Ensayo sobre Dorian Grey.

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Su vida es ostentosa, llena de cosas que no necesita y por medio de las cuales intenta obtener su felicidad. El dinero que ha heredado de su familia lo gasta en piezas de arte en un comienzo, en cenar con sus amigos e ir al teatro, pero al avanzar en edad debe buscar otras alternativas, no siendo suficientes las anteriormente mencionadas, y se refugia en el alcohol y el opio como medios para olvidar, y siguiendo aquel consejo que Lord Henry le habría dado años atrás: utilizar sus sentidos para curar el alma.

En su vida, Dorian Gray se enfrentaría dos veces más con la muerte antes de dar con la suya propia, y ambas son muestra de la falta de bondad presentes en él. James Vane, hermano de Sybil, quien había muerto muchos años atrás, había prometido matarle, causandole temor al estar amenazado, pero una enorme satisfacción, alegría, incluso, cuando por accidente, fue asesinado por un cazador. Basil Hallward, de otro lado, había sido su amigo íntimo durante toda su vida, lo que insitaría a pensar que, al morir, Gray sentiría pesar, aún si éste fuese solamente dictado por su cabeza. Por el contrario, fue él quien dio fin a la vida del pintor, y fue odio lo único que sintió. Apenas se inmutó a la mañana siguiente al ver su cuerpo inerte, al que luego decidió ignorar, pues en su vida, Dorian Gray se había vuelto experto en huír de sus problemas, e incluso su amigo no era nada más para él que eso: un problema. Uno del que se había deshecho, sin sentir pena o culpa alguna.

De haber sido Dorian Gray una persona real, probablemente encajaría en uno de los círculos más profundos del infierno de Dante, y habría sido juzgado de manera cruel, pero justa, ante todos sus pecados. Sus acciones, fundadas por Lord Henry Wotton al manipular a un adolescente hasta llevarlo al extremo de la vanidad y el egoísmo, carecían de benevolencia, y evitaron seguir cualquier código de moral o buena conducta alguna vez creado. La maldad de Dorian Gray lo llevó a apuñalar su propio retrato, que para entonces era un aterrador y decrépito monstruo, una muestra de quien era en su interior; alguien que actuó sin un alma que lo llevara a sentir compasión, culpa, amor o cualquier otra cosa que lo hubiese llevado a actuar de manera más humana, porque el hombre puede ser alguien racional, puede conocer los conceptos del bien y el mal, puede saber cuando sus acciones son incorrectas, pero un humano no es la palabra que debe utilizarse para referirse a un cuerpo sin un alma.