LA DICTADURA PERFECTA. El origen de la película se remonta a los primeros meses del año 2011

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Considero que la intención del Dir. Luis Estrada al momento de retratar de manera cínica la realidad de la sociedad mexicana, era crear una reflexión crítica sobre los fenómenos que nos acontecen, y que no están alejados de nuestra vida diaria, por lo tanto, es muy importante entender el cómo y el porqué de esta relación, la del poder político y los medios de comunicación. Vivimos en una “Democracia” mal entendida, artificial porque el derecho a la libertad de expresión desgraciadamente sigue más en el papel que en la práctica.

Esta película es quizá la que contiene más referencias a hechos reales y/o televisados: la perla racista de Fox, los videos de Bejarano, la desaparición de Paulette, el montaje donde se arrestó a Cassez, las conversaciones grabadas entre funcionarios y narcos, etc. También se hace referencia a personajes como un mesías de la oposición, un “niño verde” y una actriz de telenovelas que se perfila como primera dama). Lo más atractivo de la película es por mucho, su fusión de personajes y el trastrocamiento de las líneas de tiempo de sus referentes: que el supuesto embajador de Obama evoque las declaraciones de un presidente con quien no coincidió en el poder, por ejemplo. O que Vargas sea simultáneamente un chivo expiatorio del presidente en turno, y que un político en las circunstancias de Enrique Peña Nieto cando el Estado de México fue escenario del caso Paulette. Es un recurso que refuerza la figura de la serpiente que se muerde la cola: el ciclo eterno de la corrupción y manipulación de apariencias del que se ha considerado imposible escapar.

Esta idea se refuerza cuando la sociedad mexicana no es capaz de reconocer y exigir un Estado de Derecho, que merece tener cada individuo. Pero, cómo podemos merecer algo que no nos hemos ganado, es decir, pocas son las personas que no son corruptas, por diversos motivos, considero que no existe justificación para esta actividad. Cuando nos volvamos responsables de nuestras acciones, de nuestra vida, de nuestro futuro, de nuestro bienestar, quizá por añadidura el Estado de Derecho nos encuentre cuando estemos listos para contribuir al crecimiento de nuestro país y de la humanidad.

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