró en Jerusalén en paz.

La Edad Media desarrolla las guerras y las aventuras de Alejandro desde dos puntos de vista distintos: guerras normanles de tipo medieval y exploración de tierras maravillosas y combates contra seres extraños. En algunas guerras de Alejandro, por ejemplo contra los hindúes, aparece elefante, el animal muy extraño para los europeos medievales. Por eso, creen que en las tierras conquistadas de Asia por Alejandro, que les son desconocidas, existen muchos otros extraños seres.

Para los medievales, Alejandro no es sólo un gran conquistador, sino también un explorador. Según la leyenda, durante la conquista de Aisa, Alejandro hizo subir al cielo el grifo con los trozos de carne para explorar el cielo y llevó a cabo la exploración marina con ayuda de una gran pez. Estas acciones amplian el límite del conocimiento, por otra parte, causan su muerte asesinado, porque para los medievales es mal la ambición desmedida del conocimiento.

En algunas aventuras asiáticas registradas, Alejandro se describe como un líder cristiano, lucha contra los dragónes que representan mal en cristianismo. Aunque Alejandro Magno es un héroe pagano, no un héroe cristiano, sus acciones suelen introducirse en perspectiva religiosa en la literatura occidental para que sus acciones tengan un sentido religioso. Lo mismo ocurre con su entrada pacífica en Jerusalén, representando el respeto al Dios en la literatura medieval.

Además de combatir contra los monstruos, en las tierras asiáticas mágicas, Alejandro, obsesionado por la inmortalidad, emprendió la búsqueda de la fuente de la juventud, que supuestamente cura y devuelve la juventud a quien beba de sus aguas o se bañe en ellas. Sin embargo, Alejandro no encontró la fuente de juventud sino el árbol que predijo su muerte pronto.

En un remoto lugar de la India, Alejandro se adentró en el santuario de los árboles parlantes del sol y de la luna para saber cómo sería el futuro. Pero en vez de decirle las glorias que le quedarían por alcanzar solamente le profetizaron su muerte pronto.

Según algunas leyendas, Alejandro murió asesinado. Para los medievales, por supuesto que el regicidio no es aceptable y debe ser vengado. Y la venganza corresponde al hijo de Alejandro. Por eso, también hay obras literarias en las que se desarrolla la historia de venganza.

Existe una idea de que la vida de Alejandro: conquista Asia y muere joven es la consecuencia de la gira de la rueda de la fortuna. En cualquier caso, Alejandro ha convertido en un mito legendario que deja mucha influencia en la cultura, tanto de Occidente como de Oriente.