La moral es la ciencia que enseña, no cómo hemos de ser felices, sino cómo hemos de llegar a ser dignos de la felicidad
Enviado por Rimma • 4 de Noviembre de 2018 • 1.280 Palabras (6 Páginas) • 502 Visitas
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No cabe dudas, rigiéndonos por la moral del hombre, que aquél que daña a un ser humano no eres “mejor” que aquél que daña a un millón, la esencia es la misma, moralmente la falta es la misma. Sin embargo, hay diversos factores que se debe analizar antes de emitir un juicio sobre este tan controversial tema.
Es así como Maquiavelo, en su obra “El Príncipe” manifiesta “(…) en las acciones de los hombres, y particularmente de los príncipes, donde no hay apelación posible, se atiende a los resultados. Trate, pues, un príncipe de vencer y conservar el Estado, que los medios siempre serán honorables y loados por todos; porque el vulgo se deja engañar por las apariencias y por el éxito; y en el mundo sólo hay vulgo, ya que las minorías no cuentan sino cuando las mayorías no tienen donde apoyarse (…)”. Con esto hace alusión a tan polémica frase el fin justifica los medios. Esta frase se emplea para evadir cualquier acto o comportamiento que resulten ser contrarios a la ética y moral humana, pero que conllevan un fin presumiblemente beneficioso. Con esta frase el autor posiciona en un segundo plano la moral y la ética humana, y justifica todos sus medios engañosos cada vez que le permitan alcanzar un objetivo determinado.
En otras palabras, aceptando los conceptos inicialmente planteados, y llevándolo al tema que nos convoca en esta ocasión, es posible admitir que, en circunstancias extremas, los actos de los hombres deben de ser juzgado por los resultados, por lo que, si finalmente el individuo puede concretar sus objetivos, los medios empleados deben ser socialmente aceptados, es decir, el fin sí justifica los medios en circunstancias extremas.
Ejemplificando la situación, nos encontramos en una isla, donde el único medio de comunicación con el exterior resulta ser un puente, en este puente están las figuras más preponderantes de la política perteneciente a esa República. Esta isla será brutalmente invadida por un pueblo bárbaro, sin embargo, la única manera de salvar la integridad de la isla es destruir el puente, y de ese modo imposibilitar el ingreso. La interrogante es ¿destruir a los líderes políticos o permitir el ingreso a la isla? En este caso ambas respuestas aparentan ser moralmente incorrectas, empero debemos analizar meticulosamente la situación. Si destruyo el puente, salvo a los líderes políticos, y al mismo tiempo, destruyo la isla. Al destruir la isla, arraso no sólo con sus habitantes, sino que, con toda la flora y fauna presente en ese hábitat, además cabe destacar que ninguna persona resulta ser imprescindible, por lo que, representar el rol de “líderes políticos” no te vuelve un ciudadano más valioso que aquel hombre que se dedica al comercio. Es por esto que, destruir la vía de ingreso, matar a los líderes políticos, y de ese modo, salvar la vida de la isla resulta ser el camino más válido para el bien común de la ciudadanía.
A modo de síntesis, es posible admitir que, la frase citada inicialmente “El fin justifica los medios” sí resulta ser válida bajo ciertos criterios y eventualidades (circunstancias extremas), ya que, los hombres buscamos obtener el poder absoluto de las cosas, vale decir, un dominio desde el punto de vista; económico, moral, político, social, etc. Y para alcanzar este poder, resulta ineludible fallar a nuestras reglas morales y éticas. En todas las sociedades existe un fin último que las mueve, y a la vez enlaza a todos los habitantes que conforman la población, esto es, el bien común, todos estamos de acuerdo con aquello que resulta ser beneficioso para todos los ciudadanos, como lo son los sistemas sociales, instituciones y medios socio económicos de los cuales todos dependemos que funcionen de manera que beneficien a toda la gente. En otras palabras, para salvaguardar la integridad de la sociedad todo vale.
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