El teatro de la Postvanguardia
Enviado por tomas • 23 de Noviembre de 2018 • 10.582 Palabras (43 Páginas) • 578 Visitas
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la idea de
futuridad tan fuerte en las vanguardias históricas: ya no se confía tanto en un futuro
prometedor, sino en una cada vez mayor desintegración. Los procedimientos que la
vanguardia veía como un gesto de liberación cargados de futuridad y de proyecciones
benéficas hacia el mañana, ahora se transforman en un gesto de revelación de una
realidad profunda de soledad, dolor, violencia, destrucción. La Postvanguardia vacía el
legado de las vanguardias de su confianza en el futuro.
La Posguerra marca para muchos artistas la caída de grandes discursos de
representación (véanse los estudios de Laura Cerrato sobre Beckett o el de Krysinski
sobre Ionesco). La primera caída de las representaciones macropolíticas da lugar a la
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emergencia de micropolíticas o territorios de subjetividad alternativa, de allí el
fenómeno de diversidad que acompaña a la Postvanguardia y que se acentuará con la
llamada Postmodernidad, para muchos teóricos a partir de la dácada del 70 (véase
Teórico XIV).
Es importante advertir que paralelamente a este teatro de la disolución característico
de la década del cincuenta, de baja expectativa en el futuro, se genera una literatura
de afirmación de la modernidad y llena de optimismo (si se ha logrado vencer a
Hitler, ya nada es imposible), especialmente vinculada al pensamiento de la izquierda.
Por ello la Postvanguardia incluye también una zona de experimentación relacionada a
las prácticas políticas de izquierda (en la que aquí no nos detendremos), que expresa un
optimismo lejano a Beckett y Ionesco. Un caso relevante puede encontrarse en las
primeras experiencias del Living Theatre en Estados Unidos, que retoma explícitamente
a Antonin Artaud.
Base epistemológica de la Postvanguardia teatral
Sistematicemos la base epistemológica de la Postvanguardia (recordemos que se trata de
una base epistemológica que deriva históricamente de la reformulación de la
experiencia de las vanguarias históricas) en sus cinco aspectos metodológicos más
relevantes:
1. concepción de mundo: en tanto heredera del legado de la vanguardia histórica,
la postvanguardia concibe el mundo como heterogeneidad, y de diversas
maneras da cuenta del mundo a la vez como acontecimiento material-profano y
metafísico-sagrado según cada caso, a la vez dominable por la acción del
hombre e intuible en su dimensión de misterio. Debido al horror de la II Guerra
Mundial y al comienzo de la caída de los grandes discursos de representación, la
Postvanguardia empieza a dar cabida a lo que llamaremos más tarde el canon
de la multiplicidad, la destotalización y las micropolíticas. Se acentúa la
visión pesimista respecto del protagonismo del hombre y su futuro (relaciónese
esta visión con el concepto de absurdo, que veremos enseguida). Se van
asentando las bases que conducen a la crisis instaurada por la Posmodernidad
(véase Cap. V de Cartografía teatral), al punto que para muchos teóricos un
autor como Beckett es ya un posmoderno “adelantado”. Después de Auschwitz e
Hiroshima, el mundo se ha instalado en lo que Jean Duvignaud llama “el grado
cero de la humanidad” y la opacidad, la dificultad de comprender si el hombre
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ha dejado definitivamente de serlo. Desintegración, angustia, imposibilidad de
construir sentido, horror y dolor, desconfianza en el hombre y en los valores de
la Modernidad, incertidumbre son algunas de las obsesiones y preocupaciones
heredadas de la II Guerra. Dice Edward McNall Burns en Civilizaciones de
Occidente: “En vez de un ser creado por Dios ‘apenas inferior a los ángeles’, el
hombre parecía ahora apenas superior a los simios”.
2. concepción del arte: ya no se pretende que el arte se fusione con la vida ni la
lucha contra la institución, pero se rescata la capacidad del arte como espacio de
investigación y experimentación radical, como vía de conocimiento específico y
fundación de territorios de subjetividad alternativa en los que se revela la
realidad profunda de un mundo en desintegración, de escasa expectativa de
futuridad y esperanza. El arte manifiesta la entidad profunda de una realidad
degradada y desconfiable, a su manera constituye el registro, a través de la
semantización formal, de una experiencia histórica.
3. principal procedimiento de articulación entre mundo y arte: continuando
con la base simbolista que está en el origen de la vanguardia histórica, la
Postvanguardia considera que el arte revela el mundo en su entidad. Lo hace
retomando la experimentación en la disolución de las estructuras del arte pero
ahora desde adentro de la institución. Se
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