La crisis del periodismo actual; transición y papel como factor de empoderamiento de la ciudadanía en la democracia
Enviado por Ledesma • 25 de Febrero de 2018 • 3.596 Palabras (15 Páginas) • 494 Visitas
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- Periodismo y Democracia
A pesar de que el Internet y las nuevas tecnologías de la información proporcionaron nueva fuerza al periodismo, su velocidad e inmediatez han incrementado también su poder para distorsionar, confundir y mermar las funciones de la prensa. Los medios de comunicación cubren una función como foro público natural, contribuyendo a la creación de una opinión pública, lo que a través de análisis, columnas y artículos de opinión, permite a profundizar más en el tema y generar la reflexión en sí, lo que a su vez, en un escenario deseable, puede llevar al lector a forjarse un punto de vista personal que serviría de base para tomar las decisiones correspondientes en el ámbito social, cultural y político en el que se desenvuelve.
Así el papel del periodismo y los medios de comunicación hacen posible el intercambio de versiones, opiniones, puntos de vista y juicios a título personal, en distintos foros públicos, sociales y privados, que favorecen la creación de una democracia. De ahí la importancia de que estos foros sean plurales incluyendo todo tipo de opiniones, izquierda, centro y derecha, las más conservadoras e incluso las más radicales, para permitir que sea el lector por cuenta propia quien construya su propia postura. Qué mayor riqueza que la variedad para poder decidir desde el fuero interno cuál es la mezcla de posturas que cada individuo considera mejor para su país, para su estado y su propia comunidad.
¿Pero qué es lo que vemos hoy en día en México en el panorama periodístico? En una rápida revisión de los cinco principales diarios impresos del país: Reforma, El Universal, Milenio, La Jornada y Excélsior, pudimos observar una gran uniformidad de temas. Poca variación y poco contraste de las diferentes versiones. Se presentan visiones unilaterales principalmente de las versiones oficiales sobre determinados hechos. Ni siquiera La Jornada que en algún tiempo fue un diario distintivo de la Izquierda mexicana, representa hoy en día un digno papel dentro de la actividad periodística que se desarrolla en la actualidad en México. Aquí viene otro tema que tocaremos más adelante que son los esquemas de financiamiento de los diarios impresos y de muchos otros medios en nuestro país. Al ser la fuente principal de sus ingresos la publicidad gubernamental, se ven limitados sus alcances de hacer buen periodismo, investigaciones autónomas y exitosas sin importar que lo publicado pueda afectar algún interés específico del gobierno en turno.
Además de la publicidad gubernamental, aquí vale la pena mencionar el financiamiento de asociaciones civiles y partidos políticos que gastan cifras millonarias para generar e incidir en la opinión pública, “a menudo refiriendo medias verdades e incluso en ocasiones descaradas mentiras”, retomando las palabras Bill Kovack y Tom Rosenstiel, en su libro Los elementos del periodismo.
Los medios de comunicación además de servir como vehículo de la discusión, deben desempeñar el papel de árbitros y mediadores “incluso descifrando tergiversaciones y mentiras en que puedan incurrir las empresas y los grupos políticos”. En nuestro día a día se ha vuelto común observar a “destacados comunicadores” que en algún momento gozaron de cierta reputación, dedicarse a justificar e incluso legitimar las versiones oficiales del gobierno, figuras o partidos políticos, incluso tomando como trabajo sistemático el cuestionamiento de todos aquellos que osan cuestionar o intentar manchar las investiduras del poder en México.
Baste mencionar algunos nombres de comunicadores con cierta relevancia: Pablo Hiriart, Ciro Gómez Leyva, Ricardo Alemán, Joaquín López Dóriga, Carlos Marín; que hoy por hoy se dedican a legitimar los intereses gubernamentales, representando un lastre para la democracia de un país como el nuestro, al que ya de por sí sus gobernantes, sin distinción de partidos políticos, se han dedicado a saquear a través de la corrupción, impunidad y conductas reprobables promovidas desde las posiciones del poder. Como si esto no fuera suficiente, los grandes intereses económicos se apoderan de los medios de comunicación, presentando una realidad absolutamente distante y distinta de la que vemos y vivimos los mexicanos.
En esta misma línea Kovack y Rosenstiel subrayan que el foro para el debate y compromiso público debe ofrecerse por igual a todos los grupos de la comunidad y no sólo a los más influyentes o a los que mayor o mejor negocio representen. Incluso plantean incluir amplias zonas a las que pertenece la mayor parte de la ciudadanía en las que, sostienen, se encuentran las soluciones a los problemas de la sociedad. El periodismo ha perdido el sentido informativo real que anteriormente tenía en la vida de los ciudadanos. Hoy nos enfrentamos a un periodismo incompleto que no retrata la realidad completa del país, que deja lagunas y espacios sin cubrir por considerar que hay sectores demográficos poco interesantes o muy complicados de tratar.
- Función social extraviada
En este punto específico quiero citar a María Elena Meneses, que en su libro Periodismo Convergente, se refiere precisamente a la función social extraviada del periodismo. Al cuestionarse para qué sirve el periodismo coincide con Ignacio Ramonet en su libro La explosión del periodismo;indica que en la actualidad los objetivos del periodismo están siendo arrasados por la creciente corporativización de los medios de comunicación que se rigen por criterios de máximo rendimiento. Meneses cita a su vez a Kovack y Rosenstiel para destacar que el periodismo sirve para crear lazos de comunidad alrededor de las problemáticas sociales comunes y para que la sociedad tenga la información necesaria para designar libremente a quienes los representan o gobiernan.
El periodismo juega un papel fundamental no sólo en la generación de opinión pública que como ya señalábamos fortalece el criterio personal para la toma de decisiones, además tiene un papel central como fiscalizador y generando una cultura de transparencia y rendición de cuentas por parte de los diferentes actores, ya sea el poder político, empresarios, actores preponderantes e incluso hasta del crimen organizado. Este papel en la creación de lazos entre actores y sectores, beneficia en forma directa a la sociedad, favoreciendo precisamente este papel social que hoy en día vemos extraviado con honrosas excepciones, por citar dos destacadas: el trabajo periodístico de La casa blanca de Carmen Aristegui, o este esfuerzo periodístico global que representó la investigación y difusión de los llamados ‘Panamapapers’.
La crisis económica que
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