Identificación de problemas públicos

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El segundo ejemplo corresponde al proceso de “etiquetado” que tuvo el grupo de población considerado “desplazado”. El autor sugiere que el resultado de la etiqueta aún no es posible de evaluarse por lo reciente del conflicto, pero muestra como algo considerado “fuera de lo normal” por la mayoría de la población colombiana, hizo que se crearan las primeras medidas a contemplar dentro de la agenda pública nacional.

Es de observar haciendo un análisis del ámbito mundial, que la problematización de los fenómenos percibidos se ha hecho muy compleja con el pasar del tiempo, por lo que su inclusión en la agenda pública aún sigue siendo limitada y requiere aún del positivismo como corriente ceñida al método científico como indicador de problemas sociales, de hecho es la corriente más utilizada actualmente por los distintos estados, es por esto que se tiene claro que para que un problema en particular sea tomado en cuenta en la agenda pública requiere de los siguientes puntos:

- Que exista un cambio o transformación en la vida cotidiana de los individuos lo suficientemente radical como para que se identifique como problemática.

- Se requiere que exista personas o grupos que tengan la capacidad y el interés de llevar la vocería del problema. Como por ejemplo partidos políticos, ONG´s, sindicatos, agremiaciones etc.

- Que se entienda que los actores públicos son varios y que la etiqueta del problema debe superar diferentes posiciones entre los mismos para ser considerado.

- Promoción y publicidad de los problemas: es necesario comprender el poder de los medios de comunicación, redes sociales, círculos académicos y científicos y en especial la intención de la burocracia estatal.

- LA INSCRIPCIÓN EN LA AGENDA POLÍTICA

Se define como agenda pública el conjunto de problemas percibidos que necesitan un debate público, o incluso la intervención de autoridades públicas legítimas. No todo problema identificado por una colectividad pasa inmediatamente a la agenda pública. Existen mecanismos de acceso y de exclusión a esta, por lo que se explica por parte del autor que las agendas son círculos concéntricos, haciéndose más pequeña la agenda gubernamental que es la que se desarrolla en primera instancia. (Ver Figura 1.)

Figura 1. Agenda de políticas públicas

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Fuente: Las autoras.

En la figura 1. Se observa en rosado el universo de problemas percibidos por la sociedad. En amarillo, aquellos que han logrado integrarse a la agenda, debido a las estrategias empleadas por los actores interesados en la búsqueda de la solución al problema. En azul, aquellos problemas que encuentran espacio en las políticas estatales (constitucionales) y finalmente la más expedita que es conformada por la agenda gubernamental, especialmente el gobierno de turno.

- LOS MODOS DE INSCRIPCIÓN EN LA AGENDA POLÍTICA

Debido a la diversidad en las ideologías, intereses y situación cambiante de las sociedades, se requiere de esfuerzos significativos que conlleven a la legitimación de un problema que requiere solución para ser incluido dentro de la agenda política. A lo anterior se le añade el hecho que el proceso de institucionalización de la problemática no siempre es idéntico debido a que se poseen varias estrategias en virtud a las posibilidades con que cuentan los distintos actores, por lo anterior se puede decir que la agenda política no siempre se encuentra fija, pues en muchos casos asuntos considerados como problema, dejan de serlo.

El autor señala en la lectura diversos modelos resumidos a continuación, de los que sin embargo aclara que éstos no se presentan de manera pura en realidad, por lo que el estudio de casos muestra que existen combinaciones de estas de muy diversa medida.

- Las condiciones de inscripción en la agenda

Según Cobb y Elder (1972) quienes fueron los pioneros en el abordaje del tema de inclusión de problemas públicos en la agenda política, se requieren de tres condiciones para que esto suceda:

- Debe ser competencia de las autoridades públicas: debe percibirse por parte de la mayoría de la población que es responsabilidad de las autoridades.

- Que el problema y los beneficios a su solución esté lo suficientemente acentuada para exigir una acción política.

- El problema debe ser presentado en un lenguaje técnico, ideológico y político tal que pueda ser comprendido por la autoridad pública. Por ejemplo que sea constitucional o anticonstitucional.

- Oferta, demanda y mediadores

Para Chevallier (1986), la inscripción de problemas públicos a la agenda política se da por la interacción de dos fuentes:

- Oferta: corresponde a lo inherente al Estado y su oferta político administrativa.

- Demanda: corresponde a los distintos actores o grupos sociales que se movilizan en pro de solicitar atención del estado. Cabe anotar que con frecuencia, la movilización de cierto grupo provoca la reacción opuesta en otros que se oponen al cambio deseado, porque se estarían afectando sus intereses o ventajas adquiridas.

Como engranaje o como conexión entre la Sociedad y el Estado, se encuentran los denominados por Chevallier “mediadores” siendo éstos clasificados en tres tipos los cuales llamó “empresarios”:

- Partidos políticos o gremios: Los partidos tradicionales tienden a establecer ideologías diferentes entre sí, es por ello que en su misión democrática, analizan, consideran y etiquetan el problema como fundamental en la consecución de beneficios para la colectividad.

- Mediadores sociales: Son todos los actores independientes al manejo del estado que desde un punto de vista personal pueden influir sobre los debates como una autoridad legítima; por ejemplo la comunidad científica local, comunidad de escritores, intelectuales, periodistas.

- Funcionarios públicos. A pesar que configuran actualmente una fuerza fragmentada y heterogénea, los funcionarios públicos son un grupo que tienen la capacidad de portar una demanda propia al medio del cual pertenecen por intereses propios debido a que son un puente entre los beneficiarios de una política pública (administrados) y el gobierno, teniendo incluso las facilidades de sobresalir convirtiéndose en defensores de uno u otro grupo.

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