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DEL ORIGEN DE LOS PUEBLOS DE LOS PRIMEROS POBLADORES

Enviado por   •  19 de Septiembre de 2017  •  6.722 Palabras (27 Páginas)  •  667 Visitas

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Hay buenas indicaciones sobre unos cazadores que vinieron del norte, pasando por el estrecho de Panamá, pasando por Quito, algunos de ellos se establecieron en Junín, en Ayacucho y quién sabe en qué otros lugares, mientras otros continuaron su larga caminata hasta llegar al mismísimo extremo del continente, en la Patagonia. Ellos hacían unas “puntas” en forma de pescado, muy hermosas y quizá tenían sus antepasados en unos viejos cazadores de los llanos norteamericanos a los que se conoce con el nombre de “Clovis”, que vivieron entre los años 15000 y 8000 a.C., es decir en el lapso en el que se produce tan importante cambio en el Perú.

En fin, sea cual fuere su origen, ahí están los “cazadores superiores” coincidiendo con la iniciación del periodo “post glacial” que sucede al pleistoceno o “edad de los hielos”.

Es ésta una era de mejor vida para los hombres. Las familias reunidas aún en “bandas” de reducido número, dispusieron, al parecer, de más alimentos, no porque hubieran más animales para cazar y más plantas o insectos para recolectar, sino porque sus instrumentos eran mejores y facilitaban una más regular obtención de recursos. El hombre que puede cazar con dardos, no tiene que esperar que los animales mueran para consumirlos; además no tienen que aproximarse a ellos para matarlos, si sus dardos pueden ser arrojados con un propulsor.

Las pequeñas comunidades de recolectores-cazadores aumentaron así en número y tamaño y ocuparon casi todos los “pisos” ecológicos del territorio, en la costa, los valles y especialmente las “lomas”, sirvieron como asiento de los cazadores; en la sierra, habitaron las altiplanicies y también los valles.

Al igual que sus predecesores, no tenían una habitación estable y permanente, eran trashumantes. Su vida, no transcurría, por supuesto, en un trajinar azaroso, no. Ellos tenían un territorio conocido por el cual hacían un periódico recorrido en el curso del año; de esa manera tenían varios campamentos a los que llegaban en ciertas temporadas. Era una especie de circuito a lo largo de un territorio de caza y recolecta; en la estación lluviosa, cuando hay frutas y maduran los granos y los tubérculos y los animales encuentran pasto verde, se establecían en un campamento en las partes bajas, mientras que en la temporada de sequía el campamento más favorable debía ser el del páramo en donde vivían los guanacos y otros animales, aunque no hubiesen muchas plantas para comer; y entre el páramo y las zonas verdes, boscosas, hay otros lugares que en el curso del periplo debieron servir para campamentos.

Encontrar buenos lugares para que la banda se establezca, no es, a no dudarlo, una tarea fácil; se trataba de lugares abrigados que no hay en todas pares; las cuevas son inmejorables y la banda en posesión de ellas debió cuidarlas con mucho celo de cualquier advenedizo. Por eso las cuevas fueron también una suerte de santuarios y los cazadores pintaron en sus paredes, quién sabe qué mensajes mágicos que sus hijos y los hijos de sus hijos se encargaron de cuidar por siglos. En aquellas pinturas rupestres, con gran frecuencia aparece el hombre ligado al animal vital, el guanaco, que le servía de alimento. Quizá si con estas figuras obtenían ellos “mejores cacerías”, pero eran también, estos dibujos, una especie de sellos de la banda.[pic 7]

La banda creció mucho; en algunos lugares como Lauricocha, en Huánuco, en Junín o en Ayacucho, se formaron verdaderas macrobandas. Aprendieron muchas cosas nuevas, como fabricar mejores y más variados instrumentos para la caza y la recolección. En la costa por ejemplo, hacia el año 6000 ya sabían fabricar, con conchas, unos ingeniosos anzuelos para pescar; aprendieron también a moler granos en unas piedras especiales, a manera de batanes, preparando pastas o harinas.

Pero, aquellos del grupo que se dedicaban a recolectar plantas, aprendieron otra cosa más importante, que cambió en los siglos siguientes toda la vida de los cazadores, con consecuencias históricas que todavía hoy nos afectan.

DE LA RECOLECCIÓN A LA AGRICULTURA

Trata de los importantes acontecimientos que se produjeron a raíz del descubrimiento de la agricultura y la ganadería y de la posible forma como se realizó tan trascendental evento entre los años 5000 a 2500 antes de nuestra era.

En el curso de los siglos, la rutina fue enseñando a los miembros de la banda, muchas cosas sobre las costumbres de los animales y las plantas y sobre la mejor manera de proveerse de ellos para alimentarse.[pic 8]

Acerca de las plantas, pudieron observar su ciclo de reproducción, la época de su crecimiento y maduración, y, en fin, todos los detalles inherentes a su vida. Pudieron apreciar cómo no se podía proceder a una recolecta indiscriminada de ellas, y cómo era necesario un mínimo de racionalización. Es del todo evidente que si en la temporada de recolección de plantas en un valle, se recogía todas, o la mayor parte de las semillas de una planta dada, al año siguiente, es decir en la próxima temporada de recolección, habría disminuido esa planta en cantidad y sí, además se dejaba solo los frutos o semillas de peor calidad, entonces las plantas de la temporada siguiente serían plantas de baja calidad. Una recolecta selectiva es pues un recurso racional para asegurar alimentos para el futuro; una recolecta selectiva supone dejar una parte de las semillas sin consumir, sin coger, tratando de que ellas no sean las de peor calidad; supone un orden, una organización.

Acerca de los animales, igualmente, conocidos sus hábitos, se hizo necesaria la caza selectiva. En verdad tal situación, la de la caza selectiva, se siguió presentando aún dentro de un régimen vinculado al Estado, en tiempo de los emperadores Incas, tal como lo describen los cronistas. El procedimiento de caza era llamado “chaco” y consistía en el rodeo de una gran área, por varios cientos de hombres, quienes formaban un círculo que se iba reduciendo de tamaño; en donde quedaban encerrados los animales; en algunos casos se ayudaban con fogatas. Esta especie de corral humano, cercaba a todos los animales de un área, lo que incluía los guanacos y vicuñas, pero también zorros, venados y otros, de todas las edades y sexo. En la época Inca se escogía a los machos y se dejaba a las hembras y animales tiernos, matando, además, a los zorros, enemigos temibles de las vicuñas. El rodeo se hacía cada año, asegurando, de esta manera, que los años próximos fueran productivos. Pero una tal actividad suponía una programación y orden imposible de ser llevado a cabo por las bandas de cazadores, quienes además eran muy pocos

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