Ensayo Fray Luis de León - Oda XI análisis y comentario
Enviado por klimbo3445 • 29 de Diciembre de 2018 • 1.248 Palabras (5 Páginas) • 750 Visitas
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Vencido por el dolor, la angustia y la desesperación, se ve incapaz de escribir poemas. De ahí que invite a hacerlo a su amigo Juan de Grial, a que aproveche el tiempo en libertad, ya que a él le faltan las fuerzas y no puede más.
❷ Un hipérbaton.
[...] que yo, de un torbellino 36
traidor acometido y derrocado
del medio del camino al hondo, el plectro amado y del vuelo las alas he quebrado. 40
❸ Después de darle muchas vueltas ─y creo que este multi-hipérbaton se merecería un monumento por su complejidad, o eso me parece a mí─, sólo se me ocurre ordenar los versos del siguiente modo:
[...] que yo, acometido del medio del camino y derrocado al hondo de un torbellino, el amado plectro y las alas del vuelo he quebrado.
Por desgracia, al ordenarlos me he «cargado» buena parte de la métrica propia de la lira (heptasílabos y endecasílabos), como se puede observar claramente en el primer verso, que sería hexasílabo («que yo, acometido [...]). Lo lamento.
3.- Busca información sobre la muerte de Íbico y explica por qué se llama a la grulla el ave vengadora de su muerte.
Desconocía por completo tanto al poeta Íbico como a la leyenda que lo acompaña, y lo cierto es que me ha sorprendido por su exquisita originalidad. Éste sería el breve relato del trágico fin de Íbico y del motivo por el cual se conoce a la grulla como «el ave vengadora de su muerte».
íbico, a pesar de pertenecer a una familia griega muy acomodada y de gozar de una vida sin ninguna clase de problemas, era muy aventurero, pasando largos años en la corte de Polícrates como protegido del tirano de Samos.
En una ocasión, habiéndose desplazado a la polis vecina de Corinto, fue asaltado y herido mortalmente por una partida de ladrones. Yaciendo en tierra, ya moribundo, observó una nutrida bandada de grullas que pasaban volando en su clásica formación en «Y». De inmediato, clamando justicia al Cielo, les pidió que vengaran su muerte.
Tras haber cometido el crimen, los ladrones, que eran de Corinto, se habían dirigido al teatro para ver una representación. Y allí se dirigieron las grullas.
Uno de ellos, burlándose de las aves, exclamó: «¡He aquí a los vengadores de Íbico!», sin darse cuenta de que, con aquella frase, ellos mismos acababan de facilitar la pista para su detención por el asesinato que habían cometido.
Fue así como la expresión «las grullas de Íbico» se convertiría en un proverbio entre el pueblo griego, equivalente, de alguna manera, a «descubrir un crimen mediante la intervención divina».
Del mismo, en su Oda XI, Fray Luis de León evoca en su encierro a las grullas con la esperanza de que su graznido llegue hasta lo alto y los tribunales revisen su condena para que se haga justicia.
4.- Mide la primera estrofa, indica el número de silabas, el tipo de rima y el nombre de la estrofa. ¿Qué poeta utilizó por primera vez esta estrofa?
● Medida de la primera estrofa y número de sílabas
Recoge ya en el seno 7a
el campo su hermosura, el cielo aoja 11B
con luz triste el ameno 7a
verdor, y hoja a hoja 7b
las cimas de los árboles despoja. 11B
● Tipo de rimas: consonante.
● Nombre de la estrofa: lira.
La Oda XI de Fray Luis de León consta de 8 estrofas (liras). Cada lira está formada por 5 versos: 3 heptasílabos i 2 endecasílabos
● ¿Qué poeta utilizó por primera vez la estrofa?
En Italia, la lira fue introducida por el poeta Bernardo Tasso, en sus Amori (1534), y en la lírica española, por su amigo y poeta Garcilaso de la Vega en su Oda a la flor de Gnido, que compuso en Nápoles entre 1532 y 1536.
La estrofa adoptaría el nombre de lira que aparece en el primer verso del poema:
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son que en un momento [...].
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