Hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche

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En el contexto internacional los líderes de distintos puntos del globo al igual que el Papa Francisco también se pronunciaron ante la noticia. Barack Obama “reaccionó con un medido ejercicio de equilibrio: ni reproches ni halagos, sí la mano tendida al pueblo cubano” (Pablo, 2016) Mientras que el actual presidente de Estados Unidos lo tildó de “brutal dictador, enterrando la política de Obama en este viejo conflicto” (Pablo, 2016). Los presidentes de Venezuela y China también dieron el pésame al pueblo cubano. Por su parte “Nicolás Maduro urgió a los revolucionarios del mundo a seguir el legado de Castro y Xi Jinping, líder chino, manifestó que los chinos han perdido a un camarada cercano y un amigo sincero” (Pablo, 2016). Es importante también recordar la cobertura mediática y la masiva presencia que tuvo el funeral y el traslado desde La Habana hasta Santiago de Cuba de Fidel Castro.

¿Que será entonces de esta nueva Cuba que camina sin su comandante? En primer lugar hay que tener en cuenta la situación social de los cubanos y el hecho de que Fidel no fue un líder más. Para muchos fue su hermano, padre y abuelo. Tras más de medio siglo en el poder las nuevas generaciones cubanas, nacidas y crecidas en la revolución, no conocen otra forma de vida u otra realidad que la que viven. La revolución vista por tres generaciones en Cuba. Es un artículo del New York Times donde se aborda este tema con una entrevista a la familia cubana Montes. “Los testimonios de la familia Montes permiten vislumbrar las críticas y las esperanzas de esa sociedad en el futuro próximo” (Cave, 2016) La historia generacional de Cuba muestra como se pasa de una historia de fe a una de desilusión en seis décadas.

El padre de los Montes escuchó hablar de los barbudos rebeldes cuando era campesino (..) tras el asalto del Moncada decidió mudarse a la Habana para apoyar a Castro y su guerrilla. (..) Después de llegar al poder Castro prometió un cambio radical y “lo cumplió”, dijo Montes.” Antes de la Revolución éramos una familia pobre, sin educación y humilde. Entonces hubo un cambio. Es un cambio radical que aún está madurando” (Cave, 2016)

El hijo de los Montes. Es miembro de lo que podía llamarse la generación del “resuelve”: quienes aprendieron a resolver o negociar por el desabastecimiento, las regulaciones y las ineficacias del socialismo cubano en su fase tardía. (Cave, 2016)

La nieta de los Montes. Para la nieta la era de los discursos de Castro, la ideología y los sucesos de la Guerra Fría no es el legado que quieren los jóvenes de hoy. Al igual que muchos cubanos, anhela que Cuba se modernice. (Cave, 2016)

Analizando la historia y sentimientos generacionales vemos como están ligados a la historia de Cuba y el mundo. Mientras que la primera generación que fue testigo de un país rico, pero con desigualdades y opresión la revolución significó para ellos el cambio radical que necesitaban, que les dio educación, hogar y trabajo. Tras haber pasado penurias por fin eran estables. En la segunda generación cubana ya nacida en la revolución, se ven solamente oprimidos a seguir creciendo. Atrapados en una economía del embargo y del periodo especial pasaron de la abundancia a escarbar y “resolver” sus necesidades. Ahora las terceras generaciones de los jóvenes cubanos no parecen mostrar un especial interés en ser actores o agentes de cambios políticos en Cuba, lo que quieren es libertad, de viajar, de crear, de conocer, de internet, de comunicación. De irse, de escapar.

Con Raúl Castro y sin la sombra de su hermano Fidel son muchas las expectativas que surgen sobre el rumbo de Cuba bajo su batuta, que hasta ahora se ha mostrado más flexible a la necesidad de adoptar cambios estructurales y apertura en Cuba. “Es su oportunidad para definir su legado político (..) El último año de Raúl Castro podría ser el año cero de la Transición” (de Llano, 2017)

Analizando los últimos años con Raúl Castro los escenarios nos muestran que económicamente puede darse una “liberalización económica con control autoritario”. (Chaguaceda, 2012, pág. 20). Pero en sus RI con Estados Unidos, el deshielo iniciado con Obama parece que va a tener un retroceso con Trump que aún no se ha mencionado oficialmente. Uno de los sectores por los que se teme es por el turismo, este fue “el hijo del deshielo y está amenazado por la supuesta intención de Trump de demoler la política bilateral de su antecesor” (de Llano, 2017) Aunque hay que recordar que a mas de político es empresario.

Políticamente las expectativas para Cuba no auguran cambios significativos ya que si bien“no se ofrece por parte del estado muchas oportunidades para que la población defiendan y promuevan sus derechos“ (Chaguaceda, 2012) Por otra parte “los cubanos están más preocupados por resolver su vida cotidiana que por armar una transición política” (Garcia, 2016) o como la idea de Rocío Montes cuando dice “en mi generación no nos preocupa la política ni los ideales. Solo queremos irnos” (Cave, 2016). Raúl Castro prometió dejar la presidencia en el 2018. La expectativa para ocupar la presidencia es la del “destacado dirigente del Partido Comunista Miguel Diaz Chanel” (Garcia, 2016) De darse de esta manera, sería la primera vez en seis décadas en la que el poder no está a cargo de un Castro pero no parece tampoco que vaya a haber una apertura multipartidista. De todas formas “su desarrollo ofrece la posibilidad de ciertos cambios en los rasgos del modelo vigente, así como en las políticas y los espacios de acción” (Chaguaceda, 2012) Puede que no haya cambios grandes, pero debe ser el inicio de algunos.

Es innegable el legado que Fidel Castro y su revolución dejó no solamente en Cuba sino también en Latinoamérica y el mundo, un legado marcado por la lucha, la violencia, el nacionalismo, las ideas marxistas y también la resistencia y fortaleza. No podemos caer en considerar que con la muerte de Fidel su legado desaparecerá con él ya que aunque parezca increíble, la realidad es que consiguió una estabilidad institucional donde los poderes se consensuaron en su familia sin otros líderes políticos. La historia generacional es un hito que marcan tendencias de pensamiento ya que los cubanos nacidos antes de la revolución lo consideraban la fuerza del cambio mientras que aquellos que nacieron en la revolución tienden a verlo como una barrera ante las oportunidades y la integración con el resto del mundo. Ante estas barreras desde inicios de la presidencia de Raúl Castro se han dado muestras de flexibilidad y cambio. Sin la presencia de Fidel, que parecía frenarlo se esperaba ansiosamente por una verdadera apertura y mas aún con los acercamientos