HUELLAS DEL CARTEL DEL NORTE DEL VALLE EN LA SOCIEDAD COLOMBIANA. SU HISTORIA Y SU IMPACTO SOCIOCULTURAL.
Enviado por poland6525 • 15 de Abril de 2018 • 3.136 Palabras (13 Páginas) • 616 Visitas
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Todos y cada uno de los integrantes y estructuras que conforman la sociedad colombiana ha contribuido de alguna manera a alimentar este estilo de vida y reproducirlo entre sus habitantes hasta mantenerlo vigente durante generaciones, pasando desde los medios de comunicación, los políticos corruptos, hasta una persona del común que encamina su vida a el dinero fácil y rápido para evitarse todo el estrés y los obstáculos que puede representar ascender socialmente en un país como Colombia, gran parte gracias al monopolio que tienen en su poder, las élites.
Son estas mismas élites las que se vieron ofendidas cuando un grupo de personas tuvieron la personalidad para ser descarados y ostentosos con los lujos que ambos tenían, la única diferencia es que la élite estuvo moviéndose todo el tiempo bajo unos falsos valores y manteniendo una buena imagen que al final no tenemos, ser tildados de manera excluyente como narcos por el mundo, nos hiere el ego y la vergüenza pero al final, todos nos orientamos a seguir el estilo de vida que nos dejaron los narcotraficantes.
UNA MIRADA A LA REALIDAD COLOMBIANA.
En Colombia, la vida está basada en el “rebusque”, la exclusión social y la educación de mala calidad. Cuando se nos presenta un progreso económico rápido, un ascenso y prestigio social envidiable y una calidad de vida cómoda, nos damos cuenta que estamos dispuestos a arriesgarnos para obtenerlo, que el camino fácil nos puede brindar más que una estabilidad, un éxito efectivo, en ese momento, adquirimos las ganas de pertenecer al exclusivo mundo del narcotráfico.
Entender el contexto en el que se desarrolló el fenómeno que fue el Cartel del Norte del Valle tiene unas implicaciones que van más allá de entender el ritmo de vida que sostenían personajes como Diego Montoya “Don Diego” o Wilber Varela “Jabón”, es comprender cómo hicieron estos señores, provenientes de familias humildes para con su peculiar forma de ser, implantarse en el cerebro de todo un país como unos criticados y arrinconados estilos de vida.
Influenciar la vida, la orientación y la cultura de las personas, lo lograron los capos de las grandes cúpulas de carteles de Colombia, con su opulencia, su dinero, su particular y conocida forma de hacerse entender y respetar, conquistaron a un país entero, atravesaron sus fronteras y lo que peor parece es que lograron arrodillar a todos los entes políticos y administrativos que dejaron por mucho tiempo que fueran estos carteles los que tomaran las decisiones del país, claro, desde la clandestinidad.
Tiene gran responsabilidad en este desastre en la mentalidad de los colombianos, el hecho de que la educación sea con unos niveles muy bajos y de mala calidad, la ignorancia y la ambición nos pueden, mientras que nuestro pensamiento individualista y egoísta nos apaga las ganas de crecer juntos como sociedad, entendiendo la educación y la ética como el único camino que tenemos para levantar a nuestra sociedad.
Es de suponer que, seguramente, las personas que tienen entre sus familias, en su pueblo o en su ciudad estas historias del narcotráfico sean las más marcadas por este pensamiento, claro, son las que menos acceso a la educación tienen y su meta en la vida es obtener plata fácil porque es el único ejemplo que en realidad ha tenido, incluso, el ejemplo que le ha dado su familia porque es un ideal que se transmite de generación en generación y quizá algo a lo que se vieron obligados a hacer para salvaguardar su vida., como es el caso particular de Argemiro Sánchez, un sicario del Norte del Valle que no tuvo más opciones porque toda su familia estuvo dedicada al sicariato.
Es importante el papel que juega el Estado colombiano como un actor político que, gracias a su abandono en muchas zonas apartadas del país, agregándole la corrupción en la que vive sumergido, incentiva de muchas maneras que se reproduzca la idea de una cultura ilegal basada en el narcotráfico, como una opción viable para vivir para cientos de personas que nunca se imaginaron sosteniendo su vida de otra manera que no fuera la ganadería, la agricultura o quizá, la pesca.
En este punto llegamos a una cuestión muy interesante de este fenómeno: las élites colombianas, estas han manejado todos los ámbitos del país, en todas sus dimensiones, viven sumergidas en su pequeño mundo construido sobre las bases que dictan su círculo social, con una estética, una cultura, un estilo de vida y gustos aparentemente superiores, protegiendo siempre su reputación, una supuesta moralidad basada en la hipocresía y su pudor que, ante todo, se debe mantener y ostentar.
Pues si bien, cuando aparece en las esferas sociales una nueva clase social, con las mismas jugosas fortunas de las más acaudaladas familias y con las mismas oportunidades de acceder a los más exclusivos lujos y sitios que se permitían, como el arte, los clubes, los restaurantes, los viajes, es decir, las actividades que frecuentaban solo quienes podían costear estos lujos. Pero con una marcada diferencia, los narcotraficantes llamaban demasiado la atención, bien sea por su falta de educación (Con el tiempo se fueron instruyendo), su manera de derrochar la falta o hasta por su particular forma de vestir, hizo irritar a las élites.
Esta falta de estética, como lo denominaría una persona elitista enfureció a las élites que vieron con urgencia, eliminar a personas de tan mal gusto porque en su cero exhibicionista (aparentemente) forma de ser, no toleraban a personas tan estridentes que alteraran sus reuniones con sus modismos y temas de conversación que no simpatizaban con sus modales, no se iban a relacionar con personas vulgares y sin educación, con ellos que (según ellos mismos) eran el puro y físico jet set de la sociedad colombiana, lo único que valía la pena de este país.
La cultura del narcotráfico también ha influenciado todo lo que se nos presenta, las telenovelas son inspiradas por y para ese gusto narco de la plata, las mujeres voluptuosas, los carros blindados (particularmente la Toyota), encomendados a un divino niño, incluso para matar, con mucho afán de pertenecer a la burguesía para conseguir prestigio social, las armas y muy importante, que no se requiere de educación para triunfar en la vida, solo se necesita de inteligencia y “viveza” para triunfar y tener plata, este es el modelo que se le presenta a los niños y jóvenes colombianos en las telenovelas y series un ejemplo o simplemente una semilla de ideas en su cabeza que luego entraran a reproducir y ejercer.
PERSPECTIVAS DE UN ILEGAL Y ATRACTIVO ESTILO DE VIDA.
¿Cuál es el impacto que
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