El sueño de Karina
Enviado por Christopher • 20 de Noviembre de 2017 • 1.469 Palabras (6 Páginas) • 292 Visitas
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Siguieron transcurriendo así los días, y a la par continuaron dos cosas: las atenciones por parte de Daniel, y los terribles y recurrentes sueños. Sin embargo, cada uno afloró de distintas maneras. Las atenciones cada vez más insistentes, más cercanas, más fuertes. Y por el otro lado, abismos, gritos desgarradores, y lo que más le preocupaba, arañazos que no se quedaban solo en sueños.
Y ambas cosas le preocupaban. Porque seguía con la sensación de que había algo que estaba pasando desapercibido.
Después de tanto, no podía fingir ignorancia frente al hecho de que le gustaba a Daniel, ni tampoco que a ella le gustaba él. Pero en esos momentos no se sentía preparada para tomar ninguna decisión, no con el estado mental que tenía al dormir lo menos posible para no tener que enfrentar esos atormentadores sueños.
―Kari, mi niña…― de nuevo su voz.
―¡Mamá! No entiendo ¡NO ENTIENDO! Muéstrame qué quieres, ¿qué necesitas? ―dijo Karina sin poder evitar romperse en llanto.
―Nada, mi cielo, ¡tú eres quien lo necesita!― Y sin más, se abrió el suelo, pero a diferencia de los otros sueños, no había un abismo esta vez, sino una plataforma plateada, y esta estaba rodeada de decenas, no, miles de seres extraños, todos mirando una sola cosa: a ella.
*Krinaa, necesito hablar cntigo, es importante*
Otra vez Daniel.
―Tú sabes que te aprecio mucho, pero no puedo― decía Karina con una determinación que jamás en su vida había sentido.― ¿No? Vamos, ¿no vas a pensarlo un poco al menos? ―él insistió.―No, ya dije que no. Escucha Daniel, agradezco mucho todo lo que has hecho por mí, me gustas, pero no quiero una relación ahora, no es el mejor momento.
La cara de Daniel, que siempre había lucido una sonrisa, de pronto se trasformó en ira. ― ¡¿Lo que he hecho por ti?! ¡HE HECHO TODO POR TI! ¡Se supone que iba a ser tu salvación! ¡¿No recuerdas tus días grises y miserables?! ¡Te devolví a la vida!
Pero la cara de Daniel no fue la única que se transformó. Karina sintió sorpresa, y confusión. ―yo… yo nunca te dije nada de eso, ni te lo pedí, ni siquiera me conocías entonces…
Silencio.
Un cruce de miradas y ella salió corriendo. Él no la buscó los primeros días, tampoco se presentó en el taller.
Las pesadillas se habían terminado. Los días trascurrían tranquilos, y con un poco más de paz mental, Karina se dio cuenta de que en realidad extrañaba a Daniel. Seguramente se estaba volviendo loca, había sido demasiado dramática y fría con él, cualquiera se hubiera dado cuenta de su vida miserable antes de él, no era necesario que se lo hubiera contado para que él lo supiera. Estaba dispuesta a hacer las paces. Y como si hubiera sido una señal del cielo, otro mensaje de texto le restauró la paz:
*Oye, perdón, tal vez fui demasiado imbécil, quiero hacer las paces, nos vemos dnde siempre? por favor, ojalá que puedas, nos vemos al atardecer*
Nunca es tarde para pedir perdón. Ella sabía que ambos tenían que disculparse, y también que algo bueno podía salir de esto. Contestó el mensaje y salió.
Existen muchas culturas que son firmes creyentes de que nada pasa por casualidad, que todo tiene una explicación lógica.
Karina no volvió a casa esa noche, ni la siguiente, ni la siguiente de la siguiente. Ni nunca.
Nadie nunca volvió a saber de ella ni de Daniel. Aunque bueno, siendo sinceros, nadie sabía nada de Daniel además del trabajo de mecánico que tenía. Nadie en la Tierra, por supuesto.
Nosotros sí. Al igual que sabemos dónde están ahora. Y Karina cumplió perfectamente con nuestros planes.
Los seres humanos son tan predecibles.
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