La basura que comemos.

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Me encanto que Rius no temiera en lo absoluto en exponer la verdad/realidad de la comida rápida y chatarra, porque no solo te hace ver lo cuan mala es, como está preparada y el gran daño que te causa al instante o con el tiempo, si no que exhibió marcas que nosotros compramos, a veces, del casi diario. Como la paleta payaso, los cheetos, los fritos, los kisses (chocolate), canelitas (galletas), el tang (bebida en polvo), negrito (pastelito), gansito, etc. Al igual que no se quedó atrás al mencionar marcas de otros alimentos no precisamente chatarras, como la salsa de soya, la mayonesa, la sal de mesa, sopa de tortilla y una de las peores, la Maruchan. Todo lo anterior, para que nos diéramos cuenta lo mal que están ahora los alimentos que fácilmente nos llevamos a la boca y como ni siquiera nos percatamos de ello ¿con que motivo? ¡Para detenernos! ¿Creerían que mejor la comida para perro tiene ingredientes más naturales? ¡Hasta los animales se alimentan mejor que nosotros!

Por otra parte, uno de los temas más interesantes que considero que hay en “La basura que comemos” es en donde habla sobre la genética, y en cómo la fueron estudiando para finalmente modificarla y hacer, por ejemplo, que las plantas tengas mayor rendimiento, resistan a las plagas, tolerancia a sequías, mejoras en el sabor, color y textura, etc, cuando ya antes tenían muy buenas cualidades sin ayuda del humano. He ahí en donde comienza Rius a meterse al tema de la comida transgénica, la cual es, según su explicación, aquellos alimentos que han sido producidos a partir de un organismo modificado mediante ingeniería genética y al que se le han incorporado genes de otro organismo para producir las características deseadas. Estos los podemos hallar en: la papa, algodón, soya, canola y jitomate, ya que fueron aprobados a introducirse aquí en México por la Secretaría de Salud ¿es que estamos a salvo? ¡No! En realidad, estamos rodeados…

Finalmente, después de haberlos introducido un poco de lo que se podrán encontrar en la obra “La basura que comemos” Lo único que me queda es recomendarlo completamente pues es realmente un libro de calidad, que te causará más de una risa por el humor tan especial y único que tiene al ser tan honesto. Las imágenes son divertidas, así como el texto es muy comprensible y cómico, pues llega a contener algunas palabras las cuales no suelen usar en los libros o varias veces, expresiones coloquiales.

RECOMENDADO AL 100%