FORMACION DEL HOMBRE QUE REQUIERE LA SOCIEDAD COLOMBIANA: CAMPO DE ACCION DEL PEDAGOGO INFANTIL
Enviado por poland6525 • 1 de Febrero de 2018 • 2.355 Palabras (10 Páginas) • 610 Visitas
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Esta formación se hace pertinente puesto que cada día son más visibles los actos de violación de los derechos humanos y el incumplimiento de nuestros deberes como ciudadanos. En la escuela y entre los mismos niños, estos actos se reflejan muy a menudo y se enmarcan dentro de lo que hoy se llama “matoneo”, que no es más que un tipo de violencia escolar que incluye diversas conductas de maltrato verbal, físico, social, o psicológico.
El Instituto Técnico Industrial, está ubicado en la comuna norte de la ciudad de Florencia y su sede 3 se encuentra ubicada en el barrio Torásso. En total, los niños que asisten al aula de transición de esta sede son 26 (10 niñas y 16 niños), sus edades oscilan entre los 5 y los 6 años; estos niños, provienen de diversos estratos sociales. Algunos viven en sectores donde son satisfechas todas las necesidades básicas (Barrio Torásso y aledaños) pero otros provienen de sectores vulnerables y periféricos de la ciudad. Así mismo, los adultos encargados del cuidado de los niños realizan diferentes actividades económicas, van desde vendedores ambulantes hasta empleados públicos que desempeñan cargos bien remunerados.
Para realizar el diagnóstico sobre la formación en derechos humanos en la sede educativa mencionada, se propone una guía de observación con el objetivo de indagar sobre las concepciones y prácticas que poseen los docentes, en relación con la formación en derechos humanos y el ejercicio responsable de los deberes, y la manera como se realizan acciones que promueven su desarrollo desde la escuela infantil. Esta guía contiene tres rejillas a través de las cuales se pueden determinar aspectos relacionados con la concepción teórico practica que se tiene sobre el tema, como también sobre el comportamiento de los niños dentro de la institución y los espacios de socialización con los que cuenta la sede para propiciar el desarrollo integral de los estudiantes y la participación de los padres de familia en este proceso.
Igualmente se propone una entrevista con grupo focal, donde participen directivos y docentes, cuyo objetivo es reunir información en torno a aspectos generales de la enseñanza de los derechos humanos y el ejercicio responsable de los deberes en la escuela infantil, así como conocer las percepciones de los docentes en torno al tema y las posibilidades de intervención que surgen desde la dinámica de la escuela.
Luego de realizar la observación y diligenciar la primera rejilla de la guía, se pudo determinar que dentro de los procesos pedagógicos institucionales se plantean aspectos relacionados con la paz y la convivencia ciudadana, más el tema de los derechos y deberes es algo transversal pero no especifico, que según los directivos y docentes se maneja en todas las áreas académicas y en la cotidianidad, por medio del manual de convivencia. A los niños se le respetan sus derechos y se les exige por el cumplimiento de sus deberes, pero con mucha cautela, debido a amenazas y demandas que en el pasado han recibido algunos docentes, por exigir a los estudiantes que respeten normas de convivencia planteadas en la institución.
A través de la segunda rejilla se pudo ver que debido al buen manejo de grupo experimentado por la docente titular, los niños han logrado establecer buenas relaciones dentro del aula (Comparten sus útiles, se colaboran entre sí en el desarrollo de las tareas, comparten sus meriendas, se respetan y respetan a su profesora), pero es en el patio y en los momentos de descanso donde rompen con estos comportamientos prosociales y empiezan a mostrar actos de agresividad como darse puñetazos, patadas, jalarse de la ropa o del cabello; actos complementados con palabras soeces y vulgares propias de los adultos y que por tal razón causan malestar a los niños víctima de estos comportamientos.
Con respecto a estas conductas, Enrique Chaux, especialista e investigador de la Universidad de los Andes, explica que aunque no es común que la intimidación escolar lleve a extremos fatales como el suicidio, ésta problemática sí deriva de manera frecuente en desórdenes graves como depresión, ansiedad, inseguridad, actos de venganza violenta, bajo rendimiento académico y deserción escolar de las víctimas.
Agrega el académico que la problemática del ‘matoneo’ en las aulas no sólo afecta a la víctima del abuso, sino también al agresor, quien corre el riesgo de desarrollar aún más sus actitudes violentas e incluso una trayectoria criminal. Se trata de un asunto que afecta también al entorno académico y familiar de sus protagonistas (víctimas y victimarios) por lo cual la primera estrategia para detener ese tipo de violencia, es el trabajo conjunto con ese círculo cercano.
Con lo relacionado a los cuestionamientos de la tercera rejilla, se pudo establecer que la sede educativa no cuenta con espacios propios para los niños de transición e igualmente, no posee espacio ni material didáctico o lúdico destinado a fomentar la práctica de los derechos y los deberes en la escuela.
Por medio de los cuestionamientos realizados en la entrevista, se pudo definir que hay buenos fundamentos teóricos sobre el tema de los derechos y deberes, reunidos tal vez por medio de la experiencia laboral o por la fácil consulta a través de los medios masivos de información sobre este tema, pero en realidad, en la práctica no se ven acciones que hagan parte, cotidianamente, del ejercicio de los derechos y deberes en el contexto escolar.
Frente a esta situación y teniendo en cuenta que nuestro rol como pedagogos infantiles es formar a los niños, convirtiéndolos en responsables sociales, para que comprendan que el bienestar de los demás también es su responsabilidad; se plantea un proyecto de aula donde se interactúe con niños, docentes, padres de familia y profesionales en el tema de investigación, con el ánimo de coadyuvar a los profesores de educación inicial en mediación escolar, para que éstos involucren a los niños y así, más adelante, ellos se transformen en mediadores del conflicto. Igualmente, concientizar a los padres de familia y/o cuidadores de los niños de la importancia que tiene su participación en este proceso y de la obligación que tienen de enseñar a sus hijos valores como la tolerancia, el respeto a la diferencia, así como establecer límites y darles amor y reconocimiento. Este tipo de enseñanzas previene no solo el surgimiento de agresores sino también vacuna a las futuras víctimas de sus actos.
Dentro de este proceso, se proponen talleres dirigidos a padres de familia y docentes de la sede educativa, con temas relacionados a la educación en y para la paz, la convivencia y la ciudadanía, basada en un enfoque de derechos y
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