Ensayo pobreza y la desigualdad

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El verdadero desarrollo es principalmente un proceso de activación y canalización de fuerzas sociales, de avance a la capacidad asociativa, de ejercicio de la iniciativa y de la inventiva. Por lo tanto, se trata de un proceso social y cultural, y solo secundariamente económico (p.1)

Es poder avanzar hacia nuevos panoramas de conocimiento en los que cada uno de los sectores debe estar adaptado y relacionado, lo que dará paso a espacios donde las personas confiarán y apoyarán el sistema, siempre que perciban beneficios y se construyan las relaciones sociales sobre bases de confianza, credibilidad, participación y solidaridad, como lo menciona Boisier (2003) en su artículo, citando al sociólogo Güell:

Un desarrollo que no promueve y fortalece confianzas, reconocimientos y sentidos colectivos, carece en el corto plazo de una sociedad que lo sustente. Entonces la viabilidad y éxito de un programa de desarrollo dependerá del grado en que las personas perciban ese programa como un escenario que su subjetividad colectiva es reconocida y fortalecida. (p.36)

De manera que la pobreza y la desigualdad son problemas que se deben tratar con interpretaciones y soluciones realistas, no digo que se deban dejar de lado los prototipos en los cuales se ha sustentado la economía, ni mucho menos decir que el crecimiento económico es inviable, sino que debe ser una gestión integral, donde cada sociedad vaya generando su propia visión de los ideales de vida en cuanto a los modelos que surgen de la sociedad. Recordemos lo que plantea Duflo “el crecimiento del ingreso es bueno porque aumenta las oportunidades para que la gente tenga buena vida” (Duflo, 2013,p. 51)

Claro está, ese ideal de vida debe tener presente el papel que juega la política en ese proceso, como lo menciona Morin (1996):

La política no gobierna sino que navega el timón, en el sentido cibernético, en el sentido en que la palabra “cibernética” significa navegar al timón, pero esto no quiere decir que solo deba navegar el rumbo de día en día; debe tener una idea-faro que la ilumine.

Es por eso, que debemos detenernos en la reflexión que rodea nuestro contexto, para poder descubrir el sentido del ejercicio como parte de un proceso social. En el que la conciencia sea la base de la construcción de hechos partiendo de acciones concretas y fundamentadas en objetivos realistas, generando procesos viables,

Es hacer que el diagnostico se convierta en una aproximación a la realidad y que se pueda reconvertir a su vez en un plan, el cual puede o no puede ser el resultado final dependiendo del rumbo que le demos en su momento; es decir, de la capacidad de reacción que tengamos al enfrentarnos a la incertidumbre y a las sorpresas que se presenten.

Referencias Bibliográficas

Boisier, S. (2003). ¿Y si el desarrollo fuese una emergencia Sistematica? CLAD Reforma y Democracia .

Duflo, E. Repensar la pobreza.

Morin, E. (1996). Epistemologia de la complejidad. En D. Schnitman, Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad (pág. 457). barcelona: paidos.

Picketty, T. (2015).

Sen, A. (2000). Desarrollo y libertad. Planeta.

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