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LA DISPOSICIÓN, EL TRATAMIENTO DE BASURA Y EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN PERMITE QUE EL AGUA SEA APTA PARA CONSUMO HUMANO EVITANDO LAS ENFERMEDADES EN LAS FAMILIAS DE LA ALDEA MARÁXCO, CHIQUIMULA

Enviado por   •  21 de Junio de 2018  •  9.456 Palabras (38 Páginas)  •  593 Visitas

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La gestión del agua presenta gran complejidad, por lo que normalmente intervienen diversos agentes, como los municipios, las empresas abastecedoras, los laboratorios de control y las administraciones sanitarias. Todos ellos velan por que el suministro de agua de consumo humano sea buena calidad, sin riesgos para la salud, fácilmente accesible y en la cantidad requerida.

Las técnicas de purificación del agua se han desarrollado extensamente durante el pasado siglo. La desinfección del agua destinada a consumo humano ha significado una reducción en el número de enfermedades transmitidas por el agua, como son el cólera y tifoidea.

El acceso al agua potable adecuada es el recurso más importante de la salud pública para prevenir las enfermedades infecciosas y proteger la salud de las personas, además de ser esenciales para el desarrollo. El agua dulce es un recurso esencial para la salud de las personas, así como para la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y el ecosistema. La falta de agua potable es el principal responsable de que multitud de comunidades se vean diezmadas por las enfermedades diarreicas, la dracunculosis o la esquistosomiasis que reducen drásticamente su bienestar social y económico. Casi la mitad de las personas en Guatemala, gran parte de los habitantes del país en vías de desarrollo padecen patologías asociadas a la falta de agua o a la contaminación de la misma. Cada año, niños mueren a causa de enfermedades diarreicas causadas principalmente por agua o alimentos contaminados. No obstante, numerosas experiencias han demostrado claramente que estas cifras pueden ser reducidas notablemente al aumentar el acceso a través de intervenciones técnicamente relativamente sencillas y a muy bajo costo en comparación con los beneficios potenciales.

A la hora de poner en marcha un programa de agua y saneamiento en una comunidad, existen tres elementos importantes, relacionados entre sí, en los que debe ponerse énfasis. El primero, y de mayor importancia, es la provisión de agua potable y medios para la eliminación de excretas. Esto exige de 20 a 40 litros por persona al día (l/p/d), y que se puedan obtener a una distancia razonable de la vivienda. Para que el agua sea segura para el consumo humano se requiere que las fuentes de agua estén protegidas y que el transporte hasta el hogar y el almacenamiento en el mismo se hagan de forma adecuada. El segundo elemento que hay que tener en cuenta es la sostenibilidad de los proyectos a través de la implicación de la comunidad en el mantenimiento y la gestión tanto de dichos proyectos como de las infraestructuras. Esto implica el uso correcto y el cuidado por parte de la comunidad de los dispositivos para la provisión de agua y para la eliminación adecuada de excretas. También implica saber cómo proteger y almacenar el agua de manera segura, cómo mantener la limpieza personal y del hogar, cómo cuidar las instalaciones de eliminación de excretas y cómo evitar o minimizar las condiciones ambientales insanas.

La educación sanitaria utilizada para transferir conocimientos y cambiar conductas nocivas, junto con la responsabilidad personal y la adopción de medidas sanitarias con sensibilidad cultural, son los componentes clave. El tercer elemento consiste en el apoyo institucional a las comunidades, a las agencias de desarrollo y a las políticas gubernamentales a fin de crear un marco favorable para las mejoras en el suministro de agua y saneamiento. Numerosas experiencias han demostrado que los esfuerzos de base comunitaria, tanto en una pequeña aldea como en una gran ciudad, son más efectivos cuando responden a las necesidades identificadas por la población. Además, se ha visto que los gobiernos, tanto a nivel regional como nacional, son más efectivos como promotores y reguladores de los procesos de desarrollo que como proveedores de mejoras en agua.

La calidad del agua le confiere la condición de potabilidad. El agua potable es la que, en teoría, no contiene elementos que suponen riesgo para el consumo humano o para cualquier uso doméstico, incluyendo la higiene personal. En la práctica, para considerarse potable (segura, inocua, de buena calidad) debe cumplir con una serie de requisitos en cuanto a sus características físicas, químicas y microbiológicas. Las características físicas son el gusto, el olor y el aspecto.

La gran mayoría de estos microorganismos patógenos se pueden eliminar mediante la aplicación de técnicas de tratamiento del agua, como son las floculación-coagulación, sedimentación y filtración. Para garantizar la seguridad del agua potable los sistemas de desinfección del agua se aplican generalmente en una etapa final del tratamiento del agua.

Existen diferentes desinfectantes, que pueden matar o desactivar los microorganismos patógenos. Por ejemplo la aplicación de cloro o sustancias que contienen cloro, peróxido, bromo, plata-cobre, ozono y UV. Todos estos sistemas de tratamiento tienen ventajas y desventajas y se aplican para la desinfección del agua dependiendo de las circunstancias particulares.

Además, la desinfección del agua es también muy importante en aguas destinadas a otros usos que no son agua para consumo humano, como por ejemplo, el agua de las piscinas, el agua utilizada en las torres de enfriamiento, etc.

El agua de aspecto turbio no es necesariamente inadecuada para beber si cumple con los otros requisitos, pero puede ser rechazada por sus potenciales consumidores por considerarse “sucia”. La calidad química del agua depende de la presencia de sustancias nocivas para la salud (arsénico, mercurio, plomo, nitratos, etc.) por encima de determinadas concentraciones. Eliminarlas del agua o reducir la concentración de estas sustancias requiere métodos sofisticados y costosos, por lo que generalmente se prefiere buscar una fuente de agua alternativa. En la práctica, todas las aguas naturales necesitan tratamiento para asegurar su inocuidad. Tratar el agua, eliminando los gérmenes patógenos, es la única manera de asegurar su calidad. Las maneras más utilizadas para ese fin son el almacenamiento, la filtración, el tratamiento químico y la ebullición:

El almacenamiento, durante el cual mueren algunos microorganismos (por ejemplo, las cercarías, que transmiten la esquistosomiasis, mueren después de 48 horas), permite la sedimentación, con la que se reduce la cantidad de material orgánico, de manera que luego durante el tratamiento químico se requiere menos cloro. Si el agua se almacena en recipientes transparentes expuesta al sol, los rayos UV eliminan la mayoría de los patógenos.

La filtración consiste en pasar el agua a través de materiales (arena, materiales cerámicos, membranas porosas,

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