Ensayo Proceso Reflexivo La importancia del apoyo de programas y equipos multidisciplinarios, para cuidadores adultos mayores de personas con Parkinson en situación de dependencia

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Este desconocimiento y falta de difusión acerca de la patología, genera en gran parte, sobrecarga en las personas que cumplen el rol de cuidadores, ya que desconocen la progresión de la enfermedad y lo que conlleva hacerse cargo total de una persona con Parkinson.

Entonces, podemos afirmar que la situación de los cuidadores o cuidadoras, quienes la mayoría de las veces son familiares de la persona afectada, es de interés en el ámbito de la salud y debe abordarse de manera prioritaria, tanto por ellos como aquellas personas que se ven beneficiadas por su cuidado. Por lo tanto, es esencial dar al cuidador/a herramientas para mejorar sus habilidades, en términos de incrementar la capacidad de afrontamiento de manera tal que pueda también satisfacer las necesidades de la persona con EP, responder a problemáticas familiares y mantener el bienestar de su propia salud, reconociendo y estableciendo apoyos tanto formales como informales, manejando sus destrezas emocionales, como sentimientos de culpa, y planeando su propio futuro y el de su familia.

Cabe mencionar que, independiente en el estadio en el que se encuentre la persona, según la clasificación de Hoehn y Yahr, el cuidador dedica gran parte de su energía física y mental para hacer frente a la tarea que debe llevar a cabo. Por ello es relevante que, además de brindar tiempo al cuidado de la otra persona, el cuidador o cuidadora reserve tiempo para su autocuidado.

De manera paradójica, con mayor frecuencia el cuidador o cuidadora recibe delegaciones para las cuales no está capacitado. Debe hacerse cargo de un familiar o conyugue en situación de dependencia severa, puesto que el costo de mantener a esa persona hospitalizada es muy alto o porque no existen servicios adecuados y suficientes de cuidado a largo plazo. Por esto y muchos factores que intervienen en este ámbito es que aún queda un largo camino por recorrer.

Por otro lado, para poder estar al tanto de los límites propios hasta donde el cuidador debe intervenir con la persona con EP, debe contar con la información y/o psicoeducación pertinente acerca de la patología, es decir, conocer la enfermedad y los cuidados que debe proporcionar a la persona, esto ayudaría en gran parte a cuidarse a sí misma y prevenir determinadas situaciones, como lo es la sobrecarga.

Entonces, para apoyar a estas personas que por diversos motivos no tienen acceso a un apoyo externo, como por ejemplo, un equipo multidisciplinario ¿Cómo podría prevenir este la sobrecarga? Actualmente existe un “Manual del cuidado de personas mayores dependientes y con pérdida de autonomía”, que brinda el gobierno con el objetivo o fin principal de entregar conocimientos y competencias que mejoren la calidad del cuidado y por otro lado, brindar un soporte emocional, empático a quienes cuidan. (MINSAL P. S., 2009)

Sin embargo siempre es bueno tener presente ciertos alcances que debiese tener la persona cuidadora, para su cuidado físico, emocional y social, tales como, tomar conciencia de sus límites, diseñar un plan de cuidado en el que priorice actividades a realizar y distribuir de manera adecuada las horas y el tiempo que dedica a cada una de ellas, dedicar al menos un momento en el día para hacer alguna actividad en la cual se sienta complacido y/o sea de su interés, aprender a actuar de manera calmada y adecuada ante situaciones urgentes o que puedan desbordarlo/a, valorar la gran tarea que está llevando a cabo y de esta manera fomentar el cuidado de su autoestima, sería idóneo además que buscara información y/o asesoramiento profesional acerca de recursos o ayudas técnicas que puedan asistir tanto a la persona con EP como al cuidador o cuidadora si esta padece de alguna patología que pueda agravar aún más la situación y contexto en el cual se encuentra, incluir siempre en su rutina hábitos de autocuidado y actividades gratificantes, ayudándolo/a a relajarse y prevenir el aislamiento social y con ello, poder llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria que debe tener una persona. Finalmente es importante poder compartir tal responsabilidad con alguna persona del núcleo familiar o aquella que sea de confianza, de esta manera delegar responsabilidades y roles.

En conclusión, y por todo lo que se mencionó anteriormente, es que se requiere de más políticas públicas y/o programas gubernamentales, municipales o directivos, que aporten y avalen el cuidado y apoyo para aquellos cuidadores y cuidadoras de personas en situación de dependencia, que no están dentro de los parámetros etarios que cubren ciertos y escasos programas ya existentes dentro de algunas comunas de nuestro país, o los cuales no están dentro de los requisitos establecidos por dichos programas. Además, sería óptimo trabajar en una mayor difusión de información acerca de los cuidados fundamentales que debe tener un cuidador, para no provocar una sobrecarga significativa a nivel físico, psicológico y emocional. De esta manera lograr una equidad de las partes y junto con esto, poder brindarles a nuestros adultos mayores el goce y calidad de vida que a su edad merecen disfrutar.

Bibliografía

MIDESO. (12 de Mayo de 2016). Sistema Nacional de Apoyo y Cuidados. Santiago, Región Metropolitana, Chile.

MIDESO, S. (2016). Tránsito a la Vida Independiente. Santiago.

MINSAL. (2010). Guia clínica enfermedad de parkinson. Serie guias clinicas MINSAL, 6-7.

MINSAL, P. S. (2009). Manual de Cuidados de Personas Mayores Dependientes y con Pérdida de Autonomía. Santiago: Duplika Ltda.

PAC, C. (2016). Primer Seminario de Dependencia en Pedro Aguirre Cerda. Santiago.

Pedro Chaná C., M. J. (2013). Mortalidad por Enfermedad de Parkinson en Chile. Revista médica de Chille, 327-331.